
Milagro salvó a pescador pisqueño: estuvo 95 días en altamar comiendo aves y tortugas
FINAL FELIZ. Máximo Napa, el pescador de 61 años que sobrevivió 95 días a la deriva en alta mar, fue dado de alta del hospital Las Mercedes de Paita y se mostró agradecido por la oportunidad de seguir con vida. ‘Gatón’, como se le conoce, fue recibido entre lágrimas y abrazos por algunos de sus familiares.
“Gracias, Dios mío, por darme esta oportunidad (...) él ha sido quien me ha dado otra oportunidad, mi Dios lindo. Yo no quería morir, 95 días, he llegado a comer cucarachas, pájaros, tortugas, no quería morir”, declaró en un primer momento.
En diálogo con América Noticias y Canal N, relató que logró sobrevivir gracias a la lluvia, algunas especies marinas e incluso insectos. Destacó que su mayor motivación fue reencontrarse con su madre y conocer a su nieta.
“A mi madre, tengo a mi madre viva, yo decía que no quería morir por mi madre. Tengo una nieta que tiene dos meses, me aferre a ellas. Todos los días pensaba en mi madre, no tenía agua, con la lluvia nomás llegue a vivir”, agregó.

En su testimonio, Napa aseguró haber vivido un milagro, mencionando que en su momento más crítico vio la imagen de Jesús y recibió una “señal” en forma de una tortuga, cuya sangre lo ayudó a recuperarse.
Sobre su rescate, lo describió como un momento emocionante y prometió compartir más detalles una vez que visite a su madre.
Actualmente, se encuentra estable y en proceso de viajar a Piura y posteriormente a la capital para reunirse con su familia. Su historia ha conmovido al país y ha sido ampliamente seguida por los medios de comunicación.

SOBREVIVIENTE
Máximo zarpó desde el puerto de Marcona, Ica, el 6 de diciembre, pero perdió contacto con su familia el 21 de diciembre tras una falla en el motor de su bote. Sobrevivió bebiendo agua de lluvia y aferrándose al recuerdo de su familia.
El 11 de marzo fue rescatado por un barco pesquero ecuatoriano en aguas internacionales, a 558 millas de las costas de Chimbote.
Luego, la Marina de Guerra del Perú lo trasladó al puerto de Paita, donde fue recibido por su hermano Alberto y atendido por personal de salud debido a su deshidratación.
Máximo espera ahora reencontrarse con su madre y conocer a su nieta, cumpliendo así la promesa que tenía con su hermano de reunirse nuevamente.