¡Mi gente! ¡Ustedes! Vuelve, como todos los viernes, ‘La fe de Cuto’, el programa de su amigo, su hermano, Luis ‘Cuto’ Guadalupe. Es decir, yo mismo soy. Ya hemos tenido a Melissa Klug, a Paolo Maldonado, Paolo Hurtado y ahora le toca el turno a Roberto Guizasola.
En un momento, ‘Cucurucho’ o ‘Tony Montana’ me trató un tema que no estaba en el libreto. Me descuadró, lo admito. Pero me debo a mi gente y respondí con sinceridad, a corazón abierto. Basta de discurso, vamos a la entrevista. ¡Y miren el video!
A ver, mi querido ‘Tony Montana’, cuéntanos tus inicios en el fútbol.
Vengo de una familia de futbolistas ya que mi mamá, Alejita, es la hermana mayor de los La Rosa, Guillermo, Eugenio, ‘Chispeao’, el ‘Tanque’, y todos ellos son mis tíos maternos.
Vienes de familia de grandes futbolistas.
Así es. De chico estaba en una academia de mi tío José La Rosa, pero me había portado mal y me dieron un descanso obligado. Jajaja.
Ya me imagino esas travesuras.
Estaba haciendo cosas que no debía. Me había vuelto mago, hacia desaparecer los gorros. Jajaja. Pero mi hermano Guillermo me salvó la vida al llevarme a Alianza Lima.
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Yo también estuve en esas, en Corongo. ¿Qué significa para ti Constantino Carvallo?
Él es mi superhéroe. Con la ayuda de él que me enseñó educación, valores en el colegio Los Reyes Rojos, gracias a un convenio con Alianza Lima, ahora estoy cerrando el círculo con mi ONG La Casa de Alejita ayudando a 60 niños con educación y valores.
JEFFERSON FARFÁN Y PAOLO GUERRERO
¿Cuándo llegaste a Alianza Lima ya estaba Paolo Guerrero?
Llegué para la categoría 84 y Paolo Guerrero estaba en la 83, somos amigos desde los 12 años.
¿En qué momento conoces con Jefferson Agustín?
Lo conozco desde los 15 años, a esa edad llega Jefferson Farfán cuando Alianza Lima lo compra de Deportivo Municipal. Pero ya nos conocíamos de los partidos que nos enfrentábamos en la cancha cuando jugamos contra Municipal.
¿De esa categoría, quiénes siguen jugando?
Paolo Guerrero, Jefferson Farfán, Rinaldo Cruzado, Jair Céspedes, el popular ‘pata de rana’. Jajaja. Ya varios hemos dejado el fútbol como yo, ya estamos entrando a los 37 años.
¿Tú ibas o no a la contienda?
Éramos un grupo que nos queríamos tanto que era muy difícil que hubieran golpes. Pero había momentos que sucedía eso. Los problemas los originaba yo, pero lo hacía pelear a tu sobrino (Jefferson Farfán). Jajaja.
¿Y qué tal lo hacía?
¿Cómo? A ese muchachito le tenía que sacar las pilas. Si no, la seguía. Jajaja.
¿Qué momento recuerdas con Jefferson Farfán?
Cada que salimos a comer con Jefferson Farfán, nos acordamos la anécdota del pollo a la brasa. Un día llegamos al entrenamiento y lo vi con un sentimiento, parecía un negrito de Kenia, me dijo: “hermano he visto un cuarto de pollo a 3.50 soles y con aguadito”. En esa época comer un pollo a la brasa era lo máximo. Nos fuimos al punto, caminando desde la Videna, luego del entrenamiento de la sub 17. Llegamos por nuestro cuarto de pollo con bastante lechuga, papa frita y su aguadito. En esa época comer pollo a la brasa era un lujo, no había plata.
Cuéntanos una anécdota con Paolo Guerrero.
Algo que siempre voy a recordar. Doña ‘Peta’, mamá de Paolo Guerrero, trabajaba por la Avenida Arequipa y nos íbamos caminando desde Matute, pasábamos por su trabajo y seguíamos la ruta caminando hasta Barranco, donde vivía, pero lo hacíamos con una gaseosa y nuestra bolsa de caramanduca. Inolvidable esas caminatas. Con eso éramos felices.
¿Y cómo era Paolo Guerrero a esa edad?
Paolo Guerrero desde chiquito ya era ganador, desde los 12 o 13 años quería ganar todo, hasta para jugar bolitas. Desde esa edad le tiraba los centros para que haga sus clásicas jugadas de controlar la pelota con el pecho y girar para rematar.
Impresionante.
Muchas veces me quedaba a dormir en su casa y desde esa edad Paolo Guerrero ya miraba Champions. Ya sabía lo que quería, a esa edad. Imagínate, me acuerdo que cuando jugamos un sudamericano sub 17, lloraba porque en un partido solo hacia un gol, tenía que hacer tres o cuatro goles para que salga tranquilo. Con eso te digo todo.
HIZO LLORAR A FRANCO NAVARRO CON UNA FOTO
Cuéntame la anécdota cuando lo hiciste llorar a Franco Navarro con una foto.
Para que Franco Navarro te dé permiso era muy difícil. Yo iba a ser padrino de mi sobrino en Puente Piedra. Le dije eso a Franco un mes antes, le estaba pidiendo permiso. Y nada, cada vez se acercaba la fecha. Me puso varios peros, al final me dio un permiso de 6 horas, muy poco tiempo para venir de Chiclayo hasta Puente Piedra y con la misma regresar a Chiclayo.
Al final te dio permiso.
Sí, pero no pude regresar a tiempo. Entonces regresé al día siguiente y Franco Navarro no me quería ver, me botaba, no me dejaba que le pida disculpas. Yo le decía: “Soy tu hijo, tú eres mi padre, dame solo un minuto, mira esto”. Y le saque una foto como un as bajo la manga, te estoy demostrando que soy tu hijo, ten cuidado que se te parte el corazón”, le dije. En eso Franco Navarro vio la foto y su cara de molesto cambió totalmente, lo saqué del cuadro, sus ojos se llenaron de lágrimas.
Eso fue increíble.
Era una foto de Franco Navarro cuando tenía 20 años y me estaba cargando en una reunión familiar en Puente Piedra con toda mi familia, Guillermo, Eugenio, mi mamá y Franco me tenía en sus brazos, yo era un bebe. Con eso me gané su perdón.
Tú has tenido problema con el despertador. Un día perdiste el vuelo para viajar con Cienciano por la Copa Libertadores.
Jugamos un sábado en la tarde en el estadio San Martín y, como nunca, Franco Navarro nos dio permiso. No dijo que nos encontrábamos el domingo temprano en el aeropuerto para viajar a Brasil para jugar contra Flamengo. Me fui a Puente Piedra y se me hizo difícil poder salir de acá y perdí el vuelo.
Ya me imagino cómo debe haber estado Franco Navarro.
Julio García era el capitán de Cienciano, al día siguiente cuando prendo mi celular, había mil llamadas perdidas. El mensaje de Julio fue que los dirigentes me habían comprado un pasaje para viajar al día siguiente con conexión por Sao Paulo.
Le dieron solución al tema.
Llegué a Brasil. Lo primero que me sorprendió es que Franco no me dijo nada. Fui al entrenamiento, todo normal. Ni una sola palabra. Eso ya me parecía raro. Llegó el día del partido, jugamos muy bien, a pesar de que perdimos pero hicimos un gol de visita, fue 2-1. Y en el vestuario Franco nos dijo: buen partido muchachos, ese gol de visita es importante ya que la otra semana los recibimos en Cusco. Ahora todos a cenar, mañana salimos a las 4 de la madrugada rumbo a Lima.
Ya te quedaste tranquilo.
Pensé “ya la libre”. Llegamos al hotel, estaba tranquilo, dije me voy a tomar unas caipiriñas y conocer algo de Río de Janeiro. En eso tocan la puerta y entra Franco Navarro y Leo Rojas. Ellos le dicen a José Corcuera, que era mi compañero de concentración, que salga de la habitación.
Te pusiste blanco…
Me dicen, “¿y tú?”. “Acá pensaba ir a conocer algo de Río”, les dije. Me estaba poniendo mi chachá, en eso me doy cuenta que Franco se saca el polo y pum. Cada golpe que me daba era con un mensaje. “Tienes que aprender a ser responsable, levántate temprano, ya eres grande, eres un jugador profesional”. Me dio una tanda. Al otro día, en el avión, estaba con unos lentes grandes oscuros para cubrir en algo lo hinchado que estaba. Jajaja. La había cagado horrible. Son errores que uno comete pensando que la vida siempre será así. Pero Franco ya me había advertido antes.
El título del 2011 con Juan Aurich fue impresionante.
Fue algo bien planificado como la serie La Casa de Papel. Con eso lo digo todo. Pasó de todo, hasta los dioses griegos, Poseidón, Atenas influyeron con Roberto Merino. El título con Juan Aurich es digno de una serie de Nefflix.
¿Por qué Tony Montana?
Soy un seguidor de Tony Montana, el personaje de Scarface (Cara cortada). Esa película me encanta, la he visto como mil veces, cada que puedo, la vuelvo a ver. Hay momentos que uno, en la vida tiene que tener y sacar coraje.
CUTO: DE ENTREVISTADOR A ENTREVISTADO
¿Tú eres creador de la frase “tócame que soy realidad”?
Hay cosas que se guardan bajo llave. Pero esa frase es mía. Uno tiene esa inspiración, pero mi compadre Reimond Manco lo llevó para otro lado. Jajaja. Ahora, permíteme hacerte una pregunta.
Pero es mi programa.
¿Tú extrañas a mi hermano Jefferson Farfán? Pero respóndeme sin llorar, jajaja.
Soy sincero, uno al corazón no le puede engañar. No voy a ocultar un sentimiento. Sí, lo extraño y lo quiero mucho, Es mi sangre. Como en toda familia, pasan problemas pero uno le pide a Dios que vuelva la calma. Lo importante es sincerarse, hoy estoy y mañana no sabemos, no tenemos la vida comprada. Las cosas hay que decirlo en vida.
El 31 de agosto es mi cumpleaños y quiero tenerte a ti a mi lado junto a tu sobrino Jefferson Farfán. A los dos juntos, que los dos me puedan abrazar. Eso pido de regalo de cumpleaños. Sería el hombre más feliz de la tierra tomándome un jamaiquino con un abrazo de los tres.
Voy abrir mi corazón, el corazón del Halcón, de mi parte te doy mi palabra, yo lo haré. Seguro, tú serás un instrumento de Dios para amistarnos.
Ustedes se quieren mucho, sabes que Jefferson es una buena persona. Ya lo pasado quedó atrás y hay que mirar para adelante.
Familia es familia. Quiero hacerte feliz y cumplir ese regalo por tu cumpleaños. La vida no la tenemos comprada. Cuenta conmigo y el programa ‘La Fe de Cuto’. Ahora me alegra que te esté yendo bien con tu ONG La Casa de Alejita.
Ya llevo dos años de mi proyecto de mi ONG la casita de Alejita. Soy un hombre afortunado de haber tenido de mentor a Constantino Carvallo, estoy siguiendo su legado con la educación, formación, alimentación. Esto me llena el alma, me hace sentir feliz.
¿Eres el futuro alcalde de Puente Piedra?
Doy los pasos en el momento indicado. La gente me lo pide en la calle, seguramente se dará en su momento oportuno. Yo estoy siempre a disposición de mi gente para ayudarlos donde me lo pidan.
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