El Gobierno cedió ante una trampa que le tendió el Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho (Fredepa), el organismo del Movadef, el brazo legal de . El lunes de la semana pasada, miembros de esa organización en dicha ciudad persiguieron, agredieron, filmaron y, por si fuera poco, lograron que el viceministro de Salud, Henry Rebaza, fuera echado de su cargo.

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No conozco a Rebaza, pero fuentes de inteligencia me han comentado su preocupación y desazón por lo ocurrido con él. Ese día, el Fredepa planeaba una revuelta violentista, similar a la que perpetraron en diciembre pasado cuando quisieron tomar el aeropuerto de esa ciudad, tras lo cual murieron diez personas.

Ellos esperaban la llegada de los “ministros traidores y asesinos” Óscar Becerra (Educación) y Rosa Gutiérrez (Salud), quienes inaugurarían el año escolar.

La agenda cambió a última hora. Solo llegó Rebaza, quien fue recibido por una turba de cien personas. Empezaron a insultarlo y a lanzarle objetos, pero la Policía logró controlar la situación.

Luego, lo siguieron al colegio de la ceremonia, en donde también lo volvieron a agredir. Cuando el evento terminó, una comitiva lo acompañó al aeropuerto, pero en el camino hicieron un alto en un restaurante. Era la hora de almuerzo. De repente, aparecieron otra vez los miembros del Fredepa y entraron violentamente al local. Para mala suerte del ministro, en el piso había una botella de licor.

Los violentistas filmaron todo y subieron las imágenes a su cuenta de Facebook. En cuestión de segundos, el video se viralizó en las redes sociales. Los opositores al Gobierno armaron un escándalo con el tema de la bebida. No les importó las agresiones contra el funcionario y el policía que lo protegía.

Apenas llegó a Lima, el viceministro se hizo y presentó a sus superiores una prueba de dosaje etílico que arrojó “negativo para alcohol”. Pero el martes se llevó la más grande decepción de su vida: fue destituido de su puesto.

“A mí me han censurado. Yo he presentado todas mis pruebas. Considero que esto es injusto para mi trayectoria (…), pero qué ha pasado con la gente que ha agredido”, dijo en RPP.

Rebaza fue destituido, pero su jefa, la ministra Rosa Gutiérrez, fue perdonada, pese a que viajó a Estados Unidos cuando los huaicos arrasaban el país. Ella respaldó la injusta separación.

Gutiérrez no parece conocer que el Fredepa es un organismo de Sendero. Su presidenta, Rocío Leandro, camarada ‘Cusi’, se encuentra presa por –según la fiscalía– financiar las manifestaciones en contra de la presidenta , en donde murieron varias personas.

El sucesor de ‘Cusi’ es Magno Ortega, la mano derecha de Íber Maraví, el exministro del golpista Pedro Castillo, quien en los años ochenta estuvo vinculado a atentados terroristas.

A Sendero no se le debe dar ninguna ventaja. Los peruanos queremos un Gobierno firme y no timorato ante el qué dirán. Nos vemos el otro martes.

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