Se la tienen jurada. En la masacre perpetrada en San Miguel donde fueron asesinados Israel San Román Doroteo (40), ‘La Tota’, y cinco miembros de su familia en un auto, el único que se salvó de milagro fue su hijo de 17 años, quien ahora está amenazado y teme por su vida.

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“Muchas personas se preguntan cómo estoy vivo y es porque mi abuela dio su vida por mí. Me abrazó y yo tuve que hacerme el muerto. Reconozco sus rostros, los tengo en mi mente, para nunca olvidarlos. Estos delincuentes me han arruinado la vida”, contó anoche en ‘Panorama’.

Añadió: “Fue así como el último, de atrás, el que era gordo, corrió, se metió atrás, y dijo ‘ahora los quemo a todos’, y comenzó a disparar a mi hermana, mi mamá, a mi abuela, a mi abuelo y a mi hermano”.

“Lo único que pude hacer era sacar a mis hermanos, auxiliarlos, porque mi hermano me hablaba, lo dejé en el suelo, me dijo que me cuide y cerró sus ojitos, y a mi hermanita la encontré sin signos vitales, pero traté de luchar hasta lo último para salvar su vida”, sostuvo.

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Además, señaló: Sí puedo reconocer a los delincuentes, reconozco sus rostros, los tengo en mi mente, para nunca olvidarlo. Estos delincuentes me han arruinado la vida, de una manera que no tiene explicación”.

Por su parte, la tía del muchacho, Janet, hermana de ‘La Tota’, afirmó: “Hemos recibido amenazas, diciendo de que ‘ya, tienen que matar al último, al hijo de Tota, al chibolo. El que queda tiene que irse también. Tienen que quemarlo’”.

Contó: “Me estoy dirigiendo a varias embajadas, para ver si pueden proteger a mi sobrino, poder salir de acá, del país, porque acá no estamos seguros”.

BUSCAN A ‘WILLY’

La Policía de la Dirincri ya identificó al apodado ‘Willy’, sindicado como el sicario que se queda hasta el final disparando a los niños en el auto. Sería un gatillero con antecedentes por violencia física y psicológica, y que en su barrio del Callao tendría otro apodo debido a su contextura física.

Le dicen ‘Bubu’ y sería hijo de un suboficial PNP.

En tanto, continúa la búsqueda de David Durán (31), ‘Loco Franco’.

Asimismo, el tatuaje de un lobo, además de su nombre y el de su hijo que orgulloso lucía en las calles, terminaron por acabar con los días de libertad de José Henry Presiado Alegría (18), ‘Josesito’, uno de los sicarios que mató a ‘La Tota’ y a su familia.

El hecho fue grabado por cámaras de vigilancia de la zona. Una de ellas captó los dibujos grabados con tinta que tenía en el brazo y la mano derecha.

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