Por: Óscar Torres
La calle está molesta, es innegable. Hay un nuevo gobierno encabezado por el tumbesino Manuel Merino. El gabinete presidencial fue presentado en pleno. Martín Vizcarra está con impedimento de salida del país. Las protestas continúan. No hay estabilidad. Por tal motivo conversamos con el reconocido politólogo Carlos Meléndez, quien nos aclara el panorama.
Carlos, ¿te parece que dadas las circunstancias convulsionadas que vivimos la calle puede tumbar a Manuel Merino?
Sí, es un factor que va a quitarle legitimidad social a este gobierno. Depende si presionan para que el Congreso se eche para atrás. Una cosa es la opinión pública en encuestas, otra en la calle.
¿Qué tan endeble ves a este gobierno transitorio?
Los gobiernos interinos son muy débiles al inicio. Tienen que sobrevivir sobre todo sus primeros días. Este gobierno tiene que ganarse algo de respaldo social e internacional.
Algunos sectores consideran que ha habido un golpe de Estado contra Martín Vizcarra. ¿Coincides?
Ha habido una interpretación muy arbitraria de las normas constitucionales. Claramente no ha habido voluntad para sostener la estabilidad del régimen, sino para debilitarlo.
Para ti, ¿quién o quiénes son los promotores de la vacancia y qué es lo que se busca detrás de esto?
Hay una mezcla entre intereses particulares y amateurs políticos. Hay tanto de malicia como de ingenuidad, pero ninguno de estos sectores ha llegado a Palacio de Gobierno. Ellos, los promotores de la vacancia, no saben para quién trabajan.
El gabinete de Ántero Flores-Aráoz, con un ministro de economía promercado, ¿puede ‘calmar las aguas’?
Es un gabinete basado en una familia política conservadora. Con mucha experiencia política, pero desconexión con la calle. Más importante en este momento que un ministro de economía es conectar con la protesta social.
¿Por qué crees que los jóvenes han explotado y están saliendo masivamente?
Por una indignación acumulada por crisis políticas previas. Hemos tenido presidentes que renuncian, vacados, congresos disueltos. Eso ha acumulado indignación ciudadana.
Tú vives en Chile. ¿Este fenómeno social se parece al que se vivió allá?
En algunas cuestiones sí. Como por ejemplo que los gobernantes no están sintonizando ni comprendiendo lo que tienen en la calle. Parece que quienes están en Palacio de Gobierno no han visto las noticias de Chile.
Las protestas parece que no van a cesar y buscan la salida de Merino. ¿Qué podría pasar a corto plazo?
Donde hay que fijarnos, además de las protestas, es en el Congreso, que le puede dar la espalda a Merino. Ahora es muy importante la correlación de fuerzas en el Congreso.
Martín Vizcarra tiene acusaciones graves. ¿Crees que se sabe culpable y por eso se fue tan tranquilamente?
Martín Vizcarra perdió la oportunidad de liderar la calle. Pudo haber generado el vizcarrismo si en vez de irse a su casa se iba a la plaza San Martín. Seguramente tiene algunos temores que ocultar.
¿Le espera la cárcel a Vizcarra?
Si el sistema anticorrupción sigue operando como ha venido sucediendo, lo más probable es que sí.
Julio Guzmán fue de los primeros en salir a protestar. ¿Consideras que su posición es sincera o está buscando votos?
Su bancada ha sido coherente, pero él está muy desesperado en capitalizar la protesta social.
George Forsyth ha dado mensajes confusos. ¿Te parece que sabe realmente a dónde va?
Sus mensajes confusos proyectan duda, incertidumbre. No proyectan seguridad que es lo que busca la gente.
Tanto Guzmán como Forsyth son los llamados candidatos ‘vizcarristas’. ¿Les puede favorecer este escenario?
La indignación callejera no tiene dueño. Es más, se le puede voltear a Vizcarra mismo. Los candidatos se equivocan si creen que pueden capturar tan fácilmente esta indignación...
Juan Carlos Tafur considera que César Acuña y los partidos que han apoyado la vacancia han cometido un ‘suicidio político’. ¿Lo ves así?
Los partidos políticos se han desprestigiado luego de esta vacancia, sobre todo Acción Popular y Alianza Para el Progreso. Lo que vamos a ver ahora son partidos que tenían buena marca, buen prestigio, formando parte del montón desprestigiado.
Verónika Mendoza se ha manifestado en contra, pero fue rechazada por los manifestantes en Cusco. ¿Por qué crees que sucedió?
Porque la indignación ciudadana no puede ser empleada tan fácilmente por candidatos presidenciables. La calle, la indignación, no tienen dueños políticos ni siquiera en la izquierda, ni en Verónika Mendoza, ni en la izquierda más radical de Antauro Humala.
Urresti tiene como líder a José Luna de ‘Podemos’ y también un mensaje ambiguo. ¿Cómo crees que lo percibe la población?
Urresti se ha quedado solo. Al tener un voto original, diferente con su bancada, la imagen que proyecta es que no tiene respaldo político, no tiene un colectivo que vaya detrás de sus ambiciones.
Keiko también ha sido promotora de la vacancia. ¿Le pasará factura?
Keiko tiene a su favor que cuenta con un porcentaje de seguidores y de leales bastante estable. Sin embargo, su principal obstáculo es que tiene unos ‘antis’ muy grandes. Por lo tanto, su techo electoral es bajo.
Todo este caos social que se vive ¿va a definir un poco el camino para las elecciones del próximo año? ¿Hacia dónde crees que se va a direccionar el voto?
Se va a buscar una narrativa refundacional ante el caos y la inestabilidad política, lo que va a encaminarse hacia discursos que busquen la refundación del orden político, del orden constitucional. Quienes sepan sintonizar con ese mensaje pueden tener algún espacio.
¿Ves posibilidades de que pueda surgir un nuevo candidato que irrumpa en la escena política para las elecciones?
Tenemos un escenario muy fragmentado, con minicandidatos. La irrupción de alguien que esté por encima de los demás es una probabilidad baja, aunque no se puede descartar.
Muchas gracias Carlos y ojalá logremos calmarnos todos, y encontrar nuevamente el rumbo al desarrollo…
Gracias a ti, Oscar. Siempre es un gusto.