Desde que nació fue marcada por la belleza, pues sus papás la bautizaron como Pretty (bonita en inglés) y desde aquel momento, supo que la estética era parte de su vida.
Con esa corona sobre ella, Pretty Huarnich Bazán decidió enrolarse en el mundo de las pasarelas y rubores, por ello decidió compartir sus conocimientos con varias mujeres, pero sobre con las pequeñas de la casa a quienes hace sentir como unas verdaderas princesas.
¿Cómo entras al mundo de la belleza? Por pura casualidad. Cuando era adolescente, empecé a asesorar a mi familia en el vestir. Lo veía como un juego, pero después se convirtió en una profesión.
¿Por qué lo dices? En ese tiempo, mi papá tenía una empresa de shows infantiles y el brillo me llamaba, por eso le dije que me iba a encargar del vestuario y maquillaje de las bailarinas.
¿Te pagaban? Claro. Era una propina, pero eso me sirvió como capital para empezar algo más grande. Invertí 10 soles para comprar cosméticos y me fue súper bien.
Entonces, ¿empezaste tu negocio con 10 soles? (Risas) Sí y con ese dinero compré mis primeros cosméticos. Hacía maquillaje, manicure y peinados a las chicas de mi barrio.
¿También fuiste modelo? Ya estaba en el mundo de la belleza y se me presentó la oportunidad, por eso me dije ¿por qué no?
¿Fue difícil? Para nada, me fascinó el mundo de las pasarelas
Pero a la par seguías con tu negocio de maquillaje Así es y por eso viajé a varios países para perfeccionarme en mi profesión, eso me abrió la mente y así darles nuevas propuestas a mis clientas
¿Cómo se te ocurre la idea de poner un spa para niñas? Siempre me gustaron los cuentos de princesas, tuve mi hija y el gusto creció más. Eso me motivó a darle algo diferente a las demás niñas.
¿Cómo así? Vi que en otros países había negocios exclusivos para niñas donde las convertían en princesas, mejoré la idea y aquí está ‘Pretty Princes’.
¿Qué pueden hacer ellas? Las peinamos, les hacemos caritas pintadas, las uñas, les ponemos facial de chocolate y lo que más les gusta, disfrazarse de sus personajes favoritos y cantar como ellas.
¿En serio? Sí. Se visten de la princesa que quieren, desfilan en la pasarela y con micrófono en mano, cantan sus canciones favoritas.
¿Qué divertido? Lo es, pero lo importantes es que solo les hacemos vivir esa experiencia mágica sin quemar etapas.
¿Dónde te pueden encontrar las niñas? Estoy en el segundo piso del Mega Plaza (Independencia)