Vecinos y transeúntes decidieron tomar la justicia por sus manos y atraparon a un presunto delincuente armado al que primero golpearon ferozmente, calatearon y amarraron por intentar asaltar a mano armada a un trabajador de una empresa, en Huaycán, Ate.
Ernesto Alonso Canales Jiménez (22), legó con su cómplice, a bordo de una moto lineal, a la avenida Separadora Industrial y 26 de mayo. Al ver a su víctima, le apuntó en la cabeza sin imaginar que todo terminaría mal.
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Los transeúntes y moradores se armaron de valor y corrieron para atraparlo. Pese a que este presunto ladrón realizó disparos para evitar ser detenido, fue atacado a golpes y desvestido. Además lo amarraron de píes y manos para evitar que pueda escapar.
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El grupo ‘Ninja’ de serenezgo de Ate, alertados por las imágenes de las cámaras de videovigilancia del distrito, llegaron a la zona y lo rescataron. Solo con la llegada de los policías del Escuadrón de Emergencia Este 2, los vecinos decidieron entregarlo a las autoridades y más tarde fue trasladado a Depincri Ate.
Otro feroz ataque
Lo citaron para desaparecerlo. Delante de su esposa, el exreo Antonio Víctor Esteban Borja (47), quien sería cabecilla de la banda ‘Los Rufianes de Ceres’, dedicados al cobro de cupos a las meretrices menores y adultas, fue asesinado de más de 30 balazos por sicarios venezolanos a una cuadra de la comisaría de Vitarte, en Ate.
Antonio Esteban, salió hace un mes del penal de Cañete. Recibió una llamada de su esposa y ella lo citó. Él acudió a la cita pactada al parque 26 de mayo, conocido como ‘La Culebra’, entre la avenida 26 de mayo y Central. Conversaron unos minutos y se sentaron en la banca del parque.
De pronto, aparecieron dos motos lineales con cuatro ocupantes. Dos de ellos se bajaron y le dispararon cinco veces al desafortunado hombre que corrió unos metros para escapar de los sicarios, pero cayó cerca del parque. Allí fue rematado de otros 25 balazos por los desconocidos, que se cree que son venezolanos. Todo el terrible ataque fue delante de la esposa de Esteban Borja, que sospechosamente salió ilesa del ataque.
Según información policial, Esteban Borja y su esposa laboraban desde hace muchos años en el cobro de cupos a las meretrices de la zona de Ceres. Fue detenido por policías de Dirincri por este delito y encarcelado. En aquella oportunidad fue detenido con su hermana y otra mujer. A ellas se les acusaba de realizar el cobro de 30 o 40 soles a cada mujer, sobre todo a menores de edad, y él era el encargado de amenazarlas y hasta golpearlas si se negaban a dar su ‘cuota’ diaria a las féminas.
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