Lionel Zapata de 9 años padece de autismo, pero con su inocencia y alegría ayuda a escoger las mejores fresas a su madre para luego lavarlas, licuarlas y finalmente ponerlas a congelar, obteniendo los deliciosos “marcianos de fruta”. Este pequeño es usuario del Programa Nacional Contigo del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) y motivó a su familia a realizar este emprendimiento en la cocina de su casa situada en el distrito de Mi Perú, en el Callao.
Durante las mañanas, doña Catterine Condori lleva a su hijo Lionel a sus terapias que le permite mejorar su desarrollo psicomotriz; luego al llegar a casa el pequeño es aún más feliz, ya que allí se divierte con sus juegos didácticos. Además, aprendió a manejar el control remoto del televisor para seleccionar los dibujos animados de su preferencia, pero de lo que más disfruta en esta temporada de verano es el proceso de elaboración de “marcianos” que a su vez le sirve como terapia ocupacional.
“Me ha sorprendido el avance de Lionel. La preparación de los marcianos le ha servido para aprender a calcular y controlar las cantidades de los insumos, y a conocer la función y el manejo de la licuadora”, menciona orgullosamente Catterine, su madre.
Sus padres son provenientes de la ciudad de Huancayo y, ante la falta de empleo, llegaron a Mi Perú para forjarse un mejor futuro. Hoy cuentan con una pequeña bodega que les permite generar ingresos para solventar el hogar, mientras que la subvención económica que recibe Lionel de manera bimestral por pertenecer al programa Contigo, le permite cubrir sus terapias y costear los insumos para la elaboración de marcianos de fresa, maracuyá y chocolate con leche que venden en su hogar.
Catterine y su esposo han desarrollado su fortaleza emocional, logrando constituir, junto a sus hijos, un equipo familiar que lleva una vida tranquila, saludable y emprendedora. “Gracias al programa Contigo, hemos podido emprender en esta pequeña actividad. Todo se puede, no hay que rendirnos nunca. Hay que tener paciencia y voluntad por el futuro de nuestros hijos”, expresaron los padres de Lionel.
Asimismo, la joven y entusiasta madre, al observar que su primogénito avanza a grandes pasos en sus habilidades, sueña que más adelante él pueda administrar su negocio propio. Lionel es un testimonio de superación, tanto en la mejora de sus habilidades cognitivas, como en su aprendizaje educativo, pues concluyó satisfactoriamente el tercer grado de primaria.
Esta historia de emprendimiento es un mensaje para las madres y padres de no rendirse y adaptarse a las circunstancias más difíciles, y de seguir esforzándose por asegurar y mejorar el futuro de las niñas y niños más vulnerables.