El hogar es donde aprendemos a vernos, amarnos, vincularnos con el mundo y con nosotros mismos. Foto: Composición / iStock.
El hogar es donde aprendemos a vernos, amarnos, vincularnos con el mundo y con nosotros mismos. Foto: Composición / iStock.

La familia es nuestro primer hogar, pero también nuestro primer espejo. Es allí donde aprendemos a vernos,

Mira también:

Desde la psicología clínica, entendemos que la manera en que fuimos mirados, escuchados y validados en la infancia influye directamente en nuestra autoestima, en la forma en que nos enfrentamos a los conflictos, en cómo pedimos amor y en qué tanto creemos merecerlo.

Si en el hogar hubo abandono, crítica constante o ausencia emocional, es posible que hoy sintamos miedo al rechazo. Foto: iStock.
Si en el hogar hubo abandono, crítica constante o ausencia emocional, es posible que hoy sintamos miedo al rechazo. Foto: iStock.

Si crecimos en un entorno seguro y afectivo, probablemente cultivamos confianza. Pero si hubo abandono, crítica constante o ausencia emocional, es posible que hoy, como adultos, sintamos miedo al rechazo, dificultad para poner límites o una necesidad profunda de aprobación.

La familia no determina nuestro destino, pero sí deja huellas. Reconocerlas nos permite sanar, construir nuevas formas de amar y dejar de repetir lo que alguna vez nos hirió. Porque comprender nuestra historia familiar es un acto de amor propio y de libertad.

MÁS INFORMACIÓN:

Contenido sugerido

Contenido GEC