Un nuevo crimen ha estremecido las calles del Callao. En pleno Domingo de Resurrección, y a la vista de comerciantes y compradores, una ciudadana colombiana fue asesinada de un disparo dentro del mercado 3 de Enero, ubicado en el cruce de las avenidas Perú y Quilca, en la zona de Bocanegra, en el límite con San Martín de Porres.
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La víctima fue identificada como Nubia Altamar Díaz, de 36 años, quien llevaba cerca de un año trabajando en ese centro de abastos, donde ofrecía productos de belleza y atendía un pequeño salón. Según los testigos, el ataque ocurrió pasadas las tres de la tarde, mientras ella se encontraba en su puesto.
De acuerdo con las primeras versiones recogidas por la Policía, el asesino llegó al mercado a bordo de una motocicleta. Ingresó por una de las puertas principales, se dirigió directamente al negocio de la víctima y le disparó a quemarropa, impactándola en el cuello. No se llevó nada. Solo disparó y escapó.
Nubia fue auxiliada de inmediato por comerciantes y vecinos, quienes la trasladaron al hospital Luis Negreiros Vega. Pese a los esfuerzos del personal médico, falleció horas después a causa de la grave herida.
Víctima vendía cosméticos en mercado 3 de Enero. Foto: RPP
CONSTERNACIÓN EN COMERCIANTES
El crimen generó pánico y conmoción en la zona. “Era muy tranquila, trabajadora, no se metía con nadie. Tenía poco tiempo acá, pero todos la conocían”, declaró una comerciante del mercado. Varios testigos señalaron que el asesino no dijo una sola palabra, lo que hace suponer que se trató de un ataque por encargo.
Al lugar llegaron agentes de la comisaría de Bocanegra y peritos de criminalística, quienes cercaron el área y recogieron casquillos de bala, además de tomar declaración a testigos. En el mercado hay varias cámaras de seguridad, cuyas grabaciones ya han sido solicitadas por las autoridades para rastrear al autor del crimen y su posible cómplice.
Este asesinato se suma a la creciente lista de homicidios por sicariato en el primer puerto, donde cada vez es más común que los criminales se desplacen en motocicleta para ejecutar sus ataques y desaparecer entre las calles.
Las investigaciones están a cargo del Ministerio Público y la Policía Nacional. Mientras tanto, la familia de Nubia Altamar Díaz clama justicia y exige que el asesino no quede impune.
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