El hambre, la inseguridad, el desempleo y la inflación han hecho que más de ocho millones de venezolanos migren al Perú y a otros países de América y Europa, según la ONU. Aquellos que no han podido salir de Venezuela luchan contra un régimen indolente, que alguna vez les prometió igualdad, pero los mandó un escalón más abajo, en donde la vida es indigna y miserable.


Escribe: Jhonny Valle

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NANCY DEL VALLE, ISLA DE MARGARITA

“Había veces que no los mandaba al colegio porque no había para el pasaje ni para la merienda”


¿Qué me motivó a migrar? Los motivos fueron mis hijos, prácticamente. La estabilidad económica. El sueldo mínimo que mi esposo cobraba quincenal no nos equivalía ni a un cartón de huevos. No teníamos las condiciones adecuadas para vivir dignamente. Recuerdo que tuve que vender la nevera [refrigeradora] porque la niña la abría cada cinco minutos y no encontraba nada. ¿Qué se siente entonces? Esa es una impotencia demasiada desagradable. Te sientes impotente de no darle a tu niña lo que es básico, que es la comida, la educación. La fruta allá es un lujo. No lo puedes comprar porque es demasiado caro. Había veces que no los mandaba al colegio porque no había para el pasaje ni para la merienda, ¿oyó?.

Nancy del Valle y su familia en la Isla de Margarita, el lugar más turístico y paradisiaco de Venezuela.
Nancy del Valle y su familia en la Isla de Margarita, el lugar más turístico y paradisiaco de Venezuela.

Antes de la crisis trabajaba en la 4 de mayo, en mi tierra natal, Isla Margarita, el lugar más turístico de Venezuela. Yo trabajaba haciendo trenzas. Porque a los turistas en ese momento les gustaba ir a la playa con las trencitas. Mi abuelo vendía pescado y trabajaba con él también. Ahorita nada que ver con eso. Ahorita usted va a la isla y nada que ver con eso. Ahorita la isla se siente sola, vacía.

Isla Margarita, el paraíso turístico de Venezuela en crisis
Isla Margarita, el paraíso turístico de Venezuela en crisis

¿Si yo voté por Chávez? Sí, voté por él. En ese momento decía que iba haber muchos proyectos, un cambio para todas las personas pobres y fue todo lo contrario porque lo que hizo fue empeorar la situación de los pobres. Ya hace 8 años la crisis se puso dura. Mi esposo trabajaba para sobrevivir, para medio comer. A la niña no se le podía hacer un vaso de leche, un vaso de avena, un jugo natural, no podía comerse un cambur [plátano], nada de eso. Ya para comprar un kilo de harina pan había que hacer una cola que duraba tres días. Entonces, mis hijas tenían hambre y qué les decía, cómo las consolaba, qué cree que sentía yo. Y así migramos a Perú hace tres años.

¿Aquí qué hemos hecho? Uy, aquí hemos vendido helados, gaseosas, agua. Hemos vendido caramelos, hemos tapado huecos en la avenida. Y hemos sobrevivido con lo que nos colaboran. Pero a pesar de que es una vida dura, ¿sabe?, aquí tengo la tranquilidad de que mis hijas coman a su hora y tengan una vida digna. Yo siempre me encomiendo a la virgencita del Valle. Ella nos cuida, mírela, tan hermosa.

NAKARY MARTÍNEZ SÁNCHEZ, GUATIRE - MIRANDA

“Tú vas para la calle de Venezuela y ves niños y personas de la tercera edad revisando la basura para poder sacar trozos de yuca, ñame, tomates”


Durante mi adolescencia iba a un supermercado y conseguía cualquier tipo de comida a precio económico, razonable, no había falta de medicamento, había empleo, no había tanta delincuencia. Yo trabajaba de impulsadora de productos. El sueldo me alcanzaba para pagar el gas, el alquiler, el teléfono, para la comida. Hasta para tomarme mis cervezas los fines de semana. Era una vida sin lujos, pero tampoco había necesidades, pues. Ahora no. Con la crisis muchas veces salíamos a la calle a pedir a las amistades que nos regalaran, aunque sea, un kilo de arroz. Muchas veces teníamos que comer el cuero de carne, hacerlo guisado. Otros días teníamos para comprar un kilo de yuca y eso almorzábamos todos.

La nieta de Nakary acompañando en las extenuantes colas para conseguir alimentos en Venezuela
La nieta de Nakary acompañando en las extenuantes colas para conseguir alimentos en Venezuela

Tanta era la crisis en Venezuela que nosotros nos metimos de milicianos, a hacer servicio militar, para que nos pudieran dar una caja del CLAP (Comité local de abastecimiento y producción), en el que venía arroz, leche, azúcar, mantequilla. Muchas veces veía cuando los mismos sargentos, coroneles sacaban los productos de la caja, lo más indispensable, la leche. Sacaban y los guardaban para ellos. Me retiré cuando supe que me iban a juramentar y ponerme un uniforme. No quise porque yo no iba a matar a nadie. No fui más. Seguí luchando por mi caja del CLAP, pero a veces lo recibía cada tres meses.

Los milicianos son civiles que se enrolan al ejército para, en muchos casos, poder conseguir alimentos con facilidad. (Foto: Reuters)
Los milicianos son civiles que se enrolan al ejército para, en muchos casos, poder conseguir alimentos con facilidad. (Foto: Reuters)

¿Si creí en el chavismo? Sí, pero lo único que hizo fue que los pobres se hicieran más pobres. Ya no hay agua, ya no hay luz, no hay internet. Tú vas para la calle de Venezuela y ves niños y personas de la tercera edad revisando la basura para poder sacar trozos de yuca, ñame [un tipo de tubérculo], tomates. Esa es la Venezuela de hoy. Entonces en ese momento dijimos ‘ya no podemos más’. Hasta aquí nos trajo el río. Yo me vine con estas cholitas (sandalias), llegué caminando, con ampollas, delgadita. Éramos nueve personas y salimos con 100. Cuando se acabó el dinero tuvimos que pedir a la gente que nos ayude. Muchos camioneros me tocaban la pierna, y qué podía decir si me traían gratis. Tenía que quedarme callada.

¿Mi casa? Allá mi casa se está cayendo, no tengo cómo mandar para Venezuela para poder comprar un saco de cemento, un saco de cemento en Venezuela es como tres meses de trabajo aquí. Entonces, si mandas, dejas de comer, dejas de pagar la renta aquí. ¿Si alguna vez imaginé esto? Jamás llegué a pensar que iba a pasar por todo esto. Jamás. Sí, tengo ganas de regresar a Venezuela, porque tengo mi casa allá, pero para qué voy a regresar, ¿para sentarnos y esperar que alguien nos regale un kilo de arroz? Prefiero seguir aguantadita aquí, encomendarnos aquí, y que sea lo que Dios quiera.

JACLIN GÓMEZ, ANZOÁTEGUI

“Aquí sí tenemos oportunidad, hay trabajo, se compra comida, los niños están estudiando”


Si me hubiera quedado en Venezuela, bueno, ya estaría muerta. Allá no hay medicamentos. Allá no hay nada. Yo tengo cáncer de ovario y en Venezuela no había un buen tratamiento, me mal operaban, me dejaban residuos y me volvían a salir los tumores. El seguro nunca te daba medicamentos para el cáncer, tampoco para la quimioterapia. En los hospitales no hay guantes, ni inyectadoras. Tenías que llevar todo para hacer el tratamiento. Desde la gasa, guantes, tapaboca, las pastillas. Antes ibas al hospital y había de todo, no tenías que comprar nada. Si quieres comprar no encuentras y si encuentras no tienes con qué comprar.

FOTOS DE CIUDADANOS VENEZOLANOS QUE MIGRARON A PERU. EN LA IMAGEN APARECE JECLYN GOMEZ.
FOTOS DE CIUDADANOS VENEZOLANOS QUE MIGRARON A PERU. EN LA IMAGEN APARECE JECLYN GOMEZ.

La crisis económica nos ha afectado duramente a todos los que teníamos tratamientos médicos. Yo no espero que me den todo, pero si hubiera trabajo, si hubiera sueldos dignos, si hubiera abastecimientos de medicamentos, yo podría comprarlos, pero no hay nada de eso, ni trabajo, ni sueldos dignos, ni abastecimiento de medicamentos, ¿entonces cómo hacemos los enfermos? ¿Por qué hay crisis de salud? Es que Venezuela está quebrada, todo lo agarran para ellos. En algún momento confié en las propuestas, en el cambio, en que los pobres mejoraríamos, pero terminé decepcionada. Nada de eso ocurrió. Nunca recibí ningún beneficio. Allá están pasando más hambre, más necesidades, están comiendo de la basura, están pidiendo en las calles. La delincuencia está horrible, están robando demasiado, no puedes ir al mercado porque te roban.

Antes de venir, yo trabajaba en un laboratorio privado, lo dejé para venirme acá, mi sueldo ya no me daba para comprar los víveres. Ahorita allá no hay nadie trabajando, la mayoría de las empresas están cerradas. Mi esposo estaba trabajando en PDVSA (Petróleos de Venezuela S. A) y renunció para venirse conmigo. Recuerdo que nosotros salíamos para todos lados, íbamos al parque, a la playa, hacíamos parrillas, fiesta, todo. Todo estaba excelente hasta que… Bueno, el otro día hablé con mi amiga que también tiene cáncer y está deprimida porque no consigue nada, ni medicamento. ¿Si aquí tengo más oportunidades? Aquí sí tenemos oportunidad, hay trabajo, se compra comida, los niños están estudiando.

MELVIN PÁEZ PABÓN, CARACAS

“Cuando llego a Perú dije: ‘Cónchale, ¿qué es esto?, Audi, Mercedes Benz, Starbucks...’ Aquí había oportunidades”


Yo recuerdo que los cubanos nos decían ‘ustedes van por el mismo camino’, ‘van a hacer cola’, ‘no van a poder salir’. Y fíjate lo que pasó. Nosotros decíamos, ‘pero si estamos en un país rico, qué te pasa, esto es Venezuela’. Ahora lo recuerdo con un poco de humor. Los cubanos nos advirtieron en su momento y no les hicimos caso.

Caracas - Venezuela. (Foto de Federico PARRA / AFP)
Caracas - Venezuela. (Foto de Federico PARRA / AFP)

Mira, no es porque sea venezolano, respeto tu país, pero no hay país en el mundo que tenga más dinero que Venezuela. Ni Dubái. Te voy a explicar algo: cuando en Venezuela se hizo la torre del parque central, el primer rascacielos que tuvo Venezuela, en Dubái a los 15 años hicieron uno igual. Nosotros teníamos más desarrollo que Dubái, pero es el control, hermano, es la manera de utilizar las cosas, los bienes de la nación, el servicio. Hermano, tú no puedes meterte de cantante si eres zapatero. O viceversa. En Venezuela lo que pasó fue eso, militares en el área de Salud, en Economía. Y entonces ya ves los resultados. ¿Por qué migré? Aparte de la comida y la escasez, fue la seguridad. La seguridad está muy desbordada en Venezuela. Allá no hace falta que tú seas policía, malandro, para que cualquiera venga a darte un tiro y robarte o secuestrarte. Ese fue el motivo que me dio miedo, y migré para poder sacar adelante a mis hijas, que ya vienen en camino a Perú.

Melvin Páez junto a sus hijos, en Caracas
Melvin Páez junto a sus hijos, en Caracas

Cuando nació mi primera hija yo tenía 20 años y ya me había comprado un apartamento. Si podías trabajar en un lado y otro, podías tener acceso a un crédito para poder comprar un apartamento, que fue lo que yo hice. Pero con la crisis, todo se fue para abajo. Las colas para conseguir alimento eran de varios días, la inseguridad, el desabastecimiento. La inflación. Mi esposa que está en camino me dice: ‘Melvin, yo no me voy a echar para atrás’. Allá aumentaron el sueldo a 3.50 dólares ¿y eso para qué sirve? Para un cartón de huevos.

Mi destino era Chile, no Perú. Pero cuando llego a Perú, dije: ‘cónchale, ¿qué es esto?, Audi, Mercedes Benz, Starbucks’… dentro de mí dije, que un país que tiene esto es porque hay dinero. Y sí, Perú me ha dado muchas oportunidades, pude abrir una guardería y sacar a crédito un auto. Yo le rezo todos los días a mis Orishas, ¿Qué les pido? Les pido por mi salud, mi familia, mis hijas, mi esposa.

DESIRÉ MENDIGAÑA, CARACAS

“Venezuela era ese paraíso al que todos querían ir”


Yo vengo de una familia de migrantes. Mi madre migró para Venezuela a principios de los años 80. Nací en Perú, en Lima. A los tres años mi mamá me llevó a Venezuela. A esa Venezuela próspera, la del boom petrolero, el país con mayor desarrollo en América Latina, con más avance. Era el paraíso al que todos querían ir. Y aquí en Perú la situación interna estaba pasando una crisis fuerte por el terrorismo.

Allá mi mamá rehízo su vida. Yo tuve una infancia muy bonita, estudié en excelentes colegios, tuve una educación de primera. Estudié la universidad. Con el sueldo de mis padres se podía pagar los estudios, ahorrar y comprar un apartamento. Era un país que estaba en repunte, hasta que llegó el 98. ¿Cuáles fueron los primeros indicios de la crisis? Cuando de pronto mi madre, que era muy organizada, ya no podía manejar un presupuesto para el mercado, si algo costaba hoy 50 bolívares, mañana era 70...

Desiré en los brazos de su madre, celebrando un cumpleaño en Caracas.
Desiré en los brazos de su madre, celebrando un cumpleaño en Caracas.

Con la crisis, el valor humano se fue deteriorando. Las personas comenzaron a caer como en una situación de angustia, que no importa nada. Es cuando veías a familias que salían a buscar lo que fuera en la basura. Esas imágenes que cualquiera pueda ver en un documental, es así. El gobierno había ofrecido equidad, que los pobres tendrían acceso a todo, los ricos ya no iban a ser tan ricos. Lo que esa gente había logrado, eso se iba a compartir con el pueblo. Suena muy bonito cuando la gente tiene la necesidad de escuchar eso. Pero no fue así. Cuando la crisis empezó a ahorcarnos, yo migré primero para Colombia, donde estuve un año. Luego migré a Perú. ¿A qué me dedico aquí? Hoy soy operaria de limpieza. Limpio oficinas, casas. Limpio lo que me toca. En Venezuela trabajaba en el Ministerio de Cultura como periodista, en Colombia, en Caracol Radio, pero hoy es lo que toca aquí.

Desiré Mendigaña es comunicadora social, profesión que ejerció en Venezuela y Colombia.
Desiré Mendigaña es comunicadora social, profesión que ejerció en Venezuela y Colombia.

¿Si pienso en volver? No. La cosa allá está cada vez peor, entonces no es algo como muy inspirador querer regresar. Aquí a uno no le sobran los dólares, pero se trabaja para el arriendo, la comida, para pagar los servicios y mandar a mis padres. Y por ahora está bien así.

NANCY ARELLANO - PRESIDENTA ONG 'VENEACTIVA'

ENTREVISTA


Nancy, ¿esas imágenes que vemos en reportajes, documentales, de venezolanos recogiendo restos de la basura para poder comer es tal cual, es así de dramática la situación?

Sí, claro. El llamado socialismo del siglo XXI no trajo la igualación hacia arriba, trajo la igualación hacia abajo de un porcentaje altísimo de la población. La élite sigue existiendo, así como existe en Cuba.

¿Cuántos venezolanos han migrado en total?

Según las estimaciones de la ONU, son casi 8 millones. Venezuela pasó de ser un país de inmigrantes, a ser un país de emigrantes.

¿Cuál es el recorrido que las clases pobres hacen de Venezuela hacia Perú?

La hacen a pie. Sin ir muy lejos, acabamos de ver balseros hacia Trinidad y Tobago. Parecían fotos de África y eran venezolanos.

Migración
Migración

Y quiénes vienen hacia el sur, ¿cómo lo hacen?

Vienen a pie, pidiendo ayuda para el transporte, a camioneros, pagando autobuses. Lamentablemente, hay un fenómeno de tráfico de migrantes. Es la segunda mayor crisis migratoria a nivel mundial después de Siria.

¿El comunismo ilusionó a los sectores pobres de Venezuela?

Todas las promesas de cambio siempre ilusionan.

¿Cuál fue el impacto en ellos?

El impacto fue una estafa porque, en efecto, el modelo planteado prometía la superación, la dignificación de las masas populares. Y esta dignificación no fue tal porque estuvo sujeta a la voluntad partidaria. Es decir, era un intercambio.

¿Cómo es eso?

O sea, el discurso de tornó en un tema de traición si no apoyabas el chavismo. La Misión Vivienda entregó viviendas, pero no entregó títulos. Se desarrollaron universidades sin calidad, apostando a la cantidad. El control de precios trajo la destrucción de la industria nacional y con ello la pérdida de empleo.

¿Cuál es la situación actual de los venezolanos que no han podido migrar?

Los venezolanos en Venezuela siguen sujetos a lo que decida el régimen. La incertidumbre, una inflación voraz, la falta de garantías legales y la violación de derechos humanos como constante, somete a quienes están dentro a un nivel de angustia y deshumanización. Los que más sufren son las clases bajas, que están en aumento por la crisis, quienes sufren la demolición de los servicios públicos como agua, luz, educación y Salud sin tener cómo acceder a la oferta privada.

¿Cómo están sobreviviendo los sectores pobres de Venezuela?

Los que no lo logran, mueren. Los demás o luchando en la informalidad absoluta y quizás con alguna asistencia de familiares en el extranjero o migrando ellos mismos. Esta es justamente la grave necesidad que hay en las clases populares venezolanas y lo que empuja todo un mercado paralelo de desorden: contrabando, sobreprecios, pérdida de poder adquisitivo y demás.

¿Del millón de venezolanos en Perú cuántos trabajan?

La empleabilidad es alta, pero la mayoría es informal. Más del 80% trabaja, pero en el sector informal.

¿A cuánto ascienden las remesas?

Siguen siendo pírricas. Estamos hablando de remesas que no pasan de los 100 u 80 soles.

¿Eso para qué sirve en Venezuela?

Cada vez menos, porque la inflación se come. Ya la economía está dolarizada. Además, hay inflación en dólares porque hay un mercado negro.

¿Algún mensaje para los venezolanos en Perú?

Siempre hay retos, ya el hecho de que muchos decidieran migrar implica un acto de valentía. Hay valentía en quien se queda y quien sale. Creo que hay muchas oportunidades si trabajamos juntos, de la mano, si hacemos comunidad, entre venezolanos y peruanos. Siempre hay que estar agradecidos. Y la mejor forma de agradecer es chambeando, haciendo país donde sea que estemos.

Créditos
TEXTOS / Jhonny Valle. FOTOS / José Rojas / Jesús Saucedo . Cámara/ César Del Pino.
EDICIÓN/ Josue Talaverano. EDICIÓN WEB/ Herbert Holguín.
DISEÑO GRÁFICO / Billy Casally. DIRECTOR/ Carlos Espinoza.