Peruano que se respeta. En 1985, la señora Susana Infanzón empezó a vender caldo de gallina en una pequeña carpa afuera de su casa en Ate. Con el pasar de los años, tomaron la posta sus hijas Raquel y Yesenia Quispe, quienes junto a sus familias han sacado adelante este negocio.
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Todos los días se levantan muy tempranito para cocinar y atender rápidamente a los clientes que llegan desde las 6 y 30 de la mañana. Además, están orgullosos de ser los primeros en poner la canchita serrana como acompañamiento de esta sopa tradicional. Trome conversó con doña Raquel.
Doña Raquel, ¿es un negocio familiar?
Sí, lo empezó mi madre. Nosotras la apoyábamos cuando éramos jovencitas. Aprendimos mucho de ella, ahora tomamos la posta, pero siempre tenemos su apoyo.
¿Cómo se animan a vender caldo de gallina?
Al ver que pasaban muchas personas durante la noche por nuestra casa, mi mamá dijo que vendiéramos algo. Empezamos con mazamorra y picarones. Luego se le ocurrió la idea de vender caldo de gallina. Recuerdo que el primer día pusimos un par de banquitos y preparamos el caldo con media gallinita. Nos fue bien, así inició todo.
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Ahora lo ofrecen en la mañana…
Sí, vimos que por las mañanas tendríamos más venta y así fue.
¿Y cómo empezaron a dar la canchita serrana?
Se acostumbraba a dar las yuquitas como acompañamiento del caldo de gallina, pero nosotras no sabíamos prepararlas. Como mi mamá es de Ayacucho y traía canchita serrana de allá, pues decidimos ofrecerla con el caldo. A la gente le gustó mucho y los demás negocios copiaron nuestra idea.
¿Venden otro tipo de caldo?
Los domingos ofrecemos, aparte del caldo de gallina, el de cabeza y cordero. Si el cliente lo desea, podemos combinar dos o tres caldos a la vez.
Trabajan de manera rotativa, ¿cómo es eso?
Un mes trabaja mi hermana con su familia y el siguiente mes yo con mi familia. Así todos nos apoyamos.
¿Cuántos platos puede vender en un día?
Depende, entre 70 y 100 platos.
¿Qué diferencia a su negocio de los demás?
La buena sazón. Si usted prueba nuestro caldo de gallina sentirá ese aroma y saborcito especial. Tenemos la receta secreta de mamá, no lo preparamos muy grasoso porque cuidamos la salud de nuestros clientes. Ofrecemos el original caldo de gallina.
Además, la gente puede ver la cocina...
Claro, eso da confianza porque los clientes ven cómo cocinamos y manipulamos los alimentos. Todo es muy limpio y siguiendo los protocolos de higiene.
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