Atlético Nacional rindió homenaje a Chapecoense en el Estadio Atanasio Girardot de Medellín, donde se iba a jugar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana.
Con velas blancas y lágrimas, miles de aficionados acudieron este miércoles al estadio de Atlético Nacional para rendir homenaje a quienes serían sus adversarios, el equipo brasileño que prácticamente fue aniquilado el lunes en un accidente de avión cerca de Medellín, donde disputarían la final de la Copa Sudamericana.
Poco antes de las siete de la noche, hora a la que iniciaría el partido, empezó un acto de luto para recordar al que llamaron "el hoy eterno Chapé": los jugadores del Atlético Nacional salieron al terreno con flores y caminaron conmocionados a través de una cancha que cambió la rivalidad y el jolgorio por los mensajes solemnes de hermandad con la localidad del sur de Brasil, de donde procedía el humilde equipo, que viajaba ilusionado a jugar el partido más importante de su historia. Algunos de ellos lloraron.
Después de escuchar marchas fúnebres, el estadio estalló al grito de "¡Vamos, vamos, vamos Chapé!". Hubo aplausos y saltos. Se levantaron globos, ramos de flores y banderas blancas. En pancartas gigantes se leía "El fútbol no tiene fronteras", "Todos somos Chapecoense" y "Chapecoense inmortal".
"Los brasileños no olvidaremos jamás la forma en que los colombianos sintieron como suyo el terrible desastre que interrumpió el sueño de Chapecoense", dijo en español el canciller de Brasil, Jose Serra, interrumpido por sus propias lágrimas y la ovación de los asistentes del Atanasio Girardot, un estadio con capacidad para 40.000 personas. La solidaridad de los colombianos, agregó, ofrece un enorme consuelo, "una luz en la oscuridad cuando todos estamos intentando lo incomprensible".
"Quizás no sea una casualidad que los colores de Chapecoense y Atlético Nacional sean verde y blanco, esperanza y paz más allá de la tragedia", afirmó mientras entre un público visiblemente afectado.
Desde primera hora de la tarde, cuando los asistentes vestidos de blanco empezaron a llenar el estadio, la afición dedicó cantos al equipo accidentado.
La banda de guerra del Ejército puso música al evento, donde sonó el himno de Colombia y el de Brasil, que declaró el martes tres días de luto oficial por el accidente.
Desde el momento del siniestro, el club de Medellín pidió a la Confederación Sudamericana de Fútbol que diera el título de campeón al equipo que volaba en un avión británico y se estrelló a cinco minutos de llegar a su destino dejando 71 muertos y seis heridos.
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Con un "sentido, austero y bonito" homenaje, enmarcado por una lluvia de flores que caerán desde las tribunas del estadio Atanasio Girardot de Medellín, en el noroeste de Colombia, se recordará a las 71 víctimas del accidente del avión en el que viajaba el equipo de fútbol Chapecoense.
"Será un símbolo de solidaridad que recordará la "cicatriz" que deja esta tragedia en la ciudad que debería albergar esta noche la final de la Copa Sudamericana de fútbol, manifestó en una rueda de prensa el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.
El funcionario dijo también que este "hecho doloroso" enluta especialmente a Chapecó y al estado brasileño de Santa Catalina, pero subrayó que esta "tragedia también es nuestra".
"Esto nunca se nos va a olvidar, es otra de las tantas cicatrices que tiene esta ciudad", sostuvo.
El alcalde comentó que hará públicos algunos decretos para hacer imborrable el tributo a las 71 personas fallecidas y a los seis sobrevivientes del accidente del pasado lunes.
El acto en el Atanasio, "en lugar del pitazo inicial" del partido que estaba pactado para las 18.45 hora local (23.45 GMT), lo abrirá un minuto de silencio en homenaje a las víctimas, quienes fueron denominados por el presidente del club Atlético Nacional, Juan Carlos de la Cuesta, como las "estrellas" de la noche.
Se precisó, además, que todas las familias de las víctimas fueron invitadas, lo mismo que los diplomáticos y miembros de los Gobiernos de Brasil y Bolivia que se encuentra en Medellín atendiendo a sus compatriotas.