La actriz venezolana Natasha Pérez cuenta toda su transformación y cómo tuvo que hacer para sumergirse en el papel para poder interpretar a Yolanda Saldívar, la ex asistente de Selena Quintanilla, quien viene purgando condena por el asesinato de “La Reina del Tex-Mex” en un hotel de Texas en 1995. Su papel se destaca en Selena: la serie, cuya segunda temporada ya se emite por Netflix.
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“El trabajó más fuerte fue lograr contactar con mis profesores de actuación, canto, de improvisación para lograr captar el comportamiento de la Yolanda Saldívar real; ella hablaba muy bajito y hablar así, como niñita, durante ocho meses fue complicado. Me involucré con un poco de su personalidad, por qué actuaba de esa manera, entender por qué hablaba así cuando tenía 30 años”, explica la artista.
En esta segunda temporada se revelará la amistad de Selena, interpretada Christian Serratos, con Yolanda Saldívar, la villana, odiada por los fans de la cantante, pero que Natasha Pérez, como actriz, aprendió a entender y, de alguna manera, a querer.
“Entendí que todo fue parte de un trauma pasado, a veces las personas se quedan estancadas en ciertas edades, hablé con mi profesor de clowning, porque quería entender sus movimientos para que todo se viera fluido y no pareciera un dibujo animado o robot”, explica Natasha.
También se contactó con una psicóloga a distancia, que le recomendó leer libros acerca del trauma. Debido a la pandemia pudo leer, investigar y trabajar el personaje con más dedicación.
¿CÓMO FUE LA CARACTERIZACIÓN DE YOLANDA SALDÍVAR?
Parecer a la físicamente a Saldívar también fue una ardua tarea. La actriz contó que debió subir de peso, pasar dos horas diarias en maquillaje, utilizar peluca. Además, le depilaron las cejas, maquillaron los ojos para que parecieran más pequeños y hasta le ensancharon la nariz.
“Además de todo ese proceso de caracterización, también involucré mis tres escuelas de actuación, en Venezuela aprendí el método Grotowski, cuando me mudé a Los Ángeles estudié improvisación y también la técnica Strasberg de Stanislavski, en la que exploras emociones, sensaciones y experiencias que tuvieron un impacto significativo, una exploración de afuera hacia dentro”, acentuó Natasha Pérez.
La idea, explica, fue darle un pasado propio y encontrar espacios personales para darle un sentido a su vida y acciones. “Traté de acceder a esos rincones muy duros y vulnerables que todos tenemos, como actor nunca puedes juzgar a tus personajes; es como el que hace a Hitler, nadie lo quiere, y si te toca tienes que conectar con ese lado oscuro que sabes que hay en ti”, finalizó.