
A la hora de ver una lonchera para nuestros hijos es importante evaluar los requerimientos de ellos, es decir, la edad que tienen, la actividad que realizan y, sobre todo, las horas que van a permanecer en el colegio; y además, si después de ello tienen alguna actividad extra.
En la gran mayoría la lonchera o refrigerio debe ser el refuerzo de un desayuno tomado antes de salir de casa; es decir, que la lonchera no es un desayuno y mucho menos la va a suplir, ya que generalmente esta es tomada casi al mediodía; tampoco se está almorzando ya que en la mayoría de casos los niños llegan a almorzar a la casa y haríamos muy mal en hacerlos almorzar por partida doble.
Antiguamente se le llamaba a este refrigerio de medio día el ‘tentempié’, un alimento no solo ligero en contenido sino de fácil consumo y preparación. Se recomienda generalmente:
•Dos porciones de frutas o verduras.
•Una porción de proteína (jamón, queso, pollo, atún, etc.).
•Una porción de algún cereal (pan o tortillas).
•Un lácteo (bajo en grasa).

Conservación
Otro aspecto importante es la conservación de los mismos; hoy en día tenemos envases con tapas herméticas que son una buena alternativa y hay de múltiples tamaños (tapper) o las mismas bolsas que tienes cierres de presión (zipploc), donde se les puede retirar el aire. Es importante pensar que el alimento estará algunas horas dentro de estos envases y se podrían descomponer. Otra alternativa son las frutas deshidratadas en el caso de requerir más azúcar de los alimentos en chicos deportistas.
Test de autoconciencia
En la mayoría de casos, muchos padres creen que la lonchera de los chicos es ‘saludables’ incorporando algunos alimentos chatarra como galletas, chocolates o inclusive cereales de colores; sin embargo, una forma rápida de evaluar nuestra conducta con la lonchera de nuestros hijos es haciendo unas preguntas simples:
- ¿Le das dinero a tu hijo para que compre algo más en el colegio?
- ¿Le preparas la lonchera a tu hijo más de tres veces a la semana?
- ¿La lonchera de tu hijo reemplaza su desayuno?
- Además de refresco, ¿lleva tu hijo agua?
- ¿El snack de tu hijo incluye algún elemento envasado?
- ¿Cambias constantemente los envases en donde lleva sus alimentos tu hijo
- ¿Alguna vez regresa los alimentos a casa?
- ¿Haces un plan de lonchera semanal?
Si te identificas con más de dos respuestas en forma negativa, es bueno replantear la elaboración de la misma, no solo podríamos caer en el error de enviar algo no nutritivo, sino que estaríamos enmascarando quizás algún trastorno alimentario de nuestros hijos que podría incrementarse con los años.
Estudios recientes nos muestran que esas loncheras de los primeros años de colegio reflejarán en un porcentaje elevado no solo enfermedades metabólicas como obesidad, dislipidemias y diabetes, sino también problemas de anorexia, bulimia, hiporexia, ortorexia, etc.
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Soy nutriólogo y te digo por qué debes tener cuidado con las ‘tentaciones alimentarias’