La bisabuela Zhang Hexian, de 94 años, ha pasado nueve décadas perfeccionando sus movimientos para convertirse en la maestra de kung fu más respetada de China. Usa sus puños y palos para luchar contra hombres a los que dobla y hasta triplica la edad.
“El arte marcial está detrás de tu fuerza y buena salud”, dice la abuela, quien en Liyang, provincia de Jiangsu, China, mantiene a raya a los vándalos y ladrones que merodean la localidad.
Zhang Hexian no deja de perfeccionar su técnica a diario y da clases a numerosos jóvenes, quienes la saludan con reverencias cada vez que la ven. Se acuesta temprano y se levanta a las 3 de la madrugada para practicar en su ciudad de China.
“Su destreza física y el respeto que infunde ha ayudado a mantener a los matones bajo control”, expresó un poblador de Liyang, China.
Afirma que siempre que va al pueblo se la ve pasar con su característica mirada severa y los puños apretados.