Cada etapa del embarazo requiere de diferentes cuidados y revisiones dado los factores que puedan incidir en el estado de salud de la madre y desarrollo del feto. Una de las enfermedades muy poco conocidas pero altamente peligrosas es el síndrome TORCH, grupo de enfermedades infecciosas como toxoplasmosis, otras (sífilis, VIH), rubéola, citomegalovirus, herpes simple, que requiere especial atención durante esta etapa.
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En caso de que la madre padezca algunas de estas, el bebé puede resultar contagiado puesto que su sistema inmunitario no tiene la fuerza necesaria para luchar contra la infección. Asimismo, es altamente posible que los órganos no se desarrollen de manera adecuada lo que originaría una muerte intrauterina o un aborto espontáneo.
En detalle este síndrome recibe su nombre por las siglas:
- Toxoplasmosis: Enfermedad producida por el parásito Toxoplasma gondii. La infección suele contraerse al comer carne contaminada mal cocida o exponerse a heces de gato infectadas.
- Otras (Sífilis, VIH): Estas infecciones de transmisión sexual reducen significativamente su riesgo de contagio con el uso de preservativos. En mujeres embarazadas con sífilis temprana no tratada, el 25 % de los embarazos resultan en muerte fetal y el 14 % en muerte neonatal.
- Rubéola: Infección contagiosa que se transmite por gotículas en el aire cuando las personas infectadas estornudan o tosen. Una vez que el virus infecta a una mujer embarazada en las primeras etapas del embarazo, la probabilidad de que la mujer transmita el virus al feto es del 90%. Esto puede causar la muerte del feto o provocarle el síndrome de rubéola congénita.
- Citomegalovirus (CMV): Este es el virus más común de transmisión durante el embarazo y afecta aproximadamente al 0,5-1,5 % de los nacimientos. Aproximadamente el 40 % de las infecciones maternas por CMV durante el embarazo resultan en una infección congénita.
- Herpes simple: La infección por el virus del herpes simple se transmite generalmente por contacto de boca a boca y provoca una infección en la zona bucolabial, (VHS -1) mientras que el VHS-2 se transmite principalmente por vía sexual y causa herpes genital. El riesgo de herpes neonatal es mayor cuando la madre ha contraído la primera infección por VHS al final del embarazo.
El síndrome TORCH puede causar signos leves como malestar y fiebre, en algunos casos, estas enfermedades pueden pasar desapercibidas y solo son notadas después del parto cuando el recién nacido es más pequeño de lo normal, o cuando presenta una erupción en la piel, con pequeñas manchas rojizas o violáceas debido al sangrado de los capilares debajo de la piel.
Como método de prevención, existen las pruebas TORCH, un grupo de pruebas de sangre realizadas usualmente durante el primer trimestre del embarazo con el fin de diagnosticar las enfermedades ya mencionadas.
“Para descartar el síndrome TORCH, se requiere analizar la sangre de la madre con el fin de detectar indicios de infecciones asociados a fallos del desarrollo fetal o anomalías congénitas que pueden manifestarse al nacer o incluso en etapas posteriores de la vida. Estas herramientas de diagnóstico pueden identificar riesgos para el feto y por ende, facilitan la toma de decisiones médicas hacia un tratamiento eficaz para vivir esta etapa con mayor tranquilidad”, expresó Rosemeire Braz, Directora de Asuntos Médicos para Siemens Healthineers, Latinoamérica.