Su vida ha sido un constante sube y baja. Desde que emigró desde su natal Carhuaz, en Áncash, hasta trabajar en innumerables oficios, el destino siempre le ha preparado una sorpresa especial al ancashino Nelsón Vidal. Hoy, desde lo alto de su casa, en uno de los cerros de San Juan de Lurigancho, el ahora tiktoker comparte sus metas con su casi millón de seguidores en TikTok. Por lo pronto, gracias a sus videos ha podido costear la compra de calaminas para el techo de su casa o adquirir muebles para su vivienda, donde vive con su mamá.
En esta entrevista a Trome.com, Vidal reveló que ha decidido dedicarse a tiempo completo a crear contenido para redes sociales, y dejar a un lado su pasión por la danza, que lo llevó a ganar festivales en todo el Perú. Conozcamos un poco más sobre este joven talentoso.
Nelson, cuéntanos un poco sobre ti, ¿cómo empezó todo?
Llevo ya cuatro años creando contenido en TikTok, Facebook e Instagram, y es una pasión que tenía desde los 16 años, pero por temor y miedo no lo hice hasta los 28.
¿Fue durante la pandemia que decidiste empezar a publicar más videos?
Exacto, durante la pandemia veía que todo el mundo grababa videos. Siempre le cuento a la gente que quien me impulsó a hacerlo fue mi mamá. Ella me dijo que lo hiciera ahora que soy joven, para no arrepentirme en el futuro. Fue un gran consejo y desde entonces comencé a hacer videos en TikTok.
Y ha sido un gran éxito, ya que en TikTok tienes casi un millón de seguidores. ¿Cómo te sientes al respecto?
Sí, estamos ahora en 890 mil seguidores y esperamos cerrar el año con un millón. Estoy muy agradecido con toda la gente que me apoya, porque nada sería posible sin sus comentarios, sus corazones y sus likes.
También has tenido éxito en YouTube, donde recientemente recibiste la placa por tener más de 100,000 suscriptores. ¿Qué significa esto para ti?
Sí, recibir esa placa fue un logro significativo para mí. Cuando era pequeño veía muchos creadores de contenido peruanos y soñaba con tener eso algún día. Lograrlo fue un gran hito personal.
Háblame un poco más sobre ti
Nací en Carhuaz, Áncash, pero a los dos años mi madre me trajo a Lima buscando un mejor futuro. He vivido toda mi vida en Lima y, aunque no conocí Áncash hasta los 18 años, estoy muy feliz de vivir en San Juan de Lurigancho. Amo el distrito y estoy encantado de vivir aquí.
Desde joven has trabajado en diversos oficios. ¿Puedes contarnos sobre eso?
Sí, desde pequeño he trabajado en varios lugares: repartiendo gaseosas, en ferreterías, restaurantes, mecánicas, etc. Mi mamá trabajaba como ama de casa y yo ayudaba en lo que podía. La vida te lleva a apostar por tu talento y, en mi caso, descubrí una pasión por la danza.
¿Cómo descubriste tu pasión por la danza?
En el colegio, a los 13 años, me obligaron a bailar para aprobar arte y ahí descubrí mi pasión. Me metí a grupos folklóricos, talleres de danza, he bailado en muchos lugares, he ganado concursos de danza con la agrupación Kuzkaya, Urin Kanchis, que son muy buenos recuerdos de este, Wilka Mayu, muy buenos recuerdos de la juventud. Eventualmente, tuve la oportunidad de enseñar danzas folclóricas en diferentes colegios, lo cual me apasiona mucho.
¿En qué colegios enseñaste?
He enseñado en varios colegios, pero el más reciente fue el colegio San Antonio de Jicamarca, donde trabajé como auxiliar de educación durante seis años. La directora, Carmen Rosa, me apoyó mucho y me dio la oportunidad de seguir mi pasión por las redes sociales.
¿Cómo has logrado balancear tu trabajo en redes sociales con tus responsabilidades laborales?
Durante mucho tiempo, trabajaba desde las 5 de la mañana hasta las 5 de la tarde, y luego me dedicaba a hacer videos. La directora del colegio siempre me apoyó y me motivó a seguir adelante. Al final, decidí dedicarme a tiempo completo a las redes sociales.
¿Qué cambios has visto en tu vida gracias a las redes sociales?
Las redes sociales me han permitido mejorar mi calidad de vida. Antes, alquilaba y vivía en una casa de madera. Con el tiempo, gracias a mis ingresos, he podido construir una casa de concreto y comprar muebles. Estoy muy agradecido por todo el apoyo que recibo de mis seguidores.
¿Y has recibido algún tipo de crítica?
Hay mucha gente que cuando entra a mi live me dice: “¿vivías en una casa de calamina?”. Siempre respondo que sí, no me avergüenza decirlo porque poco a poco he ido comprando las cositas que tengo en mi casa, y estoy seguro que poco a poco voy a ir avanzando más y más.
¿Tienes planes futuros para diversificar tus ingresos?
Sí, estoy considerando abrir un negocio, quizás una marca de ropa. La gente me reconoce por mis polos de dibujitos y creo que podría funcionar bien. Además, quiero seguir colaborando con otras personas y expandir mi presencia en diferentes plataformas.
¿Cómo manejas las críticas y el bullying en las redes sociales?
Me considero afortunado porque recibo muy pocos comentarios negativos. Creo que la gente se ha enganchado porque me muestro tal como soy, tanto en persona como en redes sociales. No te pinto un mundo de fantasías y creo que eso a la gente le gusta.
¿Han llegado a criticarte por el tema de dedicarse solo a la creación de contenidos?
La gente, a veces, dice: “oye, ponte a trabajar, ¿qué haces haciendo videos?”. Y lo que no saben ellos es que, yo antes trabajaba desde las 5 de la mañana hasta las 5 de la tarde y luego salía a hacer videos, no era que no hacía nada por la vida. Y hacer videos también es un trabajo porque fuera de grabar los videos tienes que sentarte, armar un guión, luego a grabar, editar y después tienes que subir a redes sociales y moverlo por acá y por allá.
¿Qué mensaje final te gustaría compartir con nuestros lectores?
Quiero agradecer mucho a toda la gente que está ahí apoyando mi contenido. Nada sería posible sin ustedes. Como siempre digo al terminar mis lives, nunca hagan caso a los envidiosos y vayan con todo en lo que quieran hacer. Si no lo intentas ahora, ¿cuándo lo harás?