¡Peruano que se respeta! Un ejemplo para los más jóvenes es el violinista Carlos Maguiña Negreiros, quien —a sus 80 años— no se quedó de brazos cruzados y decidió reinventarse para poder seguir ganando un dinerito en medio de esta crisis.
Hasta antes de la pandemia, él se ganaba la vida con su instrumento musical en restaurantes y calles del Centro de Lima y Miraflores, donde deleitaba con sus hermosas melodías a los transeúntes, quienes encantados con lo que escuchaban le colaboran con unas monedas.
Al verse impedido de salir a dar sus presentaciones, don Carlos encontró una manera de seguir solventándose con su talento. Con ayuda de la tecnología, empezó a brindar conciertos virtuales por Zoom.
Uno de sus shows más recientes fue el último viernes, donde decenas de personas se conectaron de forma online, tras brindarle una colaboración a su cuenta bancaria. El público quedó más que satisfecho con lo escuchado.
ADORADA ESPOSA
La musa de Don Carlos es su esposa Anita, de 76 años, quien sufre de sordera. Ella es una de sus principales motivaciones para seguir saliendo adelante con ayuda de su violín.
Gran parte del dinero que recauda en sus presentaciones es para seguir solventándose a él y su adorada compañera, con quien lleva más de 40 años de casado y a la que enamoró con valses y boleros.
En redes sociales, muchos lo llaman el ‘violinista de las calles’ y él promete seguir tocando su violín hasta el final de sus días.
SEPA QUE…
-Nació en Barrios Altos y estudió en el Conservatorio Nacional de Música.
-Es fanático de Beethoven y lleva tocando el violín más de cuatro décadas.