El parque nacional Tingo María fue reconocido internacionalmente como el único destino turístico sostenible del Perú por Green Destinations Story Awards 2023 y en esta Semana Santa puedes darte una escapada y conocer la grandeza de la biodiversidad de la selva huanuqueña.
Trome estuvo en Tingo María y aquí te pasamos toda la información que necesitas para poder viajar a esta hermosa ciudad. Hay dos rutas para llegar a Tingo María. Si te animas por vía aérea (Star Perú) puedes ir hasta Huánuco (50 minutos) y el pasaje de ida y vuelta va entre 650 soles a 700 soles.
Al llegar te diriges a la terminal de transporte, tomar un miniván de la empresa Express San Juan (20 soles de pasaje) y en tres horas ya estás en Tingo María comiendo tu tacacho con cecina o el sabroso juane con gallina de chacra. Y si deseas salir directo desde Lima en bus el pasaje de ida va entre 65 soles y 110 soles. El viaje dura 12 horas.
Ya estando en la calurosa Tingo María puedes iniciar tu recorrido y en el primer día conocer el Mirador Cruz de San Cristóbal, ubicado a cinco minutos en mototaxi desde el centro. Es recomendable ir en zapatillas, llevar repelente y agua. Tendrás que subir una empinada escalera, pero al llegar tendrás tu recompensa pues podrás tener una linda vista de la ciudad e incluso tomarte fotos teniendo de fondo a la ‘Bella durmiente’.
También hay tiendas de souvenirs o artesanías si deseas llevarte algún recuerdo. Después nos dirigimos a otro mirador en la colina de Jacintillo en la carretera Tingo María-Monzón. Podremos observar en toda su plenitud al río Huallaga y su encuentro con el río Monzón, teniendo también la vista de la cadena montañosa de la Cordillera Azul.
El clima tropical de Tingo María te provoca que en cada momento refrescarte bebiendo una cerveza San Juan, tomando un jugo de cocona o mejor dándote un chapuzón en alguna catarata. Es así como el siguiente destino será la Catarata Santa Carmen, ubicada a 45 minutos de la ciudad de Tingo María. Debemos de pagar 5 soles para su ingreso.
Tras una caminata de 20 minutos aproximadamente en donde te introducirás a un sector del parque nacional Tingo María llegarás a la famosa catarata que presenta una caída de 30 metros distribuidas en tres descensos. Es el escenario ideal para bañarse en medio de la naturaleza y el reflejo del cielo azul en las aguas que nos alivian de un calor incesante.
También se realizan deportes de aventura como trekking, canopy, escalada en roca, etc. Se recomienda visitar todos estos lugares con un guía profesional y esta vez nos acompaña César Atachagua de la agencia certificada Turismo en Ruedas. “Alístense, aún nos falta mucho por recorrer”, refiere César, quien nos dice el próximo destino y a mi mente me viene al instante la conocida canción del gran Miki Gonzales, ‘Vamos a Tocache’. “Tingo, Tingo, Tingo, Tingo, Tingo María. Hogar de las lechuzas camino al Monzón…”, dice parte de la letra de la canción.
Es así como nos dirigimos a una de mayores atracciones de Tingo María e incluso del Perú, la famosa ‘Cueva de las Lechuzas’. Allí mismo donde Miki ingresó con los integrantes de su grupo musical entre ellos los ‘chibolazos’ ‘Pelo’ Madueño y ‘Wicho’ García’, vocalista del grupo de rock ‘Mar de Copas’, para grabar el videoclip en la década de los 90. Se debe realizar un pago de 11 soles para entrar.
En realidad, en la gigantesca gruta no hay lechuzas y debería llamarse la cueva de los guácharos porque es esta ave la que abunda en su interior, así como los murciélagos. También hay loros, golondrinas y los colibríes. Los diferentes sonidos de aves crean un ambiente único y ensordecedor pero tolerable. Asimismo, lo más llamativo de la cueva son las estalactitas y estalagmitas que conforman las paredes.
El visitante ingresa a la cueva a través de una escalinata hasta una distancia de 60 metros para adentro. Sin embargo, los espeleólogos (profesionales dedicados al estudio de la morfología y formaciones geológicas en las cuevas del subsuelo) solo han llegado a penetrar los primeros 400 metros. Se dice que la profundidad de las ‘Cueva de las Lechuzas’ es inmensa, incluso algunos se han aventurado a ir más allá de lo permitido y no han regresado. El final de la cueva sigue siendo un misterio. Qué miedo.
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