Adamari López tenía 30 años cuando fue convocada para ser parte del elenco principal de la telenovela “Amigas y rivales” en 2001. Desde ese momento, la actriz alcanzó gran popularidad en México, así que su gran talento logró cautivar a un gran número de fans que han seguido de cerca su carrera actoral y como conductora de televisión.
La puertorriqueña se encontraba en la cima del éxito cuando fue diagnosticada con cáncer de seno. Esta noticia la derrumbo, ya que se encontraba en uno de los mejores momentos de su carrera y su vida personal.
Desde ese momento, Adamari López inició una gran batalla para acabar con este mal que poco a poco se iba apoderando de su cuerpo, pero también vivió muchos momentos duros y a pesar de eso, siente que está con vida por que tiene la misión de enviar un mensaje a todas las mujeres.
LA LUCHA DE ADAMARI LÓPEZ
En una reciente entrevista con la revista médica NIH Medline Plus, Adamarí López aseguró, entre otras cosas, por qué está viva y cuál fue el impacto que esta noticia tuvo en su vida. “La detención temprana me salvó la vida”, expresó con el fin de invitar a todas las mujeres a que no dejen de tocarse y mantenerse alerta.
La actriz tenía 33 años cuando se enteró de su enfermedad y vivía en una auténtica luna de miel. “Era un momento excelente de mi carrera. Estaba en México filmando telenovelas y me acababa de comprometer con mi novio”, expresó refiriéndose al artista Luis Fonsi.
La noticia fue totalmente inesperada ya que hasta ese momento nadie de su familia había sufrido cáncer. “En mi familia nadie había tenido cáncer así que la noticia fue difícil y me tomó por sorpresa”, contó a la revista.
Tuvo que tomar decisiones duras, como quitarse el pecho, con el fin de seguir adelante con su vida y aniquilar cualquier tipo de riesgo o posibilidad de recaída. El apoyo y el amor de los suyos fue una parte clave para su recuperación, pero también su actitud.
“El diagnóstico de cáncer no es sinónimo de muerte. Es sinónimo de lucha, de búsqueda, de fuerza y de aprender a disfrutar de todo lo que la vida nos ofrece”, añadió positiva. Su sueño de ser madre se vio amenazado pero nunca perdió la esperanza, al contrario, se aferró a ella con más fuerza.
“Entre las quimioterapias hice un tratamiento de fertilidad. Eso me dio la esperanza de ser madre algún día”, compartió. Años después llegó Alaïa, su mayor milagro y bendición. Una historia inspiradora con un mensaje muy importante para todas las mujeres.
“Manténganse fuertes. Sigan haciéndose chequeos médicos con regularidad. Conozcan sus senos para detectar el cáncer o cualquier nódulo a tiempo para que lo revisen. Debemos dedicar tiempo para nosotras mismas”.