Por: Katty Gines
Cuando un estudiante tiene ganas de aprender no tendrá obstáculo alguno que le impida hacerlo, y eso lo tienen bien claro los niños y adolescentes de la comunidad de Sarhua en Ayacucho donde hay un grupo de quechuahablantes, quienes reciben clases de sus maestros a través de altoparlantes. Los menores se suben a los árboles de molle, salen a la puerta de sus casitas y otros bajan hasta la plaza para no perderse las lecciones, pues no cuentan con computadoras ni muchos menos tienen Internet, tampoco hay televisores y la señal de la radio es débil.
Trome.pe conversó con la directora del colegio Nuestra Señora de la Asunción, Elizabeth Canchari, quien regresó a su pueblo en el 2008 y conoció de cerca la realidad de muchos niños y adolescentes que son hijos de humildes agricultores.
Profesora, ¿cuál ha sido la mayor dificultad que se han enfrentado los maestros para impartir sus clases en esta cuarentena?
La estrategia de ‘Aprendo en Casa’ tiene tres mecanismos que son el Internet, la radio y la televisión, al hacer el diagnóstico de su situación socio-económica, ellos no cuentan con computadoras y obvio no tienen Internet para entrar a las plataformas; hay una sola antena en la comunidad y el 15% de familias tienen un televisor viejito y no captan los canales donde se transmiten las clases, a esto se suma la radio que no llega la señal de Radio Nacional.
Al no tener los medios necesarios para dar las lecciones, ¿que hicieron?
Como la radio no captaba la señal de la emisora, conversamos con la UGEL para retransmitir las clases desde el poblado más cercano de Cangalla, pero como no todos tenían este aparato, se nos ocurrió el uso de altavoces.
¿Fue difícil al inicio?
Sí, pero luego nos enteramos que la radio y la televisión hacían transmisión en vivo, así que llevamos nuestra computadora a la municipalidad para usar la conexión de ahí, ingresamos a las redes sociales de esos medios de comunicación y cuando terminaban las clases les resumía en quechua, se daban ejemplos y otros alcances con el altavoz.
¿Entonces se organizaron tanto maestros como alumnos y padres?
Se había armado un directorio de qué padres y estudiantes tienen Whatsapp y quienes solo pueden hacer llamadas, se formaron grupos y se les comunica de que no se olviden de sus clases o se les envía fotos y videos.
¿Cómo lo tomaron los padres este tipo de medida?
Ellos pensaban que las clases regresarán a ser presenciales y se les iba sensibilizando de que no, de que ellos se organicen con sus cosechas en el campo para que puedan acompañar a sus hijos en las clases.
¿Y cómo ha sido la respuesta de los chicos?
Como a veces llueve y el viento es fuerte no deja escuchar muy bien las clases por altavoz, así que muchos niños salían de sus casas y manteniendo la distancia se bajaban a la plaza para oír mejor y otros del primer año se subían a los árboles de molle para escuchar, me dejaron emocionada, cada uno hace lo posible para aprender.
Se dice que las crisis son una oportunidad, ¿cómo lo ve usted, maestra?
Es una oportunidad interesante de desarrollar de autonomía del estudiante y ver su capacidad de resolución de problemas, a todos los docentes nos emocionan los productos que sacan, hay diálogo constante, sacan videos, dibujos, apuntes, proponen, preguntan.
El Ministerio de Educación dijo que darían tabletas, ¿saben algo de eso?
Si, sería de gran ayuda, con los maestros que están a distancia hemos aplicado estrategias si llegarán las tabletas, los chicos están ilusionados.
¿Cuánto es el alumnado de Sarhua?
Más de 400 entre niños y adolescentes.
¿Qué necesitan para brindarles una mejor educación a los alumnos?
Implementar mejor el centro educativo, nos faltan pizarras interactivas, hojas bond, tintas. Los padres trabajan la tierra y ahora por la crisis la están pasando mal, solo tienen para subsistir.
¿Qué fue lo que más le ha conmovido de sus chicos?
Los sueños que tienen, ellos recargan un sol a sus celulares para su Facebook, ven cosas del mundo que les parece muy bonitas y se ponen a soñar, algunos me comentan que ven a estudiantes de las ciudades usando tecnología en su colegio y me preguntan si ellos lo pueden tener en la escuela y a mí se me hace un nudo en la garganta, pero les digo que no cuesta nada y que lo vamos a lograr. Sarhua es un poquito del mundo y hay mucho por aprender.
¿Qué mensaje le enviaría a los peruanos?
Hay tantos proyectos para nuestros jóvenes que se han quedado truncados con esta pandemia. No se olviden de las escuelas rurales estamos subsistiendo porque la geografía es complicada para mejorar la agricultura y llevar al mercado, el agua es escasa y los padres tienen una situación crítica.