José Sauñi García es de Huancayo, llegó a la capital con solo veinte soles en el bolsillo para buscar una oportunidad junto a su familia. Vivían en un cuartito y vendían golosinas en las calles del Centro de Lima y con el tiempo se formalizaron. Ahora tienen una panadería- Café y una fuente de soda: ‘Maasi’. Además, de un minimarket y pastelerías.
Llegó de Huancayo a Lima con 20 soles, ¿qué planes tenía?
En ese momento me uní a mi esposa, teníamos una bebé de 1 año y decidí emprender, buscar nuevos rumbos, pues siempre un provinciano aspira a más oportunidades. Llegamos en un camión, ella vivía aquí estaba en un cuarto que una señora de buena fe le dio donde estaban los perros y ahí estuvimos un buen tiempo.
¿Qué sueño tenía en ese entonces?
Vine a la aventura, no tenía nada planificado, económicamente no estaba bien y quería trabajar. Vendía con mi esposa caramelo, tendíamos un plástico en el sueño y lo ofrecíamos.
Los inicios siempre son muy difíciles para los emprendedores, ¿qué mensaje le daría usted a estos chicos provincianos que llegan y no saben qué hacer?
La perseverancia y constancia me llevaron al éxito, y lo más importante es que trabajé muy duro con mi esposa, hicimos un buen equipo, ella es muy trabajadora, es el pilar de todo. Cuando salió embarazada de mi segundo hijo, se iba con su cajita de caramelos a vender el Jirón de la Unión y a Polvos Azules.
Recordando su historia, ¿Qué le costó más para hacer empresa?
Lo más difícil fue conseguir un capital, nadie te presta y si no tienes dinero, no puedes crecer. Tuve el apoyo de un amigo que trabajaba en un banco, su tía fue mi garante y me dieron cinco mil soles de crédito; desde ese entonces fue puro trabajo. Los primeros siete años no descansamos desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche.
¿De qué manera se vincula al rubro de la panadería?
Siempre hemos tenido la visión de escalar, de la bolsa de plástico a la carreta y luego a los módulos, nos formalizamos y un señor nos ofreció un local que era una panadería, ingresé con mi bodega y luego el dueño me traspasó su negocio y empecé a producir panes.
¿Qué tan importante son las ganas y la motivación que le pone a su negocio?
Es fundamental, soy de las personas que les digo a mi personal: “La actitud lo es todo”. Uno tiene que salir con ganas y cuando se embarca a realizar algún trabajo, tiene que ponerle todo el cariño y esfuerzo, enamorarse de lo que uno hace, ese es el secreto.
En el rubro en el que está hay mucha competencia, ¿Cómo se distinguen del resto?
Siempre nos hemos caracterizado por trabajar con buenos insumos con los que producimos productos de alta calidad. Tenemos el apoyo de Alicorp, que siempre nos capacita, lanzan un nuevo producto y nos envían a personas que nos enseñan el proceso.
¿Por qué decidió ampliar sus líneas de negocio?
Porque cuando llegaron los supermercados al Centro de Lima bajaron mis ventas y tenía que ver qué más hacer, puse una cafetería y una fuente de soda, seguimos con los dos stands y un Minimarket en La Victoria y nos va muy bien.
¿La inseguridad que vivimos, le afecta?
Afecta bastante, no solo las extorsiones, la gente que viene a pedir limosna que a veces nos revienta la vitrina o nos escupe si no los dejamos ingresar al local.
RAPIDITAS:
¿QUÉ COSAS NO DEBEN HACER LA GENTE QUE QUIERE EMPRENDER?
Gastar más de lo que uno gana. A veces, la gente piensa que tiene tanto dinero y lo invierte en otras cosas, descuidando el negocio que está en proceso de crecimiento, primero hay que pasar el ‘valle de la muerte’, ya que los dos primeros años es para fortalecer a tu empresa. Ser constante y puro trabajo. No descuidar ningún aspecto. Siempre les digo a mis hijos que la vida la tomo como un juego de ajedrez, hay que estar pendiente de todas las fichas.
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