
En la época del fujimorismo, el siniestro asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos ordenaba seguimientos y reglajes a las autoridades independientes que no se sometían a sus órdenes. Lo mismo hacía con los enemigos políticos del régimen. Si no les encontraba nada malo o irregular, les inventaba mentiras. Luego las filtraban a los medios amigos que controlaba con sobornos y acababa con sus honras.
Hoy estamos lejos de aquellos tiempos, pero lo que sí debe despertar preocupación es la denuncia que el miércoles pasado hizo en RPP la magistrada Luz Pacheco, presidenta del Tribunal Constitucional (TC). Según Pacheco, una fuente confiable le informó que la Fiscalía habría ordenado el seguimiento de los siete magistrados del TC, como parte de la investigación que se le sigue a Juan José Santiváñez, el ministro del Interior que el viernes fue censurado.
Como se verá en adelante, el actuar de la Fiscalía en este caso corrobora que, para esa institución, ‘todo vale’ cuando se trata de sindicarle un delito a una autoridad que critica su labor, como lo fue Santiváñez. Y, lo que es más grave, en esa pretensión poco le importa involucrar a instituciones de prestigio como el TC.
Todo empezó cuando dos testigos protegidos declararon que Santiváñez pidió veinte mil dólares a uno de sus clientes para pagar a tres miembros del TC, a cambio de obtener un fallo a su favor. Apenas se filtró la información y salió en los medios, el magistrado ponente de ese caso salió a desmentir la acusación. Es más, para probar lo que decía, mostró el fallo que fue en contra de los intereses del cliente de Santiváñez.
La insidia de la Fiscalía, sin embargo, continuó: le envió un oficio al TC pidiendo los nombres y datos de contacto del personal administrativo, abogados, asistentes, terceros y practicantes que brindaron servicios en esa institución entre los años 2024 y 2025. Eso no fue todo: también solicitó un informe detallado sobre la sentencia. ¿Eso no debió hacer antes de filtrar la información y armar todo el espectáculo sobre lo que dijeron sus testigos protegidos?
Es por eso que Luz Pacheco salió a declarar en RPP y allí dijo con toda claridad: “Realmente es un tema delicado el que nos han atribuido y que yo rechazo tajantemente. Porque podemos generar unas fallas en el tribunal respecto a la prontitud cuando resolvemos los casos, pero nunca ningún miembro aceptaría cualquier tipo de soborno”.
Pacheco, educadamente, dijo que esperaba que la fiscal de la Nación, Delia Espinoza, se comunicara con ella para conversar sobre el supuesto reglaje. Al día siguiente, lejos de aceptar el pedido e informarse sobre esa grave situación, Espinoza calificó a Pacheco de “irresponsable”. “Si alguien debía llamarme era ella, antes de hacer pública una simple especulación”, le dijo.
No hay duda que la fiscal de la Nación ha puesto en la mira al TC, un organismo que —bajo la conducción de Luz Pacheco— ha sancionado flagrantes abusos que cometieron varias fiscalías en emblemáticos casos. Y está por resolver otros más. Tenga prudencia y seriedad, doctora Espinoza. No olvide que su institución está más que desprestigiada. Nos vemos el otro martes.
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