A más de dos años de la llegada del COVID-19 al país y a puertas de celebrarse las Fiestas Patrias, los médicos, enfermeras y personal del Instituto Nacional de Salud del Niño de Breña siguen haciendo frente a la pandemia con la vocación firme: salvar la vida de los pequeños pacientes.
Al conmemorarse los 201 Aniversario de la Independencia del Perú, los especialistas con más de 40 años en la institución recuerdan a los profesionales que deben perdurar la mística, la humanización al paciente, vocación de servicio, amor y entrega a los niños.
Uno de ellos es la médico pediatra Clara La Vera Rázuri, del servicio de Emergencia, quien 41 años de su vida lo ha dedicado a los pacientes del INSN de Breña. Pasó por dos accidentes en los que se fracturó la cadera -uno de estos en el centro hospitalario- y venció el cáncer de colón.
El próximo 1 de agosto cumple 70 años y le corresponde pasar a jubilación, pero ella ha solicitado extensión laboral porque afirma que goza de buena salud y que tiene mucho para aportar al país en la salud de los menores.
MÍSTICA
Otro de los médicos emblemáticos de esta institución es el Dr. Mario Tabuchi Matsumoto, cirujano pediátrico, jefe del servicio de Cirugía General, quien tiene 36 años de su vida entregados a sus pequeños pacientes.
Ha perdido la cuenta del número de operaciones quirúrgicas –la mayoría complejas- pero recuerda que una de las más importantes y que marcó historia fue la primera separación de las niñas siamesas unidas por el abdomen.
Así también ha salvado la vida de menores víctimas del terrorismo que llegaban con heridas de balas en el tórax y abdomen desde el interior del país.
EXAMEN CLÍNICO AL PACIENTE
El médico asistente Martín Márquez Rodríguez, quien labora en el servicio de Medicina A, tiene 31 años trabajando en el INSN de Breña.
En su etapa de adolescente integró la Selección Juvenil de Fútbol del Perú y participó en un sudamericano en Colombia. Recordó que en los inicios de su carrera los diagnósticos de las enfermedades se hacían en base a examen físico al paciente, pero en la actualidad se tiene el apoyo de exámenes radiológicos, como ecografía, tomografía y resonancia magnética.
VOCACIÓN DE SERVICIO
Isabel Pisfil Valenzuela (30), especialista en oncología de cabeza y cuello, es una de las cirujanas más jóvenes del INSN de Breña. Ella ingresó a laborar en el servicio de Cirugía Cabeza, Cuello y Maxilofacial hace un año y en sus siete años de profesión ha realizado 300 operaciones complejas.
La licenciada en Enfermería Ana María de la Fuente Verde, jefa del Centro de Vacunación del INSN, labora hace 42 años. A ella le ha tocado vacunar a los hijos menores de los presidentes del país que gobernaron desde 1980 y también a sus compañeros de la institución contra el COVID-19.
AMOR Y ENTREGA A LOS NIÑOS
La técnica en enfermería Miriam Salas, quien tiene 45 años laborando en esta institución y está próxima a jubilarse, ha pasado por diferentes servicios y 39 de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Ella recuerda que en sus inicios no había ventiladores, no había el oxígeno empotrado como existe en la actualidad y ha visto el avance de la tecnología en la atención al paciente.
“Lo principal es el amor y el cariño que se le tiene al paciente. Llegan en estado crítico y en ellos vemos a nuestros hijos. Tenemos la satisfacción de que los niños en el transcurso de las semanas, los meses, salen de ese estado crítico. A las nuevas generaciones, si escogen esta profesión que sea por amor, que den toda su dedicación, toda su responsabilidad porque eso es lo que necesitan nuestros pacientes”, sostuvo.