
SIGUE ACTIVO. El fuego en Barrios Altos no da tregua y, a pesar del esfuerzo de los bomberos, que llevan ya más de 100 horas luchando contra las llamas en el cruce de los jirones Cangallo y Junín, el incendio continúa reavivándose y poniendo en riesgo más viviendas.
Desde que se inició el siniestro, el pasado lunes por la tarde, seis estructuras han colapsado, y los bomberos siguen relevándose para contener la emergencia.
Durante es madrugada, el fuego se reavivó en la zona adyacente en la parte posterior de la quinta Santa Rosa, lo que ha obligado a los vecinos a evacuar nuevamente, especialmente los que están más cerca al jirón Junín.

Durante días, periodistas cubrieron la emergencia desde un punto elevado de esta quinta, cuyos residentes temían que el fuego llegara hasta sus viviendas. Finalmente, al quinto día del incendio, sus peores temores se hicieron realidad.
Según los reportes, se han utilizado aproximadamente ocho millones de litros de agua, y más de 400 bomberos han trabajado diariamente en la zona. A pesar de sus esfuerzos, las llamas han avanzado hacia otras edificaciones, provocando el colapso de varias de ellas.

IMPACTO EN LA COMUNIDAD
El cierre del jirón Cangallo ha complicado la movilidad en la zona. En medio del caos, un hombre tuvo que cargar a una mujer embarazada hasta la puerta de emergencia de la Maternidad de Lima para que pudiera recibir atención. Debido a la gravedad de la situación, se tomó la decisión de reabrir el tránsito vehicular.
Por otro lado, la OEFA (Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental) ha estado midiendo la calidad del aire en la zona y ha determinado que, por el momento, sigue siendo tolerable. Sin embargo, el riesgo para los residentes sigue latente.
Los bomberos han señalado que, aunque se ha incrementado la presión de los hidrantes y se han utilizado cisternas de apoyo, el fuego sigue sin ser controlado. Se han desplegado sensores de calor y drones para ubicar los focos más intensos, pero la rápida combustión de materiales inflamables ha dificultado el trabajo.
Los vecinos de la zona, desesperados, piden que se tomen todas las medidas necesarias para evitar que el fuego siga avanzando. Para muchos de ellos, estas viviendas son su único hogar y temen perderlo todo.