Por: Miguel Ramírez (Periodista de Investigación)
La decisión del fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, de sacar a los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez del caso ‘Lava Jato’, es un puñal por la espalda a la lucha contra la corrupción y la mayoría de la población.
Es una burla para los peruanos que habían puesto sus esperanzas en estos dos magistrados –sobre todo en Domingo Pérez– para descubrir las supuestas tropelías de Keiko Fujimori y Alan García con la empresa corrupta Odebrecht.
Pedro Chávarry no tuvo el valor de argumentar su infeliz resolución: esperó la noche del último día del 2018, mientras nos preparábamos para celebrar el Año Nuevo, y no respondió las preguntas de los periodistas.
Los más felices –¡qué duda cabe!– son Keiko Fujimori y Alan García, quienes los protegen a través de sus bancadas en el Congreso.
Apenas se enteró de su desembarco, Domingo Pérez, con un aplomo a prueba de balas, fue a su despacho, declaró a la prensa y puso a buen recaudo el material de sus investigaciones. Anoche, Vela y Pérez anunciaron que presentarán un recurso de apelación contra la decisión de Chávarry, ante la Junta de Fiscales Supremos.
A este columnista le llama la atención la demora en firmar el acuerdo con la empresa Odebrecht para que sus principales directivos –especialmente Jorge Barata– contaran toda la verdad, a cambio de seguir operando en el país.
A fines de noviembre pasado, el fiscal Rafael Vela anunció que el acuerdo se firmaría el 11 de enero y que Barata empezaría a declarar cuatro días después.
La pregunta que hoy se hacen muchos es ¿por qué se esperó tanto tiempo si sabían que sus nombramientos vencían el 31 de diciembre y Chávarry había amenazado con echarlos de sus puestos?
El argumento de que los fiscales brasileños salían de vacaciones es poco convincente. A los procesados del vuelo de Keiko Fujimori y Alan García no se les puede dar días de ventaja para que puedan pensar y rearmarse, que es lo que parece ha ocurrido. Y mucho menos a una empresa como Odebrecht, que acude a cualquier argucia para proteger su patrimonio.
Por otro lado, las trayectorias de los fiscales Frank Almanza y Marcial Páucar, quienes reemplazarán a Rafael Vela y Domingo Pérez, respectivamente, no son de las mejores. Como lo reveló ayer el congresista Oracio Pacori, Almanza y Páucar fueron profesores en la Escuela de Altos Estudios Jurídicos (Egacal).
Egacal era un instituto particular de Guido Aguila, el expresidente del desactivado Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), acusado de pertenecer a la organización de ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’. Egacal era el trampolín para ser magistrado.
Almanza es un fiscal de verbo florido. Tenía a su cargo el caso de los hermanos Sánchez Paredes. Solo fue a las primeras audiencias, armó un show y luego desapareció.
Los peruanos no nos quedaremos tranquilos con este golpe asestado por Pedro Chávarry. Nos vemos el martes.
Los artículos firmados y/o de opinión son de exclusiva responsabilidad de sus autores.