
El miedo se apodera nuevamente de San Juan de Lurigancho. Un conductor de la empresa de colectivos Urbanitos fue atacado a balazos cuando regresaba a su casa tras terminar su jornada. El hecho ocurrió en la zona de Juan Pablo II, una de las más peligrosas del distrito limeño.
La víctima fue identificada como Martín Páucar Poma, de 63 años, quien recibió un impacto de bala en el rostro. A pesar de la gravedad de la herida, el chofer logró manejar su vehículo hasta su vivienda, donde fue auxiliado por sus familiares y trasladado de emergencia al Hospital San Juan de Lurigancho. Su estado de salud es reservado.
Según fuentes policiales, el ataque fue perpetrado por dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta. Hicieron al menos cinco disparos contra la unidad de transporte, justo cuando salía de su cochera. La miniván recibió varios impactos, pero el conductor consiguió mantener el control hasta llegar a su domicilio.
El crimen ocurrió cerca de las 10 de la noche del último lunes, en una zona considerada crítica por la ola de criminalidad que azota el distrito. La Policía llegó a la escena junto con peritos de criminalística para iniciar las diligencias y analizar tanto la unidad como el lugar del ataque.

EXTORSIONES SE REPITEN
Fuentes cercanas a la víctima revelaron que Martín Páucar había mostrado preocupación por su seguridad desde el asesinato de un compañero suyo en febrero pasado. Este último también era parte de la empresa Urbanitos.
De acuerdo con la información preliminar, la empresa de colectivos ya habría estado pagando cupos desde hace seis meses. Sin embargo, los delincuentes habrían aumentado el monto de la extorsión. Ante la negativa del nuevo pago, habrían ordenado el ataque contra Páucar como represalia.
En febrero de este año, otro conductor de la misma empresa fue asesinado de dos disparos en la cabeza cuando regresaba de su ruta. El crimen también ocurrió en la urbanización Juan Pablo II. Según testigos, la unidad aún estaba en movimiento cuando el conductor fue baleado, lo que provocó que el vehículo se estrellara contra una vivienda.
Tras ese atentado, varios conductores suspendieron sus labores en señal de duelo y exigieron mayor seguridad. Sin embargo, la violencia no ha cesado.

RUTAS DEL MIEDO
El ataque contra Páucar forma parte de una preocupante ola de violencia que afecta al transporte público en Lima. Según la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac), al menos cinco atentados similares se han registrado este año en diversos distritos.
Además, un informe periodístico reveló que redes de extorsión controlan 303 kilómetros de rutas de transporte urbano. Las amenazas también se extienden al transporte interprovincial. En Huaycán, cinco atentados se registraron en solo dos meses en la Carretera Central.
A pesar del estado de emergencia declarado en San Juan de Lurigancho, los hechos delictivos continúan. La población exige acciones más efectivas. El ataque a Martín Páucar es un nuevo llamado de alerta sobre la inseguridad que enfrentan cientos de conductores que, día a día, arriesgan su vida para trabajar.