Todos los presidentes, especialmente los de izquierda, toman como caballito de batalla para engatusar a sus pueblos la lucha contra la corrupción y la pobreza. Se hacen llamar “luchadores sociales”, “hijos del pueblo”. Pero, en la práctica, no lo son. Viven una vida llena de robos y de lujos.
Uno de ellos que ha quedado al descubierto es el presidente colombiano Gustavo Petro. Sí, el exguerrillero, quien es uno de los principales defensores del golpista Pedro Castillo.
Hace unas semanas, la prestigiosa revista ‘Semana’ soltó una primicia periodística que ha tenido los efectos de una bomba atómica y provocado la primera crisis política del mandatario.
Según el medio, el hijo de Petro —Nicolás Petro Burgos— recibió dinero del narcotraficante Samuel Santander Lopesierra, alias ‘El Hombre Marlboro’. Santander era un capo del narcotráfico y del contrabando de licores y cigarrillos, especialmente de la marca que lleva su apodo. El año 2005, cuando fue capturado y extraditado a Estados Unidos, se le incautaron 108 propiedades avaluadas en millones de dólares.
La sindicación contra el hijo de Petro no la hizo un arrepentido o un colaborador eficaz. Fue su propia exesposa, Day Vásquez, quien declaró y entregó a ‘Semana’ más de 1600 páginas de las conversaciones que ambos intercambiaron y prueban su acusación.
En total, el narco le dio a Nicolás Petro cerca de 200 mil dólares para la campaña electoral del año pasado de su padre, pero el dinero no llegó a su destino. ¡Se lo metió a su bolsillo!, según reveló su expareja.
Ella, cuando aún era su esposa, fue testigo de esa recepción. Este mensaje, en el momento cumbre del soborno, es elocuente. “Tenemos que sacar $ de aquí urgentemente”, le dijo Nicolás desesperado, días antes de la segunda vuelta. Day se negó. Le dijo que buscara a su primo. La maleta (con el dinero) pesaba mucho. “Dile a tu papá que traiga el carro urgentemente”, le ordenó él. Day le respondió: “No. Paran ese carro y tronco de mierdero”. Es decir, se armaba el escándalo.
Vida de lujos
Eso no es todo. Días después de la publicación de ‘Semana’, la revista ‘Cambio’ reveló la vida de lujo que se da el hijo del exguerrillero, que supera largamente el sueldo que recibe como diputado. El medio descubrió que Nicolás Petro vive en un exclusivo penthouse en el norte de Barranquilla valorizado en medio millón de dólares, compra joyas, paga noches enteras de alojamiento y fiestas en hoteles cinco estrellas, y se somete a costosos tratamientos estéticos. Todo un divo.
Horas antes de que se conociera el escándalo de los chats de su hijo, el presidente Gustavo Petro pidió al fiscal de la Nación “adelantar todas las investigaciones necesarias y determinar posibles responsabilidades”.
Eso dicen todos cuando se ven descubiertos. Un colega colombiano augura que el presidente Petro terminará como Pedro Castillo: en la cárcel. Nos vemos el otro martes.
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