Neymar abandonó su casa de playa en Mangaratiba, balneario en el litoral sur del estado de Río de Janeiro en el que pasaba unos días de descanso y en la que se supone que organizaría una fiesta que le ha rendido numerosas críticas, y viajó a Camboriú, un famoso balneario en el sur de Brasil y en el que también tiene residencia.
Para dejar claro que no estaba en Mangaratiba, el delantero de la selección brasileña publicó en su cuenta en Instagram una fotografía en la que aparece en un yate junto a un amigo frente a la playa Caixa D’Aço, en el sureño estado de Santa Catarina y próxima a Camboriú.
Su viaje coincidió con la publicación de un mensaje en el que su asesoría de prensa niega que el futbolista esté organizando la polémica fiesta de la que la prensa viene informando hace varios días.
“Neymar Jr. no promoverá ninguna fiesta este año. Estamos en plena pandemia y él está con sus amigos y familiares y van a celebrar el año nuevo entre ellos”, afirmó Day Crespo en un mensaje en redes sociales.
El viaje de Neymar al sur de Brasil coincidió con la decisión del Ministerio Público de exigirle explicaciones al jugador sobre la supuesta fiesta de varios días para 150 invitados que estaría promoviendo en Mangaratiba pese a todas las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias por la pandemia de la covid.
El Ministerio Público también le exigió explicaciones a las administraciones del condominio en el que Neymar tiene su mansión y del condominio en el que habría alquilado otra residencia para promover la fiesta.
La agencia de promoción de eventos Fábrica, señalada como organizadora de la fiesta, divulgó el lunes un comunicado para dar algunos detalles de un evento que está organizando en Mangaratiba con 150 invitados en el que aclaró que cumplirá todos los protocolos sanitarios exigidos, pero en el que no citó el nombre del futbolista.
La fiesta, según versiones de prensa, sería animada por reconocidos cantantes como Alexandre Pires, MC Kevinho y el grupo Jeito Moleque.
La supuesta fiesta de despedida de año de Neymar causó polémica en Brasil, uno de los países más castigados por la emergencia sanitaria y que, según los datos más recientes del Ministerio de Salud, acumula ya cerca de 194.000 muertos y al menos 7,6 millones de infectados por el Sars-CoV-2.
Con información de EFE