El ahora exministro de Relaciones Exteriores, Héctor Béjar, está en medio de una tormenta por unas declaraciones de meses atrás en las que afirmó que la Marina de Guerra del Perú inició el terrorismo en el país. Pero, ¿quién es este exguerrillero, sociólogo, escritor y artista plástico peruano?
Nacido en Huarochirí el 2 de setiembre de 1935, Béjar, impactado por la revolución cubana, viajó en 1962 a Cuba donde recibe instrucción guerrillera con miras a iniciar un proceso revolucionario similar en territorio peruano. Allí, por versión de él mismo, conoce a Ernesto ‘Che’ Guevara y a Manuel Piñeiro, ‘comandante Barbarroja’, responsable de la construcción de los aparatos de seguridad cubanos y de la expansión de los grupos radicales de izquierda en América Latina.
De regreso al Perú, fundó el Ejército de Liberación Nacional (ELN) junto al poeta Javier Heraud, Edgardo Tello y Guillermo Lobatón. Un año después, un grupo de 15 militantes, entre ellos Heraud, de 21 años, regresan de Cuba, pero por Bolivia, donde recogen armas. Enfermos y desorientados, aparecen en Puerto Maldonado el 15 de mayo de 1963. La Policía, alertada por los servicios de inteligencia, detiene a seis cuando se alojaban en un hotel. En un forcejeo, uno de los militantes comunistas mata a un sargento de la policía y se desata un tiroteo donde cae abatido el poeta y se detienen a tres de sus compañeros. Béjar logró escapar.
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En 1965, el excanciller forma la guerrilla ‘Javier Heraud’ con la cual inició acciones militares. El 25 de septiembre de 1965, una columna del ELN, dirigida por él, encabezó la toma de la hacienda Chapi y la ejecución de los hermanos Carrillo, dueños de la plantación, en la provincia ayacuchana de La Mar. Enterados del ataque, el Ejército inició un gran contraataque enviando una patrulla disfrazada de militantes que pedía a los residentes locales donde podían encontrar a sus camaradas. Así lograron ubicarlos, expulsarlos y acorralarlos hasta diciembre en que, tras una refriega, murieron tres guerrilleros, entre ellos el poeta Edgar Tello.
INDULTADO POR VELASCO
Héctor Béjar fue luego detenido en 1966 cuando viajaba a Lima para buscar tratamiento médico por la leishmaniasis que había contraído en Puerto Maldonado. El guerrillero enfrentaba una probable condena a muerte, pero grupo de intelectuales franceses dirigieron una carta al presidente Belaúnde para pedirle que Béjar sea juzgado por civiles. Los intelectuales firmantes fueron François Mauriac, Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, entre otros. Luego de un juicio fue condenado a cinco años de cárcel por el delito de sedición y fue enviado al penal de El Frontón, frente al Callao.
Sin embargo, tras el golpe militar al presidente Fernando Belaunde, Béjar fue indultado en 1970 por el general Juan Velasco Alvarado, quien tomó el poder en 1968. Este le pidió trabajar en la reforma agraria que arrebataría las haciendas de todo el país a sus dueños.
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Béjar colaboró con el gobierno de Velasco, siendo parte del Sistema Nacional de Movilización Social (SINAMOS), un organismo creado para movilizar a la población y ser una especia de partido político de apoyo a la revolución peruana.
Luego de la caída de Velasco, formó una ONG de estudios sociales y se integró como profesor de las universidades de San Marcos y Católica, en donde ejerce la cátedra de políticas sociales y gerencia social.
EL PEZ POR LA BOCA MUERE
El último domingo, el programa de Panamericana Televisión, Panorama, difundió declaraciones de Béjar en las que se le oye decir “el terrorismo en el Perú lo inició la Marina, y eso se puede demostrar históricamente; han sido entrenados para eso por la CIA”.
“Estoy convencido de dos cosas, [aunque] no puedo demostrarlo. La primera, Sendero [Luminoso] ha sido en gran parte obra de la CIA y de los servicios y inteligencia. Y dos, gran parte de las operaciones de división de la izquierda tienen algo que ver con los servicios de inteligencia enemigos”, agregó en un conversatorio realizado en febrero pasado, cuando no se auguraba que Pedro Castillo iba a ser presidente y menos que Béjar sería nombrado canciller.
Otros de sus polémicos dichos señala esto: “Yo defenderé siempre a la Comisión de la Verdad, pero fue la “comisión de la media verdad”, no por culpa de ellos sino por culpa del país que los condicionó ¿Cuándo abrirá el ejército sus archivos secretos?”.
“Tendría que haber un cambio real, y en ese ambiente sí se podría pensar en las amnistías para militares, senderistas, emerretistas, incluido [Abimael] Guzmán. Me imagino ese proceso como una mezcla de Sudáfrica con Colombia.
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