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Todos los días comerciantes de todo tipo, grandes empresarios o humildes emprendedores, reciben amenazas de muerte en este país, obligados a pagar un cupo por “seguridad”. Las calles se llenan de cadáveres víctimas del sicariato, mientras la explotación sexual se multiplica por diferentes zonas. Detrás de todos estos crímenes aparece casi siempre un mismo nombre: ‘Tren de Aragua’. La megabanda criminal que se inició como un inofensivo sindicato de trabajadores y cuyos tentáculos se extienden hoy por toda Sudamérica.
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“El primer detonante para la expansión de la banda es la emergencia humanitaria compleja que todavía se vive en Venezuela. Algunos de los líderes del Tren de Aragua empiezan a salir de la región hacia otros países en busca de la posibilidad de encontrar nuevas rentas ilegales o criminales, porque esa es a la actividad que se dedican”, señaló Ronna Rísquez, periodista de investigación venezolana que escribió un libro sobre el ‘Tren de Aragua’.
Según la fundación InSight Crime, esta megabanda tiene presencia en al menos 6 estados de Venezuela y en países como Brasil, Colombia, Perú, Bolivia y Chile, teniendo un importante incremento en sus actividades en el extranjero durante el año 2020.
¿POR QUÉ SE LLAMA ‘TREN DE ARAGUA’?
La organización criminal se formó , en 2005, como un aparentemente inofensivo sindicato de construcción del tren, en el estado venezolano Aragua (de allí su nombre). Sus integrantes pronto vieron la oportunidad de hacer dinero cobrando sobornos para colocar empleos dentro de la construcción, extorsionando también a los contratistas.
Finalmente, la obra no llegó a concretarse por desidia del gobierno de turno y, tras la paralización en 2011, sus miembros procedieron a dedicarse a actividades delictivas como extorsión, secuestros, robos y homicidios.
De acuerdo con InSight Crime, para 2018 el grupo contaba con más de doscientos miembros en libertad y miles más dentro de las cárceles venezolanas, como la cárcel de Tocorón en Aragua, desde donde es dirigida hoy por Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias ‘Niño Guerrero’, sentenciado en 2018 a 17 años.
La agudización de la crisis migratoria en Venezuela fue una etapa favorable para el Tren del Aragua, puesto que vio la oportunidad de ejercer la labor de traficantes de personas para trasladarlas a diversos países de la región. Es así que algunos miembros de la banda llegaron a Chile, Bolivia, Ecuador, Brasil y Colombia, tomando barrios enteros.
¿CÓMO LLEGARON AL PERÚ?
Los primeros integrantes de esta banda comenzaron a llegar al Perú en 2018 aprovechando las migraciones. Poco a poco vieron la oportunidad de controlar el negocio de las extorsiones en 9 distritos de Lima-transporte (paraderos), trabajo sexual y comercios, en su mayoría informales.
Bajo el nombre de ‘Los Malditos del Tren de Aragua’ aparecieron en ese año en las páginas policíacas por sembrar el pánico en la población peruana tras un sonado intento de asalto en el centro comercial Plaza Norte, en Independencia.
Entre los detenidos estaba el venezolano Edison Agustín Barrera, alías ‘Catre’, un criminal con al menos seis asesinatos bajo la modalidad del sicariato y quien gusta de presumir y fotografiarse con las cabezas de sus enemigos.
Otro crimen sería el detonante para anunciar la llegada del ‘Tren de Aragua’ con fuerza al territorio peruano. Ocurrió a inicios de 2020. El asesinato del proxeneta ‘Cholo Issac’, Isaac Hilario Huamanyalli, perpetrado por ‘Los Gallegos’ -facción de la banda- en Lince, donde habría participado su actual líder, José Luis Rodriguez, alias ‘Mamera’, con la finalidad de dejar libre el territorio que dirigía Issac.
De esta manera ‘Los Gallegos del Tren de Aragua’ tomaron el control de Risso, en Lince. También hicieron lo propio en San Juan de Miraflores y Ate.
No todo le salió bien a ‘Los Gallegos’. Héctor Prieto Materano, alias ‘Mamut’, llegó al Perú en 2022 con la finalidad de tomar el sector de ‘Mamera’ y todo Lima Norte, en al menos seis distritos. Es un avezado sicario entrenado en el penal de Tocorón, donde purgó condena durante dos años y medio. Lleva más de 15 años en la organización criminal, siendo el tercero en la línea de asunción al poder.
Su reinado de terror y sangre terminó el 29 de enero de este año, luego que la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri lo capturara en su búnker de SMP. ‘Mamut’ extorsionaba a trabajadoras sexuales a cambio de altas sumas de dinero que podían alcanzar hasta los S/ 10 mil. También manejaba el cobro de cupos en paraderos, pequeños comercios y viviendas. Fue internado en el penal Ancón II, pero se detectó que seguía extorsionando, así que fue reubicado en Challapalca, Tacna.
“La desesperación del Tren de Aragua es buscar un ‘Mamut’. El golpe más duro que ha sufrido la organización criminal de ellos es eso -su captura-”, declaró el coronel PNP Víctor Revoredo Farfán, jefe de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri.
‘Mamera’, por su parte, abandonó el país poco después de ser liberado por la justicia peruana tras haber sido capturado en un mega operativo en Punta Negra, en 2020. Fuentes policiales indicaron que el hampón está buscando apoyo de la banda ‘Cota 905′ para poder tomar el control de las plazas de extorsión que tenía ‘Mamut’.
Eso se está traduciendo a ríos de sangre con el asesinato de dos mujeres venezolanas en Pasamayito, el ataque contra una trabajadora sexual en Independencia y la detonación de una granada en La Victoria, muy cerca a donde transitaba un hombre dedicado al cobro de cupos a trabajadoras sexuales en Lince.
El fiscal superior Jorge Chávez Cotrina, coordinador de las fiscalías contra la Criminalidad Organizada, señaló que inicialmente el ‘Tren de Aragua’ ingresó al país con la finalidad de trabajar detrás de la trata de personas aprovechando la crisis migratoria en Venezuela.
“Solamente en el tema de explotación sexual, tienen un ingreso aproximado de medio millón de soles mensuales”, comentó el especialista.
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