POR: MIGUEL RAMÍREZ / Periodista de investigación
Como en los viejos tiempos de su líder histórico, el expresidente Alberto Fujimori, los congresistas fujimoristas pretenden cometer una nueva arbitrariedad: ayer decidieron investigar, durante quince días, al fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, con el objetivo de desembarcarlo de su cargo.
Las imputaciones contra Sánchez –presentadas por el congresista fujimorista Daniel Salaverry y la parlamentaria Yeni Vilcatoma– son de lo más antojadizas: lo acusan de no investigar a una constructora peruana, lo cual no es cierto ni a él le compete.
Sin embargo, al margen de lo que ocurra con esa acusación, es importante recordar que, hasta hace un tiempo, existía una ‘luna de miel’ entre la Fiscalía de la Nación y la poderosa bancada fujimorista, que hoy cuestiona al magistrado.
Sánchez mostraba su anuencia y respaldo sorprendente a un grupo de fiscales que se asustaban cada vez que les mencionaban los nombres de Keiko Fujimori y del expresidente Alan García.
¿Recuerdan qué pasó en mayo pasado, cuando el respetado periodista Gustavo Gorriti publicó, por primera vez, que Marcelo Odebrecht había mencionado los nombres de Fujimori y García? Pues, el Ministerio Público –cuyo jefe máximo es Pablo Sánchez– difundió un comunicado que desmentía la publicación.
Se trató de una maniobra reprobable y hasta sospechosa, pues todo lo que escribió el periodista era cierto. Sánchez creyó en la versión que le dieron los fiscales Alonso Peña Cabrera, Rafael Vela y Germán Juárez, quienes estuvieron en ese primer interrogatorio al empresario brasileño.
Según diversas fuentes, dichos magistrados fueron los que impulsaron ese comunicado oficial, que los parlamentarios fujimoristas y apristas lo utilizaron para atacar e injuriar a Gorriti.
Así estaban las cosas hasta que en setiembre pasado, el fiscal José Domingo Pérez fue nombrado para investigar a Keiko Fujimori y los aportes de su campaña electoral, que habría recibido de la empresa brasileña Odebrecht, acusada de corrupción.
Lo primero que hizo Pérez fue solicitar un nuevo interrogatorio a Marcelo Odebrecht, el mismo que ocurrió el 9 de noviembre pasado. Las respuestas del empresario, como ya se sabe, han causado un terremoto político: aseguró que su empresa financió la campaña de Keiko, que las siglas ‘AG’ se referían al exmandatario aprista Alan García y hasta afirmó que el presidente Pedro Pablo Kuczynski también fue contratado como ‘consultor’.
La dinámica investigativa del correcto fiscal Pérez es lo que ha puesto de malhumor a los fujimoristas. También la reapertura de la investigación, por el presunto lavado de dinero, contra Joaquín Ramírez, el principal financista de Keiko Fujimori en la última campaña electoral.
Esa indagación había sido archivada irregularmente por la fiscal Sara Vidal, quien gozaba de la confianza de la cúpula del Ministerio Público.
Como se puede ver, el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, también tiene enemigos en su propia institución. Ojalá que lo que le está ocurriendo le sirva de lección. Nos vemos el otro martes.
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