Por Eduardo Abusada Franco
¿Huariques? Seguimos. Con pocas probabilidades de error, me arriesgo a decir que no hay un alma en el barrio de Matute que no haya venido a la cebichería ‘El Gato’ o no haya escuchado de ella. En la cuadra 12 de la Av. Luna Pizarro, la gente siempre desborda sus puertas. Es uno de los huariques a los que toda persona en Lima debe ir.
Esta semana la visité por tercera vez, en esta ocasión para nuestro reporte huariquero de cada viernes en Trome. Como ya me lo esperaba, la dinámica es la misma: desorden en la atención, pero lleno total. Un desorden, sin duda, provocado por la adicción y devoción que provoca la legendaria parihuela gatuna entre los feligreses de este templo cebichero.
Por cierto, es muy destacable también el cebiche con chicharrón de pota; pero, con toda seguridad, su proverbial y económica sopa marina es la joya de la corona. Poco importa que el barrio sea medio picante; nada molesta el calor que está haciendo que te hace sudar a chorros con cada cucharada; es lo de menos comer parado o en la vereda; es apenas un detalle sin importancia que tengas que agarrar sitio solo si eres “vivo” (la primera vez reclamé, me dijeron: “tienes que guerrearla”); lo que importa, realmente, es saborear esta parihuela, cuya fama asegura que hace llorar de alegría los más bragados y cantar como sirenas a los faites más temidos de La Victoria.
Su creador es Carlos Alberto Juscamayta Paucar, nombre usado para aburridos trámites oficiales; pero para efectos de amistad y cebiche, es decir, para lo mejor de la vida, es llamado por todos como ‘El Gato’. Como me resultó fácil de deducir la primera vez que lo vi, la chapa se explica en sus intensos ojos azules, a lo Paul Newman.
Con esa mirada felina es que empezó su senda cevichera con un triciclo en la esquina de la calle Bélgica con la Av. Luna Pizarro, en este mismo distrito, hacia 1989, vendiendo cebiche con chilcano de cortesía. Una historia similar a la que viene viviendo el ‘tío Jhonny’, con su carretilla ‘Ke Tal Concha’, que ya reseñamos en este espacio.
Tal vez haga falta otra columna para hablar de este hombre tímido para las cámaras, corto en palabras, pero cuya mirada de mar sabe transmitir tal sensación a lo que cocina. Así que dejemos su historia de lado y sigamos con lo que nos congrega, la parihuela. Como ya dijimos, es el plato más demandado por los visitantes. Es muy sustanciosa y espesita, además de muy barata.
Pese a su breve precio, es recontra bien servida. La hay en tres tamaños (de 6, 7 y 8 soles), pero todos son grandes. Por gula pedí la de 8 y me la sirvieron en un tazón enorme que parecía una batea para lavar ropa. No alcancé a terminarla.
A la humeante sopa base, que hierve en unas ollas enormes (de las que venden tres al día), le agregan cebiche con chicharrón de pota, lo que le da un toque fuerte y agresivo de sabor. Los trozos de pescado frío hacen una química magnifica con la sopa caliente, al tiempo que el chicharrón regala su toque crocante al cremoso líquido.
Todo ello en un festivo ambiente de barrio, que me hizo recordar mi visita al cebiche de pota del ‘tío Alejo’ en el Callao, del cual también ya comentamos acá. De todas maneras, no te confíes y ten cuidado si piensas pasear por el barrio. Que el sabor te encante, más no te embruje. Provecho.
DATOS ÚTILES
- Huarique: Cevicheria ‘El Gato’
- Dirección: Av. Luna Pizarro 1246-1248, en el barrio de Matute, La Victoria. Tlf.: 01-4702314
- Plato recomendado: La Parihuela
- Precio: 6, 7 y 8 soles (todos los tamaños son bien generosos).
- Horario: De lunes a sábado de 11 am a 3 pm.
Más información en ; Facebook de Huariques y Sabores