Por: Eduardo Abusada Franco
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Estamos de vuelta por el rico distrito de Lince. La última vez estuvimos con el ‘Tío Galladita’, famoso por sus corazoncitos de pollo a la parrilla, entre otros placeres, y sus anécdotas de fútbol. Ahora fuimos a tan solo unas cuadras, un lugar al que vengo desde hace años, cuando la conocí en Mistura y en ese tiempo esa feria era más respetada: Doña Pochita. Recuerdo que en Mistura la tía Pocha “la rompió”.
Se llama Rosana Espíritu Escobar —“natura de Jauja”, enfatiza ella—, pero en el barrio todos la conocen como Pocha o Doña Pochita. Siempre la tuve como la rival natural (en buena onda, se entiende) de la ‘Tía Grimanesa’, a quien Gastón Acurio elevara a la estratósfera por sus legendarios anticuchos en Miraflores.
Sin embargo, paralelamente al crecimiento de Grimanesa, en Lince doña Pochita sigue siendo un bastión de resistencia de las antiguas carretillas en la calle (la ‘tía Grima’ ya tiene su restaurante, donde los precios se han disparado mucho).
Pochita lleva unos 20 años vendiendo en la misma cuadra de la Av. Ignacio Merino (casi esquina con la calle Tomás Guido). Y como ella dice, empezó “como jugando”. Ahora todos hacen cola para agarrar un plato.
El aroma de sus anticuchos encandila a cualquiera que por allí pase, pero a lo que a mí siempre me ha llamado la atención, y considero es la especialidad de este huarique, son las vísceras, es decir: rachi, pancita, choncholí, hígado, etc. Son expertos en manejar este insumo.
Así pues, esta semana vine a probar el ‘choncholí’, que en mi tierra, al sur, le dicen “chinchulín”. Es la parte de la res correspondiente al intestino delgado. Desde muy pequeño, cuando los comía donde la ‘tía Chochorocho’, frente al Cine Mundial de Mollendo, me ha parecido que al ‘choncholí’ no le dan su debido lugar. Lo ven como una parte barata del animal y difícil de preparar.
Empero, bien cocinado a la parrilla, es una delicia; es decir, como lo sabe hacer Pochita. En todos los lugares donde lo he comido tiene una textura media “chiclosa” (liga-liga, como diría mi mamá), pero en este huarique queda crocante y mantiene todo su sabor, llegándose a sentir el ahumado y el gusto a carbón de la parrilla.
Es imperativo mencionar, que como buen huarique, el precio es bueno y te sirven un montón. De cualquier plato, te sirven un cerro. Fácil para compartir entre dos. Con sus tres gruesas rodajas de papa.
Por su puesto, tienes el ají típico de las anticucherías (ese que viene con cebollita china picada), y una crema de rocoto que no pica mucho (sentí claramente el sabor del queso en ella), y como tal, acompaña muy bien con la papa. Ambas salsas te las puedes en las cantidades que quieras. Provecho.
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DATOS ÚTILES
- Huarique: ‘Doña Pochita’
- Plato recomendado: Choncholí.
- Precio: S/ 12 soles (viene con su papa, y es como para dos).
- Dirección: Av. Ignacio Merino 2316, Lince. Casi esquina con calle Tomás Guido.
- Horario: De lunes a sábados de 5 pm a 12 am.
- Facebook: https://www.facebook.com/donapochitaanticucheria/