Se suicidó el policía Darwin Marx Condori Antezana (25) en la habitación de un hostal de San Juan de Lurigancho, donde estaba escondido desde el sábado tras asesinar y descuartizar a Sheyla Mayumi Cóndor Torres (27).
Tras varios días de intensa búsqueda e incursión en más de veinte hoteles y casas de sus familiares, el suboficial de tercera fue hallado en el cuarto 303 del hostal Las Perlas, ubicado en la calle Las Perlas 1755.
Detectives de la División de Inteligencia y del Grupo Especial Contra el Crimen Organizado hallaron el cuerpo del agente Terna suspendido con una correa alrededor del cuello que ató al rack del televisor.
Los investigadores lo bajaron y llevaron a la clínica San Juan Bautista, en la cuadra 17 de la avenida Próceres de la Independencia, donde un médico certificó su deceso. Por el corte en la muñeca izquierda que tenía, Darwin habría intentado quitarse la vida cortándose las venas.
Para hospedarse, el policía usó otra identidad y entregó un DNI a nombre de Aldo Ernán Quiroz Ríos, sujeto que fue detenido por él el 31 de julio pasado. Antes de quitarse la vida, escribió una carta donde se despidió de sus familiares y les pidió perdón.
El general PNP Marco Conde Cuéllar, director de la Dirincri, indicó que se usaron recursos tecnológicos para ubicar a Condori, quien usaba dos celulares. “La geolocalización nos llevó a San Juan de Lurigancho, pero Darwin se deshizo de los teléfonos”, señaló.
ABANDONÓ SU PUESTO
El sábado 16 de noviembre, el acusado abandonó su puesto de trabajo en el Grupo Terna Norte. Tenía cinco años en la Policía. Desde el 17 noviembre, tenía orden de detención preliminar y al día siguiente su nombre estaba en el sistema de requisitorias. Además, se hacían los informes para incluirlo en el Programa de Recompensas.
Según la data de muerte, el agente asesinó y descuartizó a Sheyla Cóndor el miércoles de la semana pasada. Por el estado de descomposición del cadáver la causa de muerte por ahora es indeterminada.
Para los detectives de la División de Homicidios, la joven habría opuesto resistencia a los bajos requerimientos sexuales de Darwin Condori, quien tenía antecedente por violación de una mujer en manada.
Para deshacerse de los restos mutilados, el suboficial alquiló un auto y al dueño del vehículo le dijo que se lo habían robado. “Su intención era desaparecer toda evidencia que lo incrimine”, señaló el coronel PNP Ricardo Espinoza, jefe de la División de Investigación de Homicidios.
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