El pasado 15 de enero se produjo el derrame de más de 10,000 barriles de petróleo en el mar de Ventanilla, considerado el “peor desastre ecológico” ocurrido en Lima. Este viernes 15 de julio se cumplen seis meses desde que las playas quedaron con crudo, los pescadores dejaron de trabajar y decenas de especies vieron afectado su ecosistema.
Pese a que la empresa Repsol -que administra la refinería La Pampilla- tomó acciones en un primer momento a fin de limpiar las playas, entregar bonos a los pescadores y ciudadanos afectados, esto no ha sido suficiente y prueba de ello es que aún muchas de las personas que vivían del mar siguen sin poder trabajar.
Pescadores perjudicados
Christo Rey es pescador de la playa Bahía Blanca (Ventanilla) una de las tantas afectadas por el derrame de petróleo. En diálogo con este medio dio a conocer que existe un desinterés y abandono por parte de la empresa Repsol. Además, indicó que los S/3.000 que recibieron les fue insuficiente ya que, para muchos de sus compañeros, incluido él, solo les sirvió para pagar deudas.
“Vemos que la empresa Repsol cada que sale un reportaje o algo manda a dos, tres personas, supuestamente a limpiar y bajan de su movilidad, se dan dos, tres vueltas a la playa, recogen tres, cuatro papelitos y nada más”, señaló.
Comentó que algunos de sus compañeros -al no encontrar otros empleos- continúan trabajando en la playa vendiendo carnada como el “muymuy”. Asimismo, detalló que durante el verano -época en la que ocurrió el desastre- ellos solían ahorrar para los meses bajos de pesca.
“Lo que hacemos es que todo el verano -de octubre a mayo- trabajamos parejo porque el agua tiene más tiempo que está tranquilo. Para los meses fuertes de invierno que son junio, julio, agosto y septiembre, hasta octubre quizás, solamente salimos de pesca los días que el mar está tranquilo”, contó.
“Para eso nosotros siempre -en verano- que trabajábamos todos los días, formábamos cajas chicas para poder mantenernos en los días de invierno que no salimos a trabajar”, añadió.
Por otro lado, Christo Rey reiteró nuevamente a la empresa Repsol que atiendan sus demandas, pues él y sus compañeros pescadores de la zona de Bahía Blanca siguen sin poder trabajar del mar. “Pedir un poco de su interés, de su preocupación por ver nuestros casos independientes y en conjunto de nuestros compañeros”, instó.
Aún no hay sanciones firmes
Por su parte, el director Científico de Oceana en Perú, Juan Carlos Riveros se refirió a los procesos administrativos y legales que se están llevando contra Repsol tras el derrame de petróleo, de los cuales a la fecha no se ven resultados.
“Seis meses después siguen avanzando, se sigue dilatando los plazos y no vemos que eso efectivamente resulte en medidas que permitan que estos sectores recuperen u obtengan algún tipo de compensación de parte de la empresa”, dijo.
En ese sentido, señaló que de “alguna manera esta mala experiencia” nos debe servir para aprender algunas lecciones en cuanto a la respuesta del Estado, así como nuestra capacidad para evitar que esto se repita y eventualmente para que la sociedad civil esté más atenta”.
“Tenemos que ver esto en una magnitud que va más allá de un accidente particular, sino que efectivamente qué estamos haciendo para evitar que esto se repita como accidente y como política de estado”, puntualizó.
Nuevos beneficiarios y playas aún afectadas
A través de un comunicado, la empresa Repsol informó que incorporará en adelantos de compensación a más de 4.600, haciendo un total de 10.186 personas afectadas.
Este nuevo grupo está relacionado al servicio de atención en restaurantes, ambulantes, entre otros, pertenecientes a los 5 distritos impactados que son: Ancón, Aucallama, Chancay, Santa Rosa y Ventanilla.
En tanto, el OEFA indicó que hasta la fecha solo hay cinco playas libres de hidrocarburos, estas son: La Playuela, Hermosa, Chorrillos-Chancay, Viñas y Calichera.
Mientras que 32 playas y acantilados que aún continúan afectadas tras el derrame de petróleo. Además, hay 17 playas evaluadas que están pendientes de resultados. En tanto, hay 42 playas, acantilados y puntas en proceso de evaluación.