El excongresista y exdirigente fujimorista , actual alcalde de Cajamarca, fundó una pequeña empresa con un capital de 5mil 100 soles y poco después estaba facturando decenas de millones de soles gracias a un ventajoso convenio con la Universidad Alas Peruanas (UAP), la cual “coincidentemente” era dirigida por su tío, Fidel Ramírez, entre 2003 y 2017.

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Según la investigación de la Fiscalía Especializada en Lavado de Activos, el exsecretario de Fuerza Popular creo el 28 de febrero de 2003 la empresa Lima Ingeniería y Construcción, que se convirtió en el principal contratista de la UAP durante la gestión de su tío Fidel Ramírez Prado como rector y gerente general del centro de estudios.

De acuerdo con la Fiscalía, esta empresa facturó, entre 2003 y 2017, más de de S/67,7 millones, ganancias realmente impresionantes si se tiene en cuenta que el capital inicial apenas superaba los 5 mil soles.

La relación entre Fidel Ramírez, quien falleció en 2019, y su sobrino era tan exitosa, que el excongresista decidió fundar un total de 11 empresas que contrataron con la UAP por más de S/183 millones cuando su tío dominaba el centro de estudios.

¿Y CÓMO LO HACÍAN?

Tal como señala un informe de ‘La República’, el “convenio” consistía en que Joaquín Ramírez cedía a su tío Fidel Ramírez un inmueble de su propiedad acondicionado como infraestructura educativa para convertirse en sede de la universidad en provincias, a cambio del 15% del total de los ingresos brutos mensuales que obtenía la UAP. Los convenios tenían una duración de 30 años.

Por ejemplo, el 31 de diciembre de 2007, Fidel Ramírez y Joaquín Ramírez suscribieron un convenio para que un inmueble ubicado en El Bebedero, Tumbes, de propiedad de Lima Ingeniería y Construcción, fuera “cedido” a la UAP hasta el año 2037.

Cabe recordar que Lima Ingeniería y Construcción es la misma empresa de Joaquín Ramírez que cedió a Keiko Fujimori un inmueble en la calle Bucaré, en la Urbanización Camacho (La Molina), desde donde dirigió la campaña presidencial de 2016.

BRAZO POLÍTICO

Según la investigación fiscal, el organigrama de la presunta organización criminal integrada por Ramírez está dividido en tres brazos: el dirigencial, el comercial y el político.

El exsecretario general de Fuerza Popular figura como una de las cabezas del brazo comercial, cuya función sería “instrumentalizar empresas de fachada para obtener ganancias ilícitas”.

Mientras que el político lo conformarían la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, y su exasesor Pier Figari. Este grupo habría tenido como función, según la fiscalía, “captar fondos ilícitos para obtener poder político y así blindar a la organización criminal”.

Figari y Fujimori “habrían otorgado un blindaje político a través del impedimento de propuestas legislativas que creen instituciones que supervisen a las cooperativas y las universidades de forma que la organización criminal pueda seguir subsistiendo como tal”, se precisa en el documento.

En otra parte se menciona como indicio que la organización criminal habría contado con un blindaje político de Fuerza Popular, a cargo de Keiko Fujimori, quien a través de Ramírez y Figari “obtenía los activos necesarios para su campaña, la cual aceptaba a cambio de blindar a la casa de estudios de ser fiscalizada ante el Congreso o ante proyectos de ley que busquen crear entidades fiscalizadoras como lo que es la actual Sunedu”.

Además, según la declaración testimonial de Jesús Francisco Vásquez Ybáñez, quien fue testigo de la DEA, Joaquín Ramírez le entregó US$15 millones “para ser lavados” para Fujimori Higuchi. “Por estos indicios consideramos que Reber Joaquín Ramírez Gamarra transfirió dinero maculado a su hermano Osías Ramírez Gamarra, lo cual sirvió justamente para ser transferido en su condición de candidatos del partido político Fuerza Popular”, se desarrolla en el documento fiscal.

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