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El miércoles pasado, la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, apareció en una conferencia de prensa flanqueada por los fiscales del caso Lava Jato: Rafael Vela, José Domingo Pérez y Germán Juárez. También con el vocero del Ministerio Público, el exfiscal Víctor Cubas Villanueva.
Parecía una escena surrealista. ¿Cómo la máxima autoridad del Ministerio Público aparecía junto con estos tres fiscales cuya gestión en ese proceso ha sido y es cuestionada por tirios y troyanos? Tal vez pensando en eso, Espinoza solo hizo la presentación y se retiró.
La presentación sirvió para que los buenos observadores advirtieran el divorcio que existe entre Espinoza y el trío de fiscales que, hasta antes que ella asumiera las riendas de ese organismo, se creían todopoderosos. Se daban el lujo, especialmente Vela y Pérez, de cuestionar públicamente a los fiscales de la Nación de turno. Y hasta lograron tumbarse a uno de ellos, Pedro Chávarry.
Cuando llegó a la mesa donde iba a ser la reunión, Vela dejó esperando a Espinoza varios segundos con la mano extendida para saludarlo. Se abrochó y desabrochó los botones de su ceñido saco hasta que no le quedó otra que estrecharle la mano. Entretanto, Domingo Pérez tenía cara de constreñido como consumiendo su cólera internamente.
Sus conocidos egos explican ese mal comportamiento: Espinoza fue quien ordenó investigarlos por presuntas faltas en la investigación contra las empresas corruptas brasileñas Odebrecht y OAS y por enriquecimiento ilícito personal.
De acuerdo con fuentes fiscales, la idea de esa presentación fue planteada por el vocero Cubas Villanueva, por pedido de los fiscales Vela y Domingo Pérez. Como se sabe, dichas autoridades, así como todos los fiscales del país, están impedidos de hablar con los medios si no tienen la autorización de la mandamás del Ministerio Público.
Es notoria, además, la cercanía y apoyo de Cubas hacia los fiscales del equipo Lava Jato. En esa misma línea también es rumor general la disconformidad de Espinoza con el trabajo de dichos fiscales, conocidos como ‘los malos muchachos’.
Delia Espinoza, siempre de acuerdo a la versión recogida, se negó en un primer momento a participar en esa sesión, pero ante la insistencia de su vocero aceptó con una condición irrebatible: solo haría la presentación y se retiraría, como ocurrió, sorprendiendo a los periodistas que cubrían la conferencia de prensa.
Los fiscales hicieron un rimbombante recuento de todos sus avances, sus logros y proyecciones futuras. No hubo, sin embargo, ni una explicación sobre el acuerdo de colaboración con Odebrecht, que para muchos ha sido desventajoso para el país. Ni una palabra sobre el caso de la exalcaldesa Susana Villarán.
Tampoco se pronunciaron sobre los flagrantes errores en el caso Los Cocteles de Keiko Fujimori, que corre el riesgo de volver a fojas cero. Y menos sobre los atropellos cometidos contra José Luis Bernaola, el humilde chofer del expresidente Pedro Pablo Kuczynski, y el empresario Ricardo Briceño, entre muchos más, cuyas vidas quedaron destrozadas por el mal actuar de estos fiscales.
¿Quién ganará la guerra silenciosa entre Delia Espinoza y ‘los malos muchachos’? Corren las apuestas. Nos vemos el otro martes.
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