
Un verdadero susto de aquellos se vivió en plena avenida Faucett, en el cruce con Argentina, en el Callao. Eran las tres de la tarde del viernes cuando un enorme poste de alumbrado público empezó a tambalearse y terminó desplomándose frente a decenas de choferes y peatones que no sabían si correr o rezar.
Las cámaras de seguridad captaron el momento exacto en que la estructura de cemento comenzó a caer, y solo gracias a que quedó colgando en los cables eléctricos no se convirtió en tragedia. Las chispas volaron al cielo y los gritos no se hicieron esperar. Dos peatones y una moto pasaron a escasos segundos del impacto. ¡Se salvaron de milagro!
El poste se quebró al chocar con la maraña de cables, lo que evitó que aplastara a un transeúnte que estaba justo debajo. Otros dos salieron disparados al otro lado de la pista, mientras los carros que esperaban el cambio del semáforo se salvaron porque la luz estaba en rojo en ese momento.
El caos vehicular no se hizo esperar. Durante horas, el tránsito en esta importante vía estuvo paralizado. Incluso el Aeropuerto Jorge Chávez tuvo que alertar a sus pasajeros sobre posibles demoras, ya que la congestión era infernal. Muchos casi pierden su vuelo por este hecho.

PREOCUPACIÓN EN VECINOS
Los bomberos, personal de mantenimiento y la Policía llegaron al lugar para controlar la situación. Pero al cierre de esta nota, el hueco donde estaba el poste sigue ahí, cubierto apenas por unas maderas, sin mayor señalización. “Un niño se puede caer ahí y nadie dice nada”, reclamó una vecina indignada.
Los vecinos no se quedaron callados y sacaron sus celulares para denunciar que hay varios postes en la zona que están igual o peor que el que se cayó. Las imágenes difundidas en redes sociales muestran otros puntos cerca al Grupo Aéreo N°8 con postes inclinados o carcomidos.
Este incidente dejó al descubierto una bomba de tiempo en plena vía pública. Ahora la pelota está en la cancha de las autoridades municipales, que tendrán que ponerse las pilas para evitar una desgracia real. Porque esta vez se salvaron por un pelo… pero ¿la próxima?