El padre Miguel Fuertes, administrador diocesano del Vicariato Apostólico de Iquitos, denunció un presunto sabotaje contra una de las dos plantas de oxígeno que operan en el Hospital Regional de y que fueron adquiridas por la iglesia gracias a la colecta en la que recaudó más de un millón de soles.

El religioso señaló que “a algunas personas o a muchas no les ha gustado lo que hemos hecho (la colecta) y hemos escuchado declaraciones minimizando lo realizado, como que las plantas no dan oxígeno”.

Ante ello, el párroco anunció que desde se pondrá vigilancia las 24 horas del día en las dos plantas que funcionan en el nosocomio, el cual atiende a los pacientes con COVID-19. Sin embargo, indicó que la contratación de guardianes significa que una cantidad considerable de lo recaudado no se podrá utilizar en medicinas.

“Van dos días que, extrañamente, cuando amanece, descubrimos que algo de una de las plantas está roto. Por el día, mientras están ahí los técnicos, todo va bien, pero por la noche se malogra. ¿Curioso, no? Incluso, esta noche, debió haber un bajón de corriente, de tantos que hay en la ciudad, y se pagó la planta de oxígeno de la red del hospital", sostuvo.

Del mismo modo, indicó que "hay intenciones extrañas de la ayuda que estamos dando, les invocamos a sus autores a abrir su corazón y comprometerse, no con nosotros, sino con la vida de quienes más lo necesitan”.





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