Para muchos, el café es un elemento vital para cumplir las obligaciones del día a día. Estas personas sienten que no pueden comenzar bien su jornada o que simplemente el día se les “arruinó” por no consumir esta bebida caliente. Orion Gilbert Jr. era uno de ellos, que su amor por el café por la mañana lo llevó a una rutina que continua por más de 30 años.
A sus 95 años, la rutina de este anciano es la misma 6 días a la semana: él se levanta a las 5 de la mañana en Virginia y, antes de que si quiera el sol salga, se dirige al 7-Eleven más cercano. Entra como si fuera un trabajador, saluda a los demás miembros del establecimiento y se dirige directamente a la barra donde se sirven los cafés.
Todos lo llaman Mr. G y comienza a revisar una a una cada máquina dispensadora asegurándose de que tenga el suficiente nivel de café. Él no lo hace, solamente observa que estén en un nivel óptimo y sino les avisa a los trabajadores para que revisen la máquina.
Y, como ya se mencionó anteriormente, él ha seguido esta rutina por más de 30 años. Además de revisar las máquinas de café, Mr. G pasa hacia el cuarto de almacenamiento y trae algunas cajas de pizza. Colocándose detrás del mostrador, comienza a ensamblarlas para que estén listas si es que se necesitan.
Luego, se sirve un poco de café y continúa a las refrigeradoras. Allí Mr. G voltea las botellas para que las marcas estén a la vista de los compradores. “Solamente lo hago con las que están a la altura de mi vista,” comentó Gilbert en una entrevista.
A pesar de no trabajar allí, él utiliza una chaqueta y un gorro de 7-Eleven con lo que los empleadores dejan que haga su trabajo. ¿Le pagan? Si, pero no con dinero. Gracias a estas acciones, Gilbert se ganó la confianza de todos los integrantes del negocio, una taza de café gratis al día y algunos plátanos.
“Ellos se retrasaron algunas veces, así que un día dije ‘bueno, comenzaré a hacerlo’,” comenta el anciano de 95 años recordando el motivo por el cuál comenzó a tener esa rutina. “Solo ayudo donde pueda,” agregó en una entrevista a USA Today.
Mr. G va al 7-Eleven seis días a la semana, de lunes a sábado. Los domingos él prefiere ir a la iglesia. Desde que su esposa falleció hace ya muchos años, Gilbert encuentra en esta actividad uno de sus mejores momentos del día.
“Sólo ver a la gente y hablar con ellos, sé mucho de ellos y lo que pasa en sus familias”, dijo Gilbert al diario Stauton News Leader. “Conoces a la gente cuando vienen aquí, lo que han logrado sus hijos”. Por su parte, su hijo y su nieto viven cerca del área así que siempre están pendientes de cualquier cosa que necesite.
El dueño de la tienda, Swortzel, va a la casa de Gilbert cuando ve que no está en la tienda y se suponía que no iba a salir de la ciudad. “Es parte de la familia,” comentó al diario. “Es único, una persona muy interesante. Por su parte Rick Sizemore, un consumidor regular, comentó que ve a Gilbert todas las mañanas al ir por su café y que es la viva imagen de lo que muchos quisieran ser en su vida. “Es un líder de comunidad muy respetado” añadió.
Antes de jubilarse, Gilbert trabajaba en el servicio postal de Estados Unidos, así que esta rutina era muy común en su antiguo trabajo. Además, su doctor le recomendó hacer ejercicio y tener una dieta balanceada. “El doctor me dijo que si hacía eso viviría hasta los 100. Solo quedan cuatro años y medio para eso,” comentó en la entrevista.