Por: Sonia Obregón
Hace más de 40 días se inició el aislamiento obligatorio en nuestro país y el panorama cada vez se vuelve más desolador. Los ‘martillazos‘ parecen no aplanar la curva, hay colas enormes en los hospitales, más de mil policías infectados exigiendo ayuda y numerosos caminantes desesperados por regresar a sus lugares de origen. Lima dejó de ser la ‘tierra prometida‘ y es la más golpeada por el coronavirus. Trome conversó con la destacada médica y neuróloga peruana Pilar Mazzetti Soler, quien lidera el Comando de Operaciones Covid-19.
Doctora, ¿ya estamos pasando por el peor momento o vamos a ver cosas más dramáticas?
Todos tenemos que recordar que esta pandemia se decide día a día. Lo que tenemos previsto es que estamos en el momento más duro y que esto va a durar hasta parte de la próxima semana.
Entonces, como comentó en una entrevista a Trome el ministro de Salud, Víctor Zamora, ¿nos encontramos en el ‘pico‘ más alto de contagiados y fallecidos o aún no se llega?
Efectivamente es así (estamos en el ‘pico‘). Sin embargo, pueden pasar dos cosas: que de pronto todo el mundo, viendo que se ha prolongado la cuarentena, decida más firmemente acatar todas las normas y la curva empiece a bajar; o que haya mucho descontrol, que las personas sigan saliendo, no acaten las indicaciones y se genere un disparo de las cifras.
¿Por qué los ‘martillazos‘ del presidente Martín Vizcarra no han logrado doblar la curva?
Estoy en desacuerdo. Si no se hubieran hecho los ‘martillazos‘ en este momento tendríamos entre 10 millones y 12 millones de casos positivos y una mortalidad tremenda. Habría entre 150 mil y 180 mil fallecidos. Las medidas que se han tomando sí han funcionado, tal vez no son perfectas. No hay ‘martillazo’ que sea perfecto, porque debajo está nuestro comportamiento. Seguimos subiendo, ciertamente, pero más despacio. Ahora no se están duplicando las cifras cada dos días, sino cada cinco días.
¿Por qué ha sido importante ampliar la cuarentena hasta el 10 de mayo?
Cualquier decisión del presidente y el equipo con el que trabaja habría sido difícil. Si se hubiera levantado la cuarentena, todos hubieran salido a festejar y sería un descalabro. Mantener la cuarentena también implica un sufrimiento, pero podemos adaptarnos. Esta medida permitirá aplanar más (la curva), mira qué digo, no que baje, sino aplanar más para que el sistema de Salud tenga más oportunidades de combatir esto y ganemos tiempo hasta el momento que tengamos la vacuna. Todos los países del mundo están buscando aplanar.
¿Y cuándo realmente se aplanaría la curva?
El virus llegó para quedarse y va a estar con nosotros durante muchos meses. Los casos pueden ir bajando, porque poco a poco vamos entendiendo que no hay que establecer contacto entre nosotros.
LAS CIFRAS
Es bueno hablarle con la verdad a la gente, muchos siguen cuestionando las cifras que da el presidente. Con la franqueza que la caracteriza, ¿los números son reales?
Primero soy ciudadana antes que médica y trabajadora del Ministerio de Salud. Mi primera responsabilidad es como ciudadana y las cifras que estamos sacando son las que están respaldadas por un trabajo de horas y horas, y están siendo las más transparentemente posibles, de eso pueden tener la certeza. Los números puede que no sean perfectos, que alguien por ahí no reporte bien sus cálculos o se equivoque al hacer clic, pero son lo mejor que se puede.
Es obvio que nuestro sistema de Salud no está preparado para atender la crisis. ¿Nuestros hospitales ya están colapsados?
Creo que no es real que estén colapsados. Ningún país del mundo estaba preparado para esto... Tenemos debilidades, concentración en algunos lugares desatendidos, pero estamos respondiendo gracias al apoyo de todos. Salimos corriendo a ayudar, a llevar a los pacientes a otros establecimientos con capacidad. Estamos fortaleciendo los hospitales, hemos generado normas para que los trabajadores de EsSalud puedan trabajar en diferentes lugares, hemos ampliado la torre de la Villa Panamericana y coordinado para que el sistema de Salud de la Municipalidad de Lima también pueda atender a los infectados. Estamos en dificultades, nadie lo puede negar, es obvio, pero todavía estamos un poquito por delante de la epidemia. Si estuviéramos colapsados, así no le guste a alguien, lo diría.
Pese a los esfuerzos, hemos visto una larga y penosa cola en un hospital de la Policía en el Rímac y en otros hospitales públicos...
He visto las grabaciones y realmente me he sentido, con el perdón, indignada. Nuestros policías son la gente que nos cuida, que se sacrifica. Realmente eso demuestra que nos faltan todavía muchas cosas por avanzar. Deben tomarse medidas para que esto no vuelva a suceder.
¿Esto no significaría que la pandemia nos está rebasando?
No, porque aún hay camas disponibles, pero sí tenemos que reaccionar un poco más rápido. Actualmente, tenemos unas 187 camas disponibles en las unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y 505 que están ocupadas, pero hay camas libres destinadas para otras patologías que podemos ocupar en caso haya una emergencia.
¿Quién es el culpable de que tengamos un sistema de Salud tan precario?
No creo que haya un culpable. Es una responsabilidad que tenemos que asumir todos. El sistema está desestructurado desde que tengo uso de razón. Creo que esta pandemia tan terrible es una oportunidad para tener un sistema único de Salud.
‘NOS FALTAN MUCHÍSIMAS COSAS’
Justamente por este sistema tan deficiente dijo en Arequipa: “¡Maldición, nos falta todo!”…
Es que evidentemente nos faltan muchísimas cosas, miren nuestros establecimientos, nos falta personal. Deberíamos tener 10 ventiladores para cada 100 mil personas, pero tenemos 2.3 por 100 mil y hay una brecha. Japón tiene 7 ventiladores por cada 100 mil.
Hoy mucho se resalta que si el presidente no hubiera tomado medidas, tendríamos escenarios peores, ¿pero es posible que lleguemos a situaciones catastróficas, como se ha visto en Italia, España?
Las cantidad de fallecidos (700 personas) que tenemos es mucho menor a lo esperado. Vamos pasar por situaciones estresantes. Algunos lugares van a tener cierta dificultad para hacer frente a todo, pero estamos trabajando para no entrar en una situación de colapso.
En una entrevista comentó que el que no actúa estaría cometiendo una traición a la patria…
El que no toma acciones y el que toma acciones inadecuadas hace traición a la patria. Vender por lo bajo, robar, ocultar y hacer uso innecesario de las cosas, la verdad, disculpen que sea tan radical, pero es una traición a la patria, en donde muchos ciudadanos están expuestos.
‘CAMINANTES’
Estas aglomeraciones de personas que buscan regresar a sus lugares de origen, ¿están trasladando el virus?
Me temo que sí. Es difícil la situación de los caminantes, están desesperados por llegar al interior del país, pero están dejando el virus en el camino y están llevando el virus a sus familias, a sus hogares. Todas las personas caminando uno al pie del otro, respirando rápido, tosiendo, es muy duro. Me siento terriblemente mal, me pongo en el lugar de ellos. También quisiera regresar si no tengo la posibilidad de pagar mi alojamiento o alimentarme, pero hay un componente de responsabilidad. En ese grupo que logró contenerse en Lima, más de 50 dieron positivo cuando les hicieron la prueba el primer día, otros 50 más en el segundo día.
Carlos Neuhaus, quien organizó los Juegos Panamericanos, está pidiendo que el presidente reabra los centros comerciales de manera parcial. ¿Estaría de acuerdo?
Puedo estar de acuerdo con un montón de cosas, pero depende de cómo se haga. Necesitamos reactivar la economía, siempre y cuando se establezcan normas y se pueda controlar el aforo.
Estamos en la fase 4, ¿qué significa estar en esta fase?
En esta fase el virus circula en la comunidad. La idea es cercar a las poblaciones. Si en un grupo hay varias personas positivas, debemos organizarnos todos para que no salgan de sus casas y no propaguen la enfermedad a otras zonas.
Como ya lo ha mencionado, el virus llegó para quedarse. Explíquele a la población cómo va a cambiar nuestras vidas...
En realidad ya cambió. Antes nos lavábamos las manos cuando hacíamos uso de los servicios higiénicos, antes de comer y cocinar, ahora no podemos ni contar cuántas veces lo hacemos. Cuando se termine la cuarentena, todos vamos a andar con la mascarilla en la calle, aislados. Los saludos también ya cambiaron. Con mi equipo nos saludamos con el codo o nos hacemos una venia. Yo abrazo con mis dos manos sobre los hombros y con palmaditas.
¿Qué nos espera en estas dos semanas más de cuarentena?
Nos espera un esfuerzo importante, porque tenemos que seguir buscando aplanar la curva, disminuir el número de muertos y reducir el sufrimiento de la población, porque no lo vamos a evitar, ni siquiera en el hemisferio norte, que están mucho mejor que nosotros, lo han hecho. Nos queda por delante una semana en donde vamos a tener muchas personas que van a sentirse mal, van a perder la vida. Tenemos que prepararnos para la siguiente semana, porque lamentablemente también va a ser dura.
¿Y qué pasará en el interior del país?
En la semana que viene habrá cambios clínicos, los casos asintomáticos en las regiones van a aumentar, quiera Dios que me equivoque, pero en donde las personas han ingresado sin control habrá un aumento de cifras. Por eso, esta es un pandemia heterogénea. En algunos lugares, con buen control, se va a ir estabilizando, pero en otros puede empeorar.
El domingo 10 de mayo, ¿ya se levantaría la aislamiento obligatorio?
Depende de cómo se encuentre el escenario. Los días previos tal vez se puede saber.
La actitud de la gente, en algunos casos, es displicente y sigue saliendo a la calle como si no pasara nada. ¿Qué les diría?
Hay cumplir las normas, porque sino ‘Pepe el vivo‘ va a ser un ‘Pepe con Covid-19’.
¿Es optimista con nuestro futuro a corto plazo?
Soy realista. Estoy tranquila. Sé que estamos respondiendo y tenemos al primer escuadrón: los trabajadores de la Salud, que con sacrificio y a la vez con tanta limitación están haciendo las cosas lo mejor posible. Los socios del sistema de Salud -miembros de la PNP, Fuerzas Armadas, Indeci, Serenazgo y otras instituciones- están saliendo a la calle, arriesgándose también por nosotros. Con esa unión, uno puede decir que tiene tranquilidad para enfrentar estas circunstancias.