, médico cirujano de profesión, llegó al Ministerio de Salud cuando las ‘papas quemaban’ para batallar contra una pandemia del , que ha paralizado al mundo entero y sigue cobrando vidas. A un día de cumplir un mes de su gestión concedió una entrevista a Trome, donde habló sobre las complicaciones en su sector, los retos y lo que nos espera en los próximos días, cuando el Perú alcance su ‘pico’ más alto de contagiados.

Señor ministro, ¿es verdad, como dicen algunos especialistas e infectólogos, que el Gobierno está ‘maquillando’ las cifras para ocultar la realidad?

No, no es verdad. Desde un inicio de la epidemia hemos publicado absolutamente todas las cifras de cómo se comporta la enfermedad, qué es lo que estamos haciendo para luchar contra ella, cuántas camas hay, cuántos hospitales. Todo es absolutamente transparente, tanto es así que hemos pedido a la Contraloría de la República que nos acompañe paso a paso en todo lo que hacemos para que no queden dudas. Nosotros hemos creado cerca de seis grupos de trabajo, en los que hemos invitado a académicos, exministros, viceministros, mucha gente que quiere colaborar. Así que no hay forma de que ocultemos algo.

De manera realista, ¿cuándo cree que se llegaría al ‘pico’ más alto?

Vamos a llegar al ‘pico’ más alto entre el 23 y 26 abril, que es la próxima semana. Acumularemos el mayor número de casos. No es nada comparado con lo que íbamos a tener si no hubiéramos actuado. Durante las últimas cuatro semanas, el pueblo peruano se ha mantenido firme, encerrado, obedeciendo la norma principal: quedarse en casa. Como la mayoría estuvo haciendo eso, el número de contagiados al que se ha llegado es grave, pero es menor. Es difícil prever a cuántos (contagiados) alcanzaremos, porque estamos haciendo cada vez más pruebas.

Los expertos afirman que el número de contagiados se duplica cada cinco días en Perú y no hay tendencia a la baja…

Lograr que la epidemia duplique su número cada cinco días es un tremendo éxito. No hay muchos países que hayan conseguido eso. El presidente tomó la decisión de extender el aislamiento por un tiempo más para que la duplicación de casos sea de ocho días. Si no hubiéramos hecho nada, se habría duplicado cada dos días.

A partir del 26 de abril, ¿la curva se aplanaría?

Sí. Desde el 26 de abril vamos a ir en declive progresivamente. Ya el presidente ha dicho que la segunda fase debe ser en junio. Lo cierto es que la epidemia va a continuar en ciertos grupos.

ENFERMERAS

Las enfermeras han salido a protestar y dicen que no viven de aplausos, que necesitan implementos. ¿Qué se está haciendo para protegerlas?

La primera línea de lucha contra la epidemia la conforman los equipos de salud y de seguridad, como son las Fuerzas Armadas y policiales. El equipo de salud es el recurso más valioso para esta lucha, no solamente enfermeras, sino también médicos, obstetrices, odontólogos, personal administrativo, todos. Cuando tomé la posición de ministro de Salud, dije que mi principal función era proteger a los cuidadores y así lo hemos hecho durante todo este mes. Hemos gastado cerca de 80 millones de soles en comprar equipos de protección personal y son extremadamente difíciles de conseguir. Están muy escasos y hoy son muy caros. Una dificultad con la que nos enfrentamos es que no se reparten bien los equipos en los hospitales, incluso los productos se sustraen de los almacenes produciendo pérdidas para todos. Por eso, hemos formado los comités de vigilancia en los nosocomios.

En el hospital de Ate, asignado para atender a pacientes contagiados, hay 35 ventiladores que no funcionan y solo 20 camas en Cuidados Intensivos. ¿Nos va a rebasar esta pandemia?

No nos va a rebasar. Estamos trabajando denodadamente para que las camas que tengamos puedan usarse para los pacientes. Nosotros encontramos 100 camas UCI y ahora estamos en 700, pero ponerlas en marcha requiere fundamentalmente personal. La cama no funciona sola, se necesita un equipo de intensivistas, enfermeras, técnicos en enfermería que hacen que la cama tenga vida. En el caso del hospital de Ate, efectivamente hay un grupo de ventiladores a los que les falta una pieza y no pueden operar todavía. Ese hospital tiene capacidad para 200 camas UCI y para atraer al personal hemos aprobado una norma que permite el pago de horas complementarias, horas extras. El lunes (mañana) completaremos los turnos y podríamos ser capaces de mejorar la capacidad.

AUTOCRÍTICA

Al gobierno de Vizcarra se le está criticando por no haber actuado antes. ¿Qué autocrítica puede hacer?

El gobierno heredó un sistema de Salud muy precario, de hace 30 años. Le han puesto muy poquita plata a este sistema. Es difícil que en un año, dos años o en pocos meses, uno pueda cambiarlo.

La pandemia será una oportunidad para mejorar…

Ciertamente. El jueves el presidente Vizcarra mencionó que entre las reformas estaba la de Salud. Debemos salir de esta experiencia habiendo aprendido que no es posible que una sociedad como la nuestra deje abandonado a su sistema de Salud. Debemos salir con un sistema único de Salud Pública, fortalecido, mejorado y modernizado para enfrentar esta y otras amenazas en el futuro.

El excongresista Glider Ushñahua, con posible caso de Covid-19, imploraba que lo atiendan en un hospital de Pucallpa, pero le negaron por falta de ventiladores. Falleció en su casa. ¿Actualmente, podemos atender a toda la población infectada?

La demanda ha crecido rápidamente y nuestro sistema está tratando de atender a todos con la misma calidad, pero se nos hace más difícil en las regiones, porque no tienen tantos médicos como en Lima y es complicado conseguir personal que trabaje en las zonas alejadas. En el caso de Pucallpa, ciertamente no fue así (por falta de personal). Lamentamos la muerte del excongresista. Vi los videos y tomé la decisión de enviar al jefe de Susalud para que investigue exactamente lo que pasó en ese hospital y tomaremos las acciones que correspondan. Todo ciudadano tiene derecho a ser atendido en una emergencia, ya sea por Covid-19 u otro mal. No tenemos un sistema de Salud como el español, italiano, alemán, francés; sin embargo, todos esos sistemas han sido rebasados por la epidemia. Eso ha sido porque sus estrategias de control social fueron malas, no porque su sistema de Salud sea malo. En el caso peruano, la estrategia de control social ha sido muy buena, pese a nuestro sistema deficiente.

¿Vamos a llegar a situaciones, como hemos visto en otros países, donde hay una proliferación de cadáveres regados en las calles?

Nosotros tenemos la firme voluntad de que todas las personas sean tratadas con dignidad en todo el proceso de su enfermedad, incluyendo en una eventual situación en la que puedan fallecer. Estamos en una epidemia y, como hay cada vez más casos, se espera que también haya más fallecidos. Para esto se formó un comando para el recojo de cadáveres en las calles, casas y que no se generen demoras. Justamente para que no pasen esos espectáculos que se han visto en otros países.

Los crematorios están resultando insuficientes para el número de víctimas. ¿Qué acciones están tomando?

Solo en Lima tenemos 5 crematorios y por el momento se dan abasto en términos regulares, obviamente que el número de fallecidos aumenta. El protocolo que usamos permite que no solo se usen crematorios, sino también la inhumación ya sea en tierra o cementerio regular.

Aclárenos, ¿el cuerpo de una víctima con Covid-19 puede contagiar por contacto directo?

La persona, después de fallecer, va a seguir contagiando una o dos horas más. Para detener el contagio, uno tiene que limpiar el cuerpo, como cualquier otra superficie, con agua y lejía, y eventualmente cubrirlo con unas sábanas, impregnadas también con agua y lejía.

¿Cuáles son los principales puntos donde hay un mayor foco de infección?

Los mercados siguen siendo un punto problemático, así como los bancos, pero el principal foco de infección somos nosotros, los seres humanos. Transmitimos el virus al momento de hablar, al no lavarnos la manos, cuando nos queremos apapachar…

CUARENTENA

Una vez que culmine la cuarentena, ¿qué medidas se deben tomar para mantener el distanciamiento social?

El nuevo mundo al que vamos a salir, luego del 26 de abril, es exactamente el mismo del 25. No vamos a volver a abrazarnos, no vamos a volver a besarnos, no vamos a poder darnos la mano como antes. Cuando salgamos de la cuarentena, continuaremos en algunas actividades, pero manteniendo ciertas restricciones. Por ejemplo, no podremos ir a la discoteca, al estadio, probablemente los restaurantes no se abran. Todo aquello que signifique estar juntos o muy pegados no va a salir pronto. El futuro es aprender a vivir a separados, distanciados, porque sino se nos pega el virus. Si trabajamos en una mina, en un banco, vamos a tener que ir con un certificado que indique que no estamos enfermos o que no hacemos contacto con alguien que está contagiado. El cine del futuro va a tener que ser con una distancia entre una silla y otra. Las personas ya no podrán abrazarse ahí, tampoco comer canchita, porque pueden pasarse el virus. En el colegio, ya no se podrán prestar el borrador, el lapicero, el plumón, porque en todo lugar va a estar el virus. Así va a ser la vida, todo tiene que cambiar.

Entonces, ¿viviremos con el virus?

No sabemos cuánto tiempo vamos a vivir con el virus, pero ha llegado para quedarse. Todos los virus que nos visitan se quedan, como el coronavirus, la influenza, el VIH (sida), el papiloma virus, pero aprendemos a controlarlos con vacunas y tratamientos.

¿Cuáles son los retos para su sector?

En este momento tenemos tres retos: (1) mejorar la vigilancia de las personas que son diagnosticadas y hacerles seguimiento, (2) mejorar la capacidad para las personas que lleguen a las camas en UCI y (3) perfeccionar la aplicación ‘Perú en tus manos’, que alerta si uno se encuentra en una zona donde hay infectados.

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