Los casquillos regados en las calles y el olor a pólvora que dejan los sicarios tras sus ataques se han vuelto parte de la convivencia de los liberteños, mientras que las autoridades no puedan revertir esta ola criminal que desangra la región norteña. En las últimas 24 horas, cuatro personas se sumaron a las estadísticas al haber sido asesinadas por sicarios en Trujillo y Otuzco.
La tarde del miércoles, los amigos Elvis Ítalo Soplopuco Bobadilla (36) y Jairo Jannpier Palacios Rosario (25), después de almorzar, se sentaron a conversar frente a la vivienda ubicada en la manzana Z, lote 1, en el barrio 1A, en el centro poblado Alto Trujillo, en el distrito de El Porvenir. Ellos estaban acompañados de la madre y tía del último de los nombrados.
Jairo Palacios se levantó e ingresar a su casa para cambiar de emisora del equipo de sonido y, en ese momento, llegaron dos sicarios que dispararon ráfaga de balas contra Elvis Ítalo hasta matarlo. Las balas también alcanzaron mortalmente al primero de los nombrados, quien cayó desplomado en un rincón de la sala.
Luego, los asesinos fugaron corriendo por una de las calles y subieron a un auto que los esperaba con el motor encendido, declararon los testigos a la Policía.
“Mi hijo llegó para comer su combinado y luego nos sentamos a conversar hasta que llegaron los asesinos. Él no tenía problemas con nadie y me lo han matado”, dijo, entre lágrimas, la madre de Jairo Palacios.
“Elvis es mi amigo de hace años y nos hemos sentado a conversar. He visto a dos hombres que estaban frente a nosotros y comenzaron a dispararle a Elvis. Yo cogí a mi hermana (madre de Jairo) y nos abrazamos pensando que nos podía pasar lo peor”, contó la tía de Jairo.
A las 9:00 p.m. del miércoles, otros dos sicarios acabaron con la vida de Elmer Nilson Guevara Linares (19), a quien le dispararon cuatro tiros en diferentes partes del cuerpo. El crimen ocurrió frente a una vivienda del asentamiento humano Las Palmeras de Winchanzao, en el distrito de La Esperanza.
Según declararon los familiares de la víctima, los criminales lo siguieron y esperaron que saliera para asesinarlo. “Él estuvo reunido con uno de sus amigos. Llegó a cenar y volvió a salir. Apenas avanzó unos pasos lo corretearon y lo mataron”, contó uno de sus primos.
En tanto, esta mañana, Lizdemio Abelito Palomino Chaupe (38) fue asesinado de cinco balazos por dos sicarios en el centro poblado Llaugueda, en la provincia de Otuzco. Lo interceptaron cuando regresaba a su casa.
La Policía informó que Elvis Soplopuco y Jairo Palacios tienen antecedentes por los delitos de receptación y robo agravado en banda, por lo que presume que el móvil del doble asesinato sería un ajuste de cuentas.