Un 75 % de las mujeres en etapa de climaterio presenta bochorno, una repentina sensación de calor en cara, cuello y parte superior del tórax, que se acompaña de enrojecimiento del rostro y sudoración. Este síntoma que provoca en la mujer un malestar que incluso la limita en su vida social y laboral, tiene consecuencias para la salud que van más allá de lo ya mencionado.
La mayor parte de los bochornos ocurre de noche y en la segunda mitad de la noche, cuando se produce el sueño REM, también conocido como sueño profundo. Cuando este sueño es interrumpido, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas. Esto, unido a la disminución del estrógeno (hormona producida por el ovario y cuyo valor disminuye en la menopausia), hará que la mujer que atraviesa la perimenopausia esté en mayor riesgo de sufrir un problema cardiovascular.
El estrógeno es el encargado de mantener los vasos sanguíneos abiertos y relajados, controlar los niveles de colesterol y evitar que el aumento de esas grasas provoquen su acumulación en los vasos que podría interrumpir el riego sanguíneo. La terapia para evitar los bochornos y, por lo tanto, la interrupción del sueño profundo, son los estrógenos. Pero si una mujer no desea usarlos, hay otras alternativas que, al disminuir los calores que afectan el sueño, harán menor el riesgo de enfermedades cardiacas.
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