Por: Miguel Ramírez 
(Periodista de Investigación)


Hace unos años, Luis Nava Guibert, el eterno secretario personal del expresidente , entró iracundo a una de las oficinas de un conocido banco. Según un testigo, insultó y gritó a todos los empleados, empezando por el gerente. Su rabia se debía a que la entidad bancaria había dado información de sus movimientos financieros, solicitada por la comisión del Congreso que lo investigaba, presidida en ese entonces por el parlamentario Sergio Tejada.

Luego, bombardeó con cartas notariales a la Superintendencia de Banca y Seguros y a todos los bancos del país para que no dieran referencia alguna sobre sus estados de cuentas.

El domingo pasado se conoció el porqué de su tamaña preocupación: el , bajo el seudónimo de ‘Chalán’, utilizando como testaferro a Miguel Atala, expresidente de PetroPerú.

El dinero salía de la Caja 2, que tenía dicha empresa para pagar sobornos en todo el mundo, a cambio de millonarias obras públicas.

El descubrimiento ha hecho temblar al expresidente Alan García. Y con razón, pues el fiscal José Domingo Pérez sospecha que el dinero que recibía Nava habría sido para el líder aprista, cuya vinculación con los mandamases de Odebrecht data desde su primer gobierno y se acrecentó en su segunda gestión.

¿Pero quién dice que ‘Chalán’ es Luis Nava Guibert? ¡Los mismos funcionarios de la empresa brasileña!, que ahora se han acogido al sistema de colaboración eficaz. Odebrecht encontró el nombre y los montos entregados a Nava en sus archivos electrónicos, donde guardaban, bajo miles de claves, los detalles y los destinatarios de las coimas que repartían.

Pero Luis Nava no es el único. De acuerdo con el destape periodístico, también su hijo, José Antonio Nava Mendiola, recibió US$471 mil, provenientes de la Caja 2. Pero Nava Mendiola, cuyo apelativo era ‘Bandido’, ya no está. Voló a Estados Unidos el jueves pasado, el mismo día que el fiscal Pérez pidió su impedimento de salida del país.

En la mañana de ayer, Luis Nava rechazó las imputaciones, pero por la tarde se internó en una clínica.

Fuentes de este columnista han contado que hasta antes de que Alan García asumiera la presidencia el año 2006, los Nava estaban quebrados. Luis Nava padre era llamado constantemente por los bancos para que pagara sus deudas.

Su hijo José Antonio no tenía ni para pagar el colegio de sus hijos y pedía prestado dinero a sus amigos. Pero su vida cambió meses después de iniciado el gobierno aprista.

Se volvió millonario de la noche a la mañana. Su último lujo –siempre según las fuentes– fue la compra, el año 2017, de tres autos Mercedes Benz último modelo, que los devolvió cuando empezó a sonar con fuerza el Caso Lava Jato

Lo que mal empieza, mal acaba. Nos vemos el otro martes.

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