Mi gente de ‘La Fe de Cuto’. Arrancamos con la segunda parte de la entrevista a Carlos Zambrano. Yo sé que estaban esperando este ‘agüadito’ de la polémica agresión que sufrió el ‘León’ de parte de Darío Benedetto cuando jugaba en Boca Juniors. Mi sobrino lo cuenta todo y revela que el argentino le pidió disculpas en el camerino. Ayayayyyy.
En esta entrega, el ‘Káiser’ nos cuenta los secretos de su fichaje con Alianza Lima y hace un mea culpa tras perder el repechaje ante Australia que dejó a la selección peruana fuera del mundial Qatar 2022.
Además, Zambrano se sincera y habla de los duros momentos que vivió en el Dinamo de Kiev, donde -asegura- lo trataron peor que preso. Empezamos, disfruten la última parte de la entrevista y no se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.
¿Cómo fue tu etapa en Rusia con el Rubin Kazan?
En Rusia no te imaginas el frío que hay, tienes que vivirlo. Llegué a jugar con menos 19 grados. Yo siempre jugaba en invierno con manga corta y guantes, allá todos jugaban con calentador. No me quise poner, salí al campo y no podía ni hablar, se me congelaba la quijada, el frío me pasaba por todos lados, los dedos ni los sentía. Entré al camerino y pedí mi cambio, tenía que haber salido más abrigado. Fue horrible, me metí a la ducha con agua caliente y a partir de eso me comencé a poner calentador. Pero económicamente fue lo más lindo. Era feliz, tenía frío pero a fin de mes llegaba al banco y no lo podía creer. Estuve año y medio en Rusia, firmé por cinco años. Estaba un entrenador español, Javier Gracia, lo tuvo Carrillo en Inglaterra, todo el cuerpo técnico era español y me sentía cómodo. El equipo jugaba bien pero no logramos campeonar. El primer año quedamos quintos, lo sacaron al entrenador, trajeron a un entrenador ruso, éramos como 8 o 9 extranjeros y nos dijeron que no iban a contar con ninguno. De ser el equipo A, titulares, pasamos al equipo B. En los partidos de práctica era muy gracioso porque siempre le dábamos una paliza al equipo titular. Comenzó la Liga, perdían los partidos y todos los extranjeros en la banca, no mirábamos las caras y no hacían cambio. Media temporada y nos fuimos, estábamos perdiendo el tiempo. Todos tenían sus salarios altos, te hablo de 3, 4, 5 millones neto, igual tenían que pagarnos porque habíamos firmado contrato, cada uno negoció su parte, yo era feliz.
¿Cómo te fue en el PAOK de Grecia?
Seis meses estuve en Grecia. Me prestaron los rusos, me querían comprar al comienzo los del PAOK, pero estaban pidiendo mucho dinero. Fueron 10 o 12 partidos, es una hinchada loca, los griegos son locos. Nunca jugué con tribuna. Cuando llegué, habían matado a dos o tres de la hinchada del rival y seis meses suspendieron las tribunas.
¿Cómo fue tu etapa en el Dinamo?
Es la etapa que quiero olvidar. Me trataron peor que a un preso. Llegué, los primeros seis meses todo bien, comienza la temporada y no me sacan en lista. No entendía nada. Me mandan a entrenar con el segundo equipo, yo ya tenía mi nombre, ya había jugado en la selección y ganaba bien. Al final me mantienen en reserva y yo no entendía nada, nunca me dijeron por qué. Y lo peor de todo fue que cuando más necesitaba de mis viejos allá, mi vieja me comenzó a criticar, pensaba que no jugaba porque estaba en fiesta, me dolió más eso, me bajoneó más. Al final lo hablé con ella, no era como lo que pensaba. Quise pedirle explicaciones al entrenador y nunca me las dio. Nunca jugué un partido en primera, nunca me puso, no quiero pensar que sea por temas de negocios, pero hubiera sido claro y yo me iba. Pero la pasé muy bien en reserva, con el entrenador tenía mucha confianza, comenzamos a jugar y comenzamos a ganar, viajábamos en bus siete horas, no habían los mismos privilegios que en primera. No jugué en primera pero la pasé muy bien en segunda.
¿Conociste a Roger Federer?
El FC Basel es uno de los equipos más grandes de Suiza y el primer hincha es Roger Federer. Él vive allá, tiene todo ahí, cuando había clásicos iba, entraba al camarín. Lo vi ahí y en la tribuna también. La gente allá no te molesta, no te piden fotos, es raro. Campeonamos ahí, fue el mejor grupo que tuve de todos los equipos, en Frankfurt fue la mejor etapa de mi carrera pero el mejor grupo que tuve fue en Basel. Eramos grupo, todos éramos felices, no había presión de nada, había reuniones y siempre todos iban con sus parejas, todos con una misma sintonía, solo estuve un año, pero fue espectacular. En Suiza la vida es completamente distinta a Europa, son un mundo distinto, tienen su propia moneda, es el país más caro en el que he vivido. El alquiler era muy caro, un departamento chiquito, seis mil, siete mil euros, era lo más barato que consiguió la corredora, yo ganaba bien pero ¿pagar 10 mil o 15 mil euros por un departamento?
¿Cómo así entraste a Boca Juniors?
Yo crecí viendo la época dorada de Boca, era hincha, yo soñaba, decía, algún día... El momento que yo estuve mal con los ucranianos, fuimos finalistas en la Copa América, volví seis meses más y sin jugar en Ucrania. Renuncié al dinero que me debían, pero lo peor lo peor fue cuando me dijeron que tenía que entrenar a las 4 de la tarde, cuando fui, no había nadie, los jugadores habían entrenado a las 11 de la mañana. Estaban jodiendo y querían que haga hasta lo más mínimo para botarme como un perro. Al día siguiente lo mismo, llegué, me cambie y me grabé para que quede constancia. Aguanté seis meses y luego aparece Boca, yo no lo podía creer.
¿Cómo te contactaron de Boca?
Me llama Miguel Ángel Ruso, era entrenador. Estaba nervioso, fue cortante, me preguntó si quería ir, no me dejó ni chamullear, ni florear. Después aparece una oferta de Estados Unidos y de China, fue en época de pandemia. Dos años, cinco palos me iban a dar, en Boca ni la cuarta parte me iban a dar, pero fue un sueño. Lo dudé mucho pero me quedé en Boca, estuve tres años. Llegué y me recibió Román, lo tenía como ídolo, yo tenía 30 años creo. Román te intimida mucho, casi no te sonríe, pero con el tiempo ya entré en confianza. Firmé el contrato, otro sueño cumplido, uno tiene una imagen de Boca pero es muy complicado, lo más lindo que tienen es la hinchada, hay muchas cosas positivas y negativas. Los primeros meses todo hermoso, hasta que comienzan a agarrarme de punto, es complicado porque tienes que estar fuerte de la cabeza porque te bombardean por todos lados, igual cuando pasa el tiempo ya te acostumbras. Un año o año y medio me ponían de punto, yo tranquilo, los dirigentes estaban conmigo todo el tiempo, mis compañeros también, en casa todo estaba ok, de la puerta para afuera me destruían a mí y a los extranjeros, pero a mí me deja tranquilo la parte de los argentinos que se cubren y se cuidan entre ellos. Acá nos golpeamos entre peruanos, hay críticas, pero no destruyas. Yo entiendo el trabajo de los periodistas, pero cuando digo no es no y cuando me critican, que me critiquen con base. Me han hecho mala fama y en el extranjero los árbitros ven eso.
LA PELEA CON DARÍO BENEDETTO QUE DIO LA VUELTA AL MUNDO
¿Cómo fue tu pelea con Darío Benedetto?
Fue un momento complicado. Él ya venía alzando la mano mucho en el campo. Nos podemos pute... en el camerino y no pasa nada porque es parte de. Cuando te critican o te pute... cara a cara no pasa nada, somos un equipo, casi nunca nos vamos a las manos y ya nos estaba metiendo un baile el Racing, en el primer tiempo. Luego él comienza con lo mismo de siempre, las manos y señalando a la defensa. Se equivocó y él lo reconoció. En el túnel inflable, ahí nos metimos y nos empezamos a pute..., nos dijimos de todo y ya para bajar las escaleritas, voltea y me da uno de arranque, yo estaba atrás de él. Mi reacción fue irme para adelante, pero estaban todos los compañeros, nos agarró la seguridad. Me dio una rabia, yo quería mecharme en el momento. La mayoría de compañeros me decían ‘pégale, pégale’. Creo que a la mayoría en su momento no le caía bien él, por su forma de ser, yo no tenía problemas con nadie, solo fue la calentura del momento, yo nunca me iba a las manos. La gente me agarró al toque y eso es peor porque te deja más picón. Luego, entro al camerino y estaban los dirigentes y el entrenador, yo lo miraba todo el rato y lo peor es que, siendo consciente, no podía hacerle más problemas porque estaban los dirigentes, me iban a agarrar nuevamente. Dije ‘ya perdí', pero estaba volando. Voy al baño y se me acerca, casi entre lágrimas, a pedirme disculpas. Me dijo: ‘lo siento, me equivoqué, es de hombres pedir perdón’. En esos momentos pensé muchas cosas, ser traicionero y meterle una igual, pero yo no soy traicionero. Seguía caliente y teníamos que salir a jugar el segundo tiempo. El equipo jugó mejor, yo cumplí de nuevo e hicimos un gran partido al final.
¿Qué pasó después?
Pasaron las semanas, lo buscaba en los entrenamientos y nada, nunca hubo la sin razón. Al final en el equipo quedé como un caballero porque no reaccioné, los dirigentes me dijeron que bien porque no respondí, pero yo quería reaccionar, estaba volando. No tengo nada en contra de él, le deseo lo mejor a todos, a él, a todo el club, he pasado lindos momentos. El tema quedó ahí.
ALIANZA LIMA Y SUS HIJOS
¿Cómo fue tu regreso al Perú para jugar con Alianza Lima?
Se venía hablando hace mucho tiempo, desde junio del año pasado, pero sinceramente no estaba en mis planes, yo quería seguir unos años más afuera, pero al ver la insistencia del club de querer contar conmigo... Tenía un par de opciones fuera que eran Nacional de Uruguay y Paranaense, tenía para seguir afuera pero Alianza estaba ahí, ahí. Al final tomé la decisión, nunca había jugado en Perú. Si iba jugar para un equipo iba ser en Alianza, la U imposible. Lindo debutar en un clásico, es muy favorable. Yo quería debutar con el Boys pero Chicho me dijo que no. Para tomar la decisión me impulsaron más mis hijos, que ya luego no los voy a poder disfrutar.
¿Por qué hiciste ese gesto de la u invertida tras el clásico U vs. Alianza?
Es la calentura del momento. Yo lo hago porque cuando sales del campo, los ineptos que hay ahí te dicen de todo y hasta te empiezan a escupir. Salí tranquilo pero seguían. Quieren respeto pero no respetan tampoco. Yo estaba tranquilo, por dentro estaba riéndome, pero hago el gesto, es una falta de respeto también pero es la calentura.
¿Qué pasó cuando llamaste ‘payaso’ a Neymar?
Es un tremendo jugador, lo dije en su momento. Le dije ‘payaso’, a veces esa palabra ofende un poco, pero lo dije porque se tiraba mucho y compraban mucho. ‘Neymar’ compraba mucho a la gente, pero en el partido se tiraba 10 veces y las 10 veces le cobraba. Es un jugador tan bueno que no necesita tirarse tanto. Pero nada quita que sea un crack. Yo lo admiro, mis hijos lo admiran. Fue un cruce de palabras en su momento, todo queda en el campo. Igual es un jugador muy admirable, dentro y fuera de la cancha. Aclaro que él no me sacó del partido, él no fue, él vino a decirme ‘estás loco’, con él no fue la jugada, él no tuvo nada que ver. Él solo vino y levantó al pueblo y todos le siguieron la corriente.
¿Cómo fue la polémica expulsión en el partido contra Chile?
Los jugadores no me sacaron a mí. Con Vidal nos pusimos cara a cara, me toca la cara, a mí me saca el árbitro. Cuando Vidal me toca la cara, el árbitro me dice ‘deja de provocarlo a él...’. Estaba volando. La siguiente jugada viene Alexis Sánchez a encararme, se tira en el área y yo le dije ‘deja de tirarte’ con palabras malas. El árbitro nuevamente me dijo que a ‘la próxima vez que lo provocara, me sacaba otra amarilla’. Iban 15 o 20 minutos recién y ya el árbitro me había llamado la atención como 3 veces por provocar a los chilenos. Luego viene la jugada con Charles Aránguiz... ya me habían sacado una amarilla por provocar, levanto el pie y me arrepiento de no habérsela puesto bien porque solo lo raspo, se lo hubiera puesto mejor. Me arrepiento porque perjudiqué mucho al grupo por una jugada tonta porque si me voy a ir expulsado, me voy a ir bien expulsado... saqué el pie. Expulsado, yo ya sabía lo que se me venía, la gente me recuerda más por eso en la selección, pero no recuerdan todos los partidos que he hecho bien... yo siempre he jugado bien, no es por agrandarme, pero la gente es injusta, critica tanto y no reconocen lo bueno que uno hace. Si yo tengo que morir en el campo con la selección, voy a morir en el campo, si me tiene que dar un paro que me lo dé, me muero feliz.
¿Por qué pateaste a Sofiane Boufal en Marruecos?
Él me movió la pelota con la mano y yo le doy por la cadera. Baja y me la pone y yo ahí en el piso le dije ‘conc...’. Yo sé que tengo un antecedente.
¿Cómo saliste de Boca Juniors y firmaste con Alianza?
En esos momentos yo ya estaba en Boca por renovar, estaba a un pasito de que acabe el año y al final de un día para otro se cayó todo y agarré mis cosas y me vine para Lima. Hubo unas pequeñas diferencias con el club, habló con Román y, para no acabar en malos términos, decidimos romper el contrato de mutuo acuerdo. En Lima ahí me salen las ofertas del Nacional de Uruguay y el Paranaense de Brasil. Mi meta era seguir afuera pero al mismo tiempo me ponía a pensar que lo ideal era venir ahora que estoy en una buena edad. Dije, si voy a venir a Alianza, no voy a venir a dar pena. Sé que con lo que tengo le puedo dar mucho a Alianza todavía.
¿Qué pasó al final?
Al final tomo la decisión por mis hijos y era un buen momento. Mi pareja no estaba de acuerdo, las parejas siempre quieren estar afuera, no quieren regresar, pero yo quería venir antes. A mí me presentaron con Alianza sin haber firmado todavía, ya había dado mi palabra, tenía que cumplir. A la semana firmé y me sentí muy feliz por dentro. Lo primero que hice fue decirle a mis hijos que me quedaba acá con ellos, vi sus ojos de emoción, de alegría. Mi hijo ya está grande, tiene 15 años, está jugando de Central en Cantolao. Tiene talla, no tiene tanta calle pero... me sorprendió mucho, lo están siguiendo en la selección también y no porque su papá sea Zambrano, él se lo tiene que ganar solo, ya le dije cómo son las cosas.
ZAMBRANO EN LA SELECCIÓN PERUANA
¿Te dolió no haber estado en el Mundial de Rusia?
Cero, no me dolió nada, es más, fui más feliz porque lo vi como un hincha más. Adentro se sufre mucho. Lo que más me gustó es que le vaya bien a todos, se lo merecían, se rompieron el lomo todos, lo lograron y cuando llegó el Mundial, canté el himno desde mi casa. Se me eriza la piel de la emoción. No sentí envidia de nada, no me dolió. Me dolió el partido contra Alemania, el primero que no jugué, yo tenía que estar ahí, pero estaba afuera. Ahí es cuando hablé con Ricardo para volver. Él me dijo: “Las puertas te las cerraste tú solo”, porque yo fui el que le dije ‘no quiero estar en la selección’. Pasaron dos años y medio y yo quería volver. Me dio la oportunidad nuevamente y lo llevé a la final de la Copa América, jajaja. Es una broma, no vayan a pensar que soy agrandado.
¿Cómo es tu relación con Ricardo Gareca?
Nos llevábamos bien, es una persona muy directa y frontal, él me ha aconsejado muchas cosas. En el tema de expulsiones, me hablaba. Con Ricardo, creo, que he tenido tres expulsiones, pero igual para el peruano es demasiado. Creo que me sacaron una lista, tengo 7. Hablan como si tuviera 50 y me contaron una de la sub-20 todavía. Pero bueno, así es esto, tampoco me disgusta, el que se pica pierde.
¿Que pasó en ese repechaje en Doha ante Australia?
Fue algo muy raro, nunca subestimamos al otro equipo, creo yo que fuimos muy relajados, no es lo mismo que subestimarlos. Se pagó caro eso, entramos en el primer tiempo y chocamos con la pared china, el otro equipo bien parado y nosotros no entrábamos por ningún lado. En el segundo tiempo, cuando quisimos reaccionar, ya era tarde. Tuvimos los últimos 10 minutos pero ya era tarde. Nunca más vi una repetición de ese momento. No lo enfrentamos con la seriedad del caso, estuvimos muy relajados. Fue un cementerio eso, lágrimas y lágrimas de todos, la gente no tiene idea.