POR: PERCY VARGAS
Las labores de rescate son arduos y millones de mexicanos y el mundo entero tienen la esperanza firme de rescatar con vida a decenas de personas que aún yacen bajo los escombros de las docenas de edificios que colapsaron a causa del terremoto en México.
Una señal de esa esperanza y esa fe inquebrantable es la que miles de mexicanos, entre rescatistas y ciudadanos nos enseñan con solo mostrar los puño hacia arriba y quedarse en absoluto silencio cuando se escucha algún ruido o señal de sobrevivientes en este terrible terremoto en México que ya ha dejado más de 200 muertos y más de 800 heridos.
Camiones llenos de voluntarios armados con picos y palas recorrían las calles oscuras de la capital mexicana luego del terremoto en México. De vez en cuando algunos rescatistas que estaban en la escuela, de donde se han rescatado los cuerpos de 32 niños, pedían guardar silencio para intentar escuchar cualquier señal de vida.
Los voluntarios dejaron de pasar vigas de madera y cubos llenos de escombro y se quedaron quietos. En silencio alzaron los puños en un gesto de esperanza, solidaridad y entereza.
Este maravilloso espectáculo de unidad demostró que, a pesar de la desgracia que viven nuestros hermanos mexicanos, su fe es inquebrantable.