Por: Miguel Ramírez

Lo que todo el mundo sospechaba, murmuraba, comentaba, salió a la luz: La empresa brasileña -que corrompió gobiernos con millonarios sobornos a cambio de obras públicas- también habría financiado el 2011 las , cuya candidata fue la hoy vicepresidenta Mercedes Aráoz.

Lo dijo el mismísimo Marcelo Odebrecht, el dueño de esa compañía, durante el interrogatorio que le realizaron fiscales brasileños y peruanos. También los abogados del expresidente Ollanta Humala, señalado de haber recibido un .

Odebrecht afirmó que los detalles de esas ‘contribuciones electorales’ las conocía Jorge Barata, su representante que tuvo en Lima durante muchos años. Barata, como se sabe, se movía en las altas cumbres del poder y se codeaba con la flor y nata del mundo empresarial y periodístico.

La revelación la hizo el viernes pasado Gustavo Gorriti, el prestigioso periodista de investigación que dirige el portal IDL-Reporteros. Como era de esperarse, fujimoristas y apristas le saltaron al cuello a Gorriti y trataron de desmentir las declaraciones de Odebrecht.

Mauricio Mulder, el virulento escudero de Alan García, dijo que la información era una maniobra política de los Humala para distraer las investigaciones en su contra.

Más contundente fue Keiko Fujimori. “Yo no conozco al Sr. Marcelo Odebrecht y no he recibido suma de dinero de empresa brasileña alguna”, escribió en su cuenta de Twitter. Luego puso otro mensaje que resulta revelador: “Al señor Barata lo conocí el 2011 en una exposición de mi plan de gobierno y a un grupo de 80 empresarios, como lo hice a otros gremios”.

Precisamente -de acuerdo con lo que este columnista también conoce- Marcelo Odebrecht ha sido implícito en demandar a su exempleado, Jorge Barata, a confesar todas las tropelías que cometió aquí y probarlas.

Lo que ocurre, sin embargo, es que hasta hoy la memoria de Barata ha sido selectiva: solo ha mencionado a Ollanta Humala, y a un tercer político, cuyo nombre está por revelarse. No ha dicho nada de Keiko Fujimori ni de Alan García, por eso su jefe se lo ha recordado. ¡Lo ha puesto en cancha!

Es bueno recordar, por cierto, que la empresa Odebrecht fue la engreída del expresidente Alberto Fujimori. Durante su gobierno ganó 30 obras públicas por un monto de US$450 millones.

Y sus vínculos con Alan García también son impresionantes. Jorge Barata era caserito de Palacio de Gobierno. Se reunió con García en 16 oportunidades y hasta hicieron un viaje privado a Brasil. Viajaron el 24 de mayo del 2012 y regresaron al día siguiente.

¿Será por esa estrecha amistad que Barata guarda silencio?
Esto es sin contar las cinco oportunidades (y no una como dijo públicamente) que Alan García se reunió con Marcelo Odebrecht.

Sin duda, se avecina un terremoto. Nos vemos el otro martes.

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